El viaje de Danna Paola: de ‘Plaza Sésamo’ a reina del Orgullo en México

La vida de Danna Paola Rivera Munguía (Ciudad de México, 1995) ha pasado frente a una cámara. Si las imágenes se reproducieran muy rápido se vería un viaje directo a la fama, con paradas en telenovelas y series de éxito, pero también en intentos de abuso sexual, terapia e inseguridad. Esta semana se ha convertido en la protagonista inesperada del Orgullo, la celebración del colectivo LGTB+, en la capital del país. Subida en una de las carrozas, la estrella infantil mexicana resurgía entre las banderas del feminismo y la diversidad sexual.

Enfundada en un minitraje de brillos y botas de plataforma, Danna Paola se convirtió el sábado en la celebridad más aplaudida de Ciudad de México. Más de 250.000 personas acudieron al Paseo de la Reforma a festejar y defender los derechos LGTB. En un país donde todavía hay lugares donde las palabras gay, lesbiana o trans son impronunciables, la presencia de la actriz, una de las personas más famosas de México, en una de las carrozas supuso un parteaguas para los asistentes. La cantante bailó reguetón, entonó Agüita —una de sus letras más antiguas y famosas— y hasta besó a un joven.

Danna Paola no forma parte del colectivo, pero fue invitada en la carroza de Tik Tok por su compromiso con los derechos LGTB. Sus defensores explican que la respalda la canción TQ Y YA, que sacó en 2021 donde con el colorido del arcoiris canta: “Dame la mano por la banqueta y el que nos vea no ponga etiquetas, que en la calle, se nos respeta. Amor es amor y que nadie se meta”. Esa letra forma parte de su disco K.O., el trabajo del que hasta el momento se siente más orgullosa y que compuso tras salir voluntariamente de Élite, la serie de adolescentes que la catapultó a la fama en España, para apostar por su música.

El álbum incluye temas como Me, Myself, compuesta después de que una marca de productos del cabello con quien había grabado un comercial la llamara “gorda”, o Calla Tú. Esta última la escribió después de asistir a su primera marcha feminista, el 8 de marzo de 2018 en Madrid. En una entrevista con EL PAÍS reconoció que esa manifestación le hizo “clic” para tratar de aportar su granito de arena al feminismo a través de su música, como “una manera de dar voz a muchas mujeres”. Danna Paola reconoce que ha sufrido el machismo dentro y fuera de la industria: “En ciertas relaciones de mi vida hubo mucho daño psicológico y mucha desvalorización de mi persona”. En el videoclip de esa canción, la cantante se harta de la frase que más ha escuchado como artista: “Calladita, te ves más bonita”, y con un body con los insultos “fácil, zorra, histérica, perra”, canta: “Hoy ya no me callo, calla tú”.

Para llegar hasta ese trabajo hay muchos años de crecimiento y deconstrucción de la joven. Hija de un padre cantante y una madre que siempre ha trabajado en el mundo de la actuación, a los cuatro años participó en Plaza Sésamo y a los seis protagonizó su primera telenovela, María Belén, y lanzó su primer disco. Su infancia no fue común. Sufrió bullying de sus compañeros, cambió cuatro veces de escuela y terminó completando su formación con profesores particulares, pero Danna Paola no rehúye de su estrellato infantil y no cambiaría nada de su pasado. “Yo he aprendido a putazos (entiéndase, a golpes) pero eso quiere decir que no he vivido en mi mundo de caramelo, sino que me he tenido que construir el castillo sola, y me hace sentir muy orgullosa”, explicaba.

La artista cree que su nueva imagen puede sorprender en México donde todavía ven “una Danna chiquita, de telenovelas, súper inocente, la niña bien. Y por eso para mí era muy importante hacer esa transición”. Por el camino estuvo a punto de dejarlo todo e irse a estudiar gastronomía a Francia, fue drogada en Madrid por un grupo de chicos que trató de abusar de ella y empezó a ir a terapia. Hoy, con más de 34 millones de seguidores en Instagram —es la mexicana más popular–, ha lanzado una línea de ropa, ha sido imagen de L’Oreal o Puma y ha puesto voz y música a películas Disney. Su último éxito: ser coronada como reina del Pride.

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