La Fiscalía descarta tortura policial en el ‘caso Ravelo’ y revela que el joven murió de una neumonía
José Eduardo Ravelo había denunciado unos días antes de fallecer en un hospital que durante su detención había sido violado y golpeado por unos agentes en Mérida (Yucatán)
La Fiscalía General ha descartado que hubiera tortura en uno de los casos de presunto abuso policial que más escandalizó a México este año. La misteriosa muerte del joven José Eduardo Ravelo, de 23 años, unos días después de abandonar un centro de detención en Mérida por haber “alterado el orden público” apuntaba desde el inicio a un caso de abuso de autoridad que incluso denunció públicamente desde el fiscal general de Yucatán hasta el presidente del Gobierno, Andrés Manuel López Obrador. La Fiscalía federal, que ha revisado la investigación del caso desde el 18 de octubre con una nueva necropsia, ha concluido que no solo el joven no fue torturado, sino que la fiscalía estatal maniobró para inculpar a los cuatro agentes que lo detuvieron ese día. Su muerte, según el expediente final, fue a causa de una neumonía.
El motivo de la muerte ha sorprendido en un caso donde se ha descartado casi todo lo que el joven denunció ante un Ministerio Público local poco antes de morir. Y además, contradice el reguero de imágenes de cámaras de seguridad que se difundieron en julio en todos los noticieros y redes sociales. Ahora la Fiscalía investiga una trama de filtraciones y testigos falsos utilizados por la dependencia local para imputar a los agentes.
El joven fue detenido el 21 de julio alrededor de las 10.30 por unos policías en las calles de Mérida y liberado al día siguiente. Las cámaras grabaron unos momentos previos a su captura en los que Ravelo llegó a lanzar una piedra dentro de un establecimiento y otro donde un policía lo interrogaba en mitad de la calle forzándolo a reconocer que se encontraba drogado. Las imágenes, cortadas y filtradas a la prensa, continuaron hasta las puertas del centro de detención, donde se observaba al joven semiinconsciente, tirado en el piso de la batea de la camioneta policial y arrastrado por los agentes hasta una de las celdas.
Ravelo falleció en un hospital nueve días después, el 3 de agosto. Su madre, María Ravelo, denunció ante las autoridades que su hijo la llamó y le contó que había sido golpeado, torturado y violado por los agentes de la Policía Municipal. “Primero lo violaron en la patrulla, lo golpearon, y después lo violaron en la cárcel. Él me dijo que fueron varios policías”, señaló la mujer ante las cámaras de los medios nacionales. Contó también que su hijo, originario del municipio La Isla (Veracruz) había llegado a Mérida hacía cuatro meses en búsqueda de empleo. Y fue un día después de su detención cuando la llamó y se lo contó todo. Ella llegó dos días después.
“Yo llegué el sábado 24. Lo vi y le dije que vayamos a la Fiscalía a denunciar. Después lo pasaron con el médico legista y ahí le dijeron que estaba grave, que había que llevarlo al hospital para internarlo”, relató la mujer a Milenio. “Cuando llegué lo vi golpeado y en muy malas condiciones, por lo que lo llevé al Hospital O’Horán, donde después falleció y según la necropsia fue a causa de los golpes y la violación de que fue víctima presuntamente de parte de los cuatro policías meridanos”, añadió.
En medio de una tormenta de noticias sobre la misteriosa muerte del joven que llegaron hasta Palacio Nacional y la intervención del presidente, el fiscal general de Yucatán, Juan Manuel León, declaró como correcta la versión de la madre de Ravelo y la demanda del joven que hizo antes de morir. En una entrevista para la cadena Milenio, León declaró que no había “ninguna duda” de que el joven había muerto por las agresiones que había sufrido por parte de los agentes. No obstante, los cuatro policías implicados en la detención fueron poco después liberados por falta de pruebas.
El propio López Obrador ordenó desde una de las conferencias de prensa diarias que la Fiscalía General atrajera un caso repleto de contradicciones, pero con la reciente liberación de los policías y una investigación en curso, denunció: “El caso de este joven que fue ultrajado, asesinado en Mérida, eso es un crimen de odio y no se va a permitir, y no es nada más una actitud de los de los policías, no solo el que ejecuta, sino el que tolera este tipo de atrocidades”.
Este jueves la Fiscalía federal, que finalmente atrajo la investigación por orden presidencial, ha anunciado que la exhumación del cadáver y nueva autopsia no revelaba que un traumatismo hubiera acabado con su vida. Solo una neumonía. También ha agregado que ha interrogado hasta 50 testigos y decenas más de pruebas periciales que sostienen su afirmación. “La investigación de los hechos confirmó que no existió tortura, ni violación sexual, por parte de los elementos aprehensores de la policía municipal. Lo que sí existió fue la falsedad en dictámenes ministeriales, por ello el 18 de octubre se ejercitó la facultad de atracción, sobre las conductas presuntamente responsables de personal de la Fiscalía General del Estado de Yucatán que falsearon dictámenes periciales y presionaron ilícitamente a testigos, con la finalidad de ejercitar acción penal en contra de policías municipales”, señala en un comunicado.
Sobre los vídeos difundidos esos días, la dependencia federal ha insistido en que el forcejeo con las autoridades y el sometimiento del joven no suponen un abuso de autoridad. “Del análisis de todos los videos, no se advierte violación a los derechos humanos o comisión de algún delito. Solo se advierten maniobras de sujeción respecto de la persona que se resiste al arresto”, agrega el texto de la Fiscalía.
La nueva versión de la Fiscalía sobre lo sucedido el 21 de julio tumba la denuncia de la propia víctima, en la que llegó a declarar de manera oficial que mientras presuntamente lo violaban sintió “dolor y vergüenza”. No es muy habitual que en México se denuncien este tipo de delitos, las estadísticas oficiales estiman una cifra negra en el 90% de los casos. Pues la impunidad roza el 95% y denunciar a la autoridad conlleva un camino demasiado lento, farragoso, con la capacidad de disuadir al demandante antes de ser judicializado, según un último informe sobre la situación del sistema penal elaborado por México Evalúa. ¿Por qué Ravelo pasó por el difícil trámite de denunciar haber sido golpeado y violado ese día si la nueva necropsia lo rechaza? La familia del joven no se ha pronunciado al respecto todavía.
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