Susana Prieto: “En dos meses han pulverizado mi carrera profesional y torcido mi vida”
La abogada laboralista recién excarcelada acusa a los gobernadores de Tamaulipas y Chihuahua de meterla en prisión en contubernio con las maquiladoras del norte
24 días en una de las cárceles más conflictivas de México han dejado una huella visible en la abogada laboralista Susana Prieto (Ciudad Juárez, 1966) que se traduce en lágrimas a lo largo de esta entrevista. Salió del penal tamaulipeco de Tamatán, en Ciudad Victoria, el 1 de julio con su presunción de inocencia intacta. ¿A qué entonces tantos días privada de libertad? Ella lo achaca a un “contubernio” entre el gobernador de Tamaulipas, Francisco García Cabeza de Vaca, los sindicatos charros y las maquiladoras del norte del país, una opinión, dice, que comparte el presidente de la República. Andrés Manuel López Obrador recibió este lunes en el Palacio Nacional a esta activista que ha dedicado 34 años de carrera a la defensa de los obreros de las maquiladoras, que trabajan ajenos a los derechos laborales. El mandatario, “un hombre sencillo y afable”, le ha prestado “todo su apoyo incondicional”. Prieto cree que nunca superará su paso por la cárcel, que levantó críticas internacionales por parte de legisladores demócratas de EE UU y el apoyo de decenas de organizaciones.
Pregunta. ¿Qué le ha dicho el presidente López Obrador?
Respuesta. Fue una sorpresa que aceptara recibirme, junto con las secretarias de Gobernación y Trabajo [Olga Sánchez Cordero y Luisa María Alcalde] en menos de 24 horas. Yo le había reprochado al presidente en una ocasión que dijera que mi caso era un asunto local, de Tamaulipas. Pero parece que ha cambiado de opinión. En su visita a Washington el secretario de Estado y los congresistas le entregaron una carta y le dijeron que mi encarcelamiento violaba el apartado 23 del tratado comercial firmado entre Estados Unidos, México y Canadá (T-MEC) porque yo era una perseguida política de los gobernadores de Tamaulipas y Chihuahua debido a mi lucha por la libertad y la acción sindical, que es uno de los requisitos de este tratado. El presidente sí considera que ha habido persecución política por mi activismo como defensora de los obreros. Me ha aconsejado que siga haciendo lo que hago, pero con tranquilidad. Me dijo “hay muchos intereses en juego, y son tremendos, por más que queramos protegerte…”.
P. ¿Cómo ha afectado en su vida personal y en su lucha activista su paso por la cárcel?
R. La cárcel no pasa nunca, se queda para siempre. Creí que era una mujer muy valiente, pero el gobernador Cabeza de Vaca y su gente me golpearon de una manera terrible. Desnudaban a mi hija cuando entraba a llevarme un plato de comida. Nunca dormí, tenía miedo de que me mataran, me extorsionaron, creo que nunca voy a superar la cárcel. Pero soy de buena mata, me doblo, pero no me quiebro. Pienso que la intención real era desarticularme, terminar conmigo, aniquilarme, y para eso no era necesario matarme, sino dejarme viva de la forma en que han tratado de hacerlo hasta ahora.
P. En los medios de comunicación han comentado que se había enriquecido en estos años a costa de los obreros.
R. Nada más detenerme, mis fotos dando la vuelta al mundo como si fuera una criminal y eso golpea hasta al más valiente. Creo que hay grandes criminales como Emilio Lozoya [exdirector de Pemex] y otros que están siendo tratados tan bien, aunque sean culpables del delito y hasta tienen carácter de protegidos… Y a las personas que realmente luchamos por las clases vulnerables creen que pueden pisotearnos de cualquier forma.
P. Ha salido en libertad mediante una suspensión de delito, fundada en su inocencia. ¿Por qué cree que fue encarcelada?
R. Eso me ha preguntado López Obrador y le he dicho que hay tres momentos que han marcado el encono de las organizaciones empresariales contra mí: cuando el presidente decretó el aumento del 100% del salario en enero del año pasado, algo que la industria maquiladora no hizo efectivo y por lo que protestamos; cuando se modificó la ley general del trabajo, en mayo de 2019, para cumplir el T-MEC y democratizar la asociación sindical en el país, en la que me he basado para plantear 50 demandas contra las maquiladoras y contra los sindicatos blancos, que son un brazo de las empresas. Ninguno de esos juicios se ha celebrado aún, porque el gobernador de Tamaulipas, de quien dependen aún, no les ha dado seguimiento; y en tercer lugar, le dije al presidente, por el decreto de emergencia sanitaria nacional para que cerraran las empresas no esenciales durante esta pandemia, en la que yo me he dedicado a protestar porque las maquiladoras seguían abiertas, lo que ha generado una estela de muerte que estamos viendo ahora en Ciudad Juárez, Matamoros y Reynosa.
P. Se ha convertido en una persona incómoda para el poder de Tamaulipas y Chihuahua.
R. Al día siguiente de encarcelarme, los presidentes de Canacintra, Index y Coparmex [organizaciones empresariales de las maquiladoras] cometieron la mayor estupidez de su vida, cuando aplaudieron públicamente al gobernador y a la jueza Rosalía Gómez Guerra, quien dictó mi encarcelamiento. Quedó muy claro que la persecución en mi contra fue a instancias de esas organizaciones.
