Un grupo de migrantes bloquea el paso a López Obrador en Ciudad Juárez tras la masacre en un centro federal
El presidente de México acudió a una reunión privada sobre los Bancos del Bienestar en la localidad fronteriza. Al grito de justicia, los manifestantes han tratado de evitar que se marchara sin contestar a las preguntas
El presidente Andrés Manuel López Obrador se ha encontrado este viernes con un grupo de migrantes en Ciudad Juárez que le han bloqueado el paso y le han reclamado justicia por el brutal incendio en un edificio del Instituto Nacional de Migración (Inami), que ha dejado al menos 39 muertos y 17 heridos graves. El mandatario salía de una reunión privada sobre los Bancos del Bienestar en la ciudad fronteriza cuando algunos migrantes y activistas se han interpuesto delante de su camioneta para evitar que se marchara sin dar respuestas. El presidente no ha comentado nada sobre el siniestro, solo ha señalado a una de las manifestantes: “Se me hace que te mandó Maru”, en referencia a la gobernadora panista de Chihuahua, Maru Campos.
Un grupo de unos 50 migrantes estaban esperando a López Obrador este viernes desde el mediodía a las puertas del gimnasio Barrientos, al sur de Ciudad Juárez. Se habían desplazado desde el centro del Instituto Nacional de Migración donde ocurrió el incendio hasta el lugar donde la agenda del presidente había confirmado que tenía una cita. No lo vieron llegar, pero sí salir. Ahí también aguardaban varias decenas de seguidores de López Obrador, muchos vestidos con chalecos de la Secretaría del Bienestar. El mandatario ha salido del centro público alrededor de las dos de la tarde. Lo ha hecho saludando, mientras detrás de una valla de seguridad un grupo pedía justicia y otro gritaba “es un honor estar con Obrador”.
El presidente ha subido en el asiento del copiloto de una camioneta blanca, que no estaba blindada. Algunos agentes de seguridad han tratado de abrir el paso al vehículo, pero uno de los activistas que acompañaba a los migrantes, José Luis Castillo, padre de Esmeralda —asesinada en 2009 en Ciudad Juárez— se ha tirado encima de la furgoneta. Otros migrantes han aprovechado este momento para tratar también de bloquear el paso. Durante más de 10 minutos, la camioneta ha avanzado empujando metro a metro a los manifestantes hacia atrás. Se han producido algunos momentos de tensión cuando uno de los activistas se ha caído al suelo, cerca de las ruedas del vehículo. Los guardias de seguridad del presidente y algunos de sus seguidores también han tratado de empujar a los migrantes fuera del camino de López Obrador. Hasta que finalmente han soltado al último migrante que frenaba el coche.
El incendio del lunes en un centro de control federal es una de las mayores tragedias del sexenio de López Obrador. Los migrantes estaban encerrados en una celda cuando se desató el fuego. Ninguno de los guardias ni responsables del Gobierno les abrió la reja, según se observa en un video de la cámara de seguridad. La secretaria de Seguridad Pública, Rosa Icela Rodríguez, señaló en el mismo sentido en una conferencia de prensa: “Nadie fue capaz de abrir la puerta”.
La investigación, a cargo de la Fiscalía General de la República, apunta a tres trabajadores federales, dos guardias de seguridad y un migrante como responsables. Los acusa de los delitos de homicidio y lesiones. Ya se han liberado cinco órdenes de aprehensión. El presidente señaló el martes que los migrantes habían provocado el fuego quemando unas colchonetas como forma de protesta porque iban a ser deportados. Todavía no hay respuestas a cómo consiguieron los detenidos la chispa, tampoco a si los guardias recibieron alguna instrucción para no abrir el candado que tenía encerrados a los migrantes.
En las conferencias de prensa de esta semana, desde Ciudad de México, el presidente ha asegurado que la tragedia del Inami no iba a quedar impune. Este mismo viernes, unas horas antes de este tenso encuentro con los migrantes, López Obrador había definido el incendio de Juárez como uno de los momentos más difíciles de su Gobierno: “Lo doloroso que ha sido este caso, o sea, para mucha gente, y lo confieso, me ha dolido mucho, me ha dañado(...) me partió el alma”. La noche de este viernes el presidente ha asegurado en un tuit que también visitó a “migrantes hospitalizados”en Ciudad Juárez, sin dar a conocer mayores detalles.
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