El Banco de México recorta la tasa de interés al 4%, el nivel más bajo desde 2016

El Banco de México ha decidido recortar la tasa de interés un cuarto de punto y dejarla al 4% en una decisión unánime de su Junta de Gobierno. Se trata del nivel más bajo en el que se ha situado esta tasa desde principios de 2016. En los últimos dos años, el banco central la ha ido reduciendo desde el 8,25%. Sin embargo, en octubre la institución decidió frenar durante unos meses estas bajadas para ver cómo evolucionaba la inflación, que se encontraba entonces en su punto más alto de 2020. La decisión de levantar el freno, tomada este jueves, llega justo después del informe del Instituto Nacional de Geografía y Estadística (Inegi) que coloca la inflación en el país en un 3,54%.

El banco central trata de manejar con precisión milimétrica la palanca que permite el crecimiento económico del país sin que este dispare fantasmas como la inflación. Para conseguirlo, cuenta con la tasa de interés como principal arma. La teoría apunta a que una tasa alta puede contener la inflación, ya que se vuelve un incentivo a favor del ahorro y en contra de la deuda. Por el contrario, una tasa de interés baja puede permitir que la inflación suba, a la vez que estimula el crecimiento. Se trata de un equilibrio complejo.

Para tomar la decisión de hoy, el Banco de México alude que la inflación general anual se redujo de 4,09% en octubre, su mayor nivel del 2020, a 3,54% en enero de 2021. Este último dato está ligeramente por encima de lo que habían proyectado los analistas para el nuevo año, pero se mantiene dentro del rango de variabilidad que estima el banco central, un punto por arriba o por abajo del 3%, que es la verdadera meta de la institución. Así, esta bajada con respecto a octubre da un pequeño margen al banco para seguir apretando la tasa de interés.

Aun así el comunicado del Banco de México reconoce que ha aumentado “ligeramente” las expectativas de que este año sigan subiendo más los precios. En enero los costes ya se incrementaron un 0,86% con respecto a diciembre, principalmente debido al alza de los energéticos, cuyo precio aumentó un 5,23% en este inicio de año.

La pandemia golpeó con dureza a México, cuyo PIB se hundió un 8,5% en 2020, la mayor caída desde la Gran Depresión. Después de casi una década seguida de crecimiento estable —con el bache de 2019, cuando la economía decreció un 0,1%—, la crisis de la covid-19 ha puesto a la economía mexicana contra las cuerdas. El rebote del 3,1% del cuarto trimestre de 2020 supuso una bocanada de aliento. Así lo considera también el Banco de México: “La actividad económica en México mejoró durante el cuarto trimestre a un ritmo ligeramente mayor al previsto, si bien permanece por debajo de los niveles previos a la pandemia, en un entorno incierto y con riesgos a la baja. Se anticipan amplias condiciones de holgura a lo largo del horizonte en el que opera la política monetaria”.

Los principales riesgos que identifica el banco central están directamente vinculados a la contingencia sanitaria: el aumento en los contagios y los retrasos en la producción y distribución de vacunas. México ha estado un mes sin recibir vacunas contra la covid-19 después de los imprevistos en el suministro de Pfizer justo en el punto álgido de la pandemia: en enero se fallecieron más de 30.000 personas por el virus. Mientras se mantiene este entorno todavía incierto, el Banco de México manifiesta su voluntad de “propiciar un ajuste ordenado y que permita un cambio en los precios sin afectar a las expectativas de inflación”.

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