P. ¿Por qué atendería un gobernador sugerencias como esas de unos empresarios?
R. Las maquiladoras no dan trabajo a quien antes no se afilia a sus sindicatos charros. Y ese pastel de las cuotas sindicales es una carretonada de dinero que se reparten. Por eso los gobernadores de Tamaulipas y Chihuahua [Cabeza de Vaca y Javier Corral, ambos del PAN] actúan en contubernio para defender los intereses de las empresas. En Matamoros cobran a los trabajadores el 4% de todas sus percepciones ordinarias y extraordinarias. Me privaron de mi libertad en Tamaulipas el 8 de junio, y el 9 y 10 el fiscal de Chihuahua solicitó otras dos órdenes de aprehensión. Yo creo que el juego de los gobernadores era que si lograba zafarme de la cárcel en Tamaulipas me aprisionaran en Chihuahua. Actuaron ambos al mismo tiempo.
P. ¿Qué piensa hacer ahora?
R. En dos meses han pulverizado mis 34 años de ejercicio profesional. Se han valido de inserciones en el periódico de estos organismos empresariales, reportajes en televisión, me han imputado delitos… Es muy fácil en este país comprar a la prensa. “Cayó la cabecilla de los extorsionadores de Matamoros”, han dicho de mí. Han dicho que soy multimillonaria, han hablado de las propiedades de mi esposo, de mis hijos, insinuado que yo extorsionaba o robaba. Han torcido mi vida de la manera que les ha dado la gana… casi han destruido mi vida en dos meses. Pienso demandar a organismos empresariales y a las televisoras, a fiscales y a la jueza.
P. La jueza ordena detenerla en Matamoros y la encarcela para prevenir una posible huida, pero, ¿a qué atribuye su traslado a la cárcel de Ciudad Victoria [la capital de Tamaulipas, a 322 kilómetros]?
R. Ese traslado en todo momento fue muy traumático para mí, porque en las acampadas de protesta frente a las empresas, el año pasado, había un comandante de la policía, de apellido Pacheco, que decía que había órdenes del gobernador García Cabeza de Vaca de llevarme directamente a Ciudad Victoria y amenazaba diciendo que quién sabe si llegaría a la comisaría. Cuando el 8 de junio me sacaron de la fiscalía de Matamoros para llevarme ante la jueza y yo vi que aquel que tomábamos no era el camino de los juzgados, pregunté dónde me llevaban. Cuando me contestaron que a Ciudad Victoria, ay, me oriné en los pantalones.
P. El activismo en México no es algo fácil. En abril decía que temía por su vida.
R. Siempre he creído que el gobernador me quiere matar no solo por mi lucha por la organización de las bases trabajadoras, que afectan a sus intereses económicos, sino porque en Ciudad Juárez lancé a una candidata obrera a presidenta municipal y a otros candidatos a diputados no registrados, porque no tenemos afiliación partidista, pero fuimos la segunda fuerza electoral de Tamaulipas. Yo le estorbo al gobernador desde muchos puntos de vista porque él, que está involucrado en delitos de corrupción, quiere dejar a su hermano Ismael, que ahora es senador, como gobernador para que pueda tapar todas las irregularidades que ha cometido.
P. ¿Seguirá con su activismo?
R. Sí, hay leyes que no se están respetando en algunos Estados del norte y en otros. El presidente admitió que el Gobierno federal debe tener una mayor intervención en todo esto.
P. ¿Existen en México sindicatos libres y democráticos?
R. Yo no creo que haya sindicatos que defiendan a los trabajadores en este país. Yo les digo a los trabajadores que los sindicatos no son malos, pero se aglutinan en estas centrales obreras que se llevan el 70% de las fuerzas sindicales de los trabajadores. Yo les digo que no se rajen, por más doloroso que sea llegar a la meta, que si no logro verlo yo, ellos lo verán. El capitalismo no puede seguir golpeando a la gente pobre.
P. ¿Va a cambiar con el T-MEC esta situación?
R. Pues todo dependerá del presidente de la República.
P. Dice que usted viene de buena mata.
R. Soy nieta de jornaleros inmigrantes en Estados Unidos e hija de obreros de las maquiladoras. Yo también trabajé en las maquiladoras cuatro años para pagar mis estudios de abogacía. Soy la mayor de seis hermanos. Mi padre ya murió, mi madre vive en Estados Unidos, no la he podido ver ahorita, ni a algunos de mis hijos y mis nietas, porque tengo prohibido salir.
P. Y el alma activista ¿de dónde lo saca?
R. De mi mamá. Ella es un roble, una guerrera, desde que tengo entendimiento nos enseñó a no dejarnos de nadie, a no dejarnos pisotear ni humillar, a mantener la dignidad por encima de todo, es una leona. Pero la vi quebrarse ahora que estuve en la cárcel, me mandó pedir con mi hermana que me declarara culpable y me fuera de este país, donde no me valoraban. Le dije que no era culpable y que ella no me crio así. Contestó que no esperaba menos de mí, que las grandes batallas son para las grandes guerreras.
P. El de su familia no ha sido el único apoyo que ha recibido.
R. Muchos, incluso en la cárcel tuve la fortuna de coincidir con algunos celadores, cabos… Una vez que tuve una crisis muy fuerte uno de ellos me dijo: “Lo que el gobernador quiere es verla destruida, si a usted aquí adentro de la cárcel se le olvida quién es Susana Prieto, él va a ganar”.
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