‘La historia interminable’ | La eterna polémica de los libros de texto
Yo también preferiría que fueran algo más baratos. Pero a mi hija, le he comprado todos nuevos. Si le damos importancia a su educación, se la damos también a sus materiales
Nuestra hija mayor empezará Primaria y nosotros empezaremos en el fabuloso mundo de los libros de texto. Por mucho que cambien los planes de estudio y la tecnología, la Historia interminable que se repite durante décadas es el sablazo libresco en septiembre. Quizás por eso muchos centros ya plantean su compra en julio, más relajado en gastos escolares. Sería muy largo debatir sobre el precio unitario de cada ejemplar. Para cada título hay un montón de personas de la cadena del libro ded...
Nuestra hija mayor empezará Primaria y nosotros empezaremos en el fabuloso mundo de los libros de texto. Por mucho que cambien los planes de estudio y la tecnología, la Historia interminable que se repite durante décadas es el sablazo libresco en septiembre. Quizás por eso muchos centros ya plantean su compra en julio, más relajado en gastos escolares. Sería muy largo debatir sobre el precio unitario de cada ejemplar. Para cada título hay un montón de personas de la cadena del libro dedicándole mucho talento y mucho trabajo. Y eso tiene un precio. Claro que habrá familias en situaciones complicadas, pero en este país se valoran muy poco los libros, ya sea literarios o de textos.
A mí me ha fascinado el mercado negro que existe. Además de empresas que hacen mucho negocio socializando y alquilando los libros de texto, existe un comercio de segunda mano brutal. Armadas con el título y el ISBN, que es el DNI del libro, decenas de madres rondan por grupos de WhatsApp intentando conseguir ejemplares en buen estado. Cuando no lo consiguen, porque ya estaban apalabrados, les queda Wallapop. Cuál aplicación de ligoteo de gente que va a lo que va, ahora mismo, millones de familias quieren hacer match textual. Intentarán rebajar unos euros de cada producto, pedirán fotos del interior, organizarán citas en salidas de metro y alguien no se presentará sin siquiera avisar.
Valoremos el coste de oportunidad, o sea, lo que dejaremos de facturar o de hacer en las horas que se dedican a encontrar, revisar estos libros, borrar lo que ya está escrito, forrarlos o hacerles una cirugía de reparación, mirar página por página que no falte ninguna y comprobar los ISBN para ver que se trata de la misma edición y que tu prole no se encontrará con un libro anticuado en plena clase. Conozco gente que le ha dedicado días enteros para ahorrarse 20 euros y lo veo poco práctico.
Por supuesto, que hay un negocio detrás para editoriales, librerías, y hasta para los colegios que te los ofrecen todos juntitos a principio de curso. Esta gente juega con márgenes, pero tampoco hace falta comprarlos al precio caro. Como cuenta la librera de Serendipias Elena Martínez: “en cualquier librería independiente te harán el descuento máximo autorizado (5% en infantil y bachillerato, 10-15% en primaria y secundaria)”. Así que ya veréis si os compensa la aventura de la búsqueda y el regateo.
Yo también preferiría que fueran algo más baratos. Pero a mi hija le he comprado todos los libros nuevos en una librería. Si le damos importancia a su educación, se la damos también a sus materiales. Un ejemplar nuevo, que llenará ella con su esfuerzo y su ilusión, y que quizá aprovechará su hermano o quizá lo guardará durante años, es una buena inversión.
Pero si al final casi no los usan, buscadme en Wallapop y os hago una buena rebaja.
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