China aprueba nuevas restricciones sobre las tierras raras y las baterías de litio
Pekín calienta el encuentro de este mes entre Trump y Xi con varias medidas que limitan el comercio
China pisa el acelerador de cara a una eventual negociación comercial con Estados Unidos con la aprobación este jueves de un abanico de medidas comerciales que recuerdan a lo más crudo de la contienda arancelaria. Por un lado, le ha dado un nuevo giro de tuerca al ...
China pisa el acelerador de cara a una eventual negociación comercial con Estados Unidos con la aprobación este jueves de un abanico de medidas comerciales que recuerdan a lo más crudo de la contienda arancelaria. Por un lado, le ha dado un nuevo giro de tuerca al control de exportaciones de las tierras raras y sus tecnologías vinculadas, uno de los grandes puntos de fricción con Washington. Ha reforzado las restricciones al comercio tanