México se sacude la presión de fallar frente a Costa Rica
La selección mexicana se clasifica a las semifinales de la Copa Oro, un torneo donde implora por la redención a toda costa
Cada partido para México es una oportunidad de redención. La generación de futbolistas intenta sobresalir en uno de los peores momentos en su país. Los jugadores cargan sobre sus hombros una presión creada por los directivos del fútbol mexicano que han limitado el nacimiento y desarrollo de los talentos del mañana. Años en los que los patrones del balón privilegiaron el negocio en vez de la búsqueda por el salto de calidad. Es por eso que a la selección mexicana ya le cuesta trabajo ganar en su zona geográfica. Al Tri le costó trabajo vencer (2-0) a Costa Rica. Salvo algunos atascos, la selección se clasificó a las semifinales de la Copa Oro.
Jaime Lozano es el menos culpable de la inestabilidad en la selección. El entrenador interino ha intentado reparar las heridas profundas que dejó Tata Martino y que no dejaron de sangrar con Diego Cocca. Lozano ha ganado en confianza con el grupo, con la afición y espera ganarse a los jefes de la Federación Mexicana de Fútbol para ver si le pueden dejar trabajar rumbo al Mundial de 2026. Mientras eso gana claridad, Lozano tiene como meta ganar la Copa Oro y si cobra venganza frente a EE UU mucho mejor.
El primer tiempo fue mucha parálisis para la selección mexicana. Nada de claridad por las bandas, ni por el centro. El jugador que por rango debería tener el equilibrio del equipo es Edson Álvarez, jugador del Ajax y objeto de deseo de clubes como el Borussia Dortmund. El mediocampista, a su pesar, no ha estado fino para defender ni para comenzar las jugadas ofensivas. Nada de nada. El segundo tiempo, en el estadio de los Dallas Cowboys, empezó con más ímpetu de los mexicanos.
Fue hasta el minuto 50 cuando Henry Martín, un delantero que por partidos se pelea con el gol, se metió furibundo por el área hasta que fue derribado en el área. El encargado de chutar el penalti de México fue el hombre creatividad: Orbelín Pineda. El jugador del AEK Atenas engañó al guardameta Kevin Chamorro (heredero de Keylor Navas). El 1-0 le dio calma a los mexicanos que pudieron quitarse de las espaldas, aunque fuera por minutos, la presión. El Tri encontró mayor seguridad hasta la recta final del juego cuando se enchufaron Roberto Alvarado y Érick Sánchez para el 2-0 final.
La selección mexicana espera rival entre Jamaica y Guatemala en semifinales en un torneo como la Copa Oro que ha sido copado por Estados Unidos, su repudiado rival.
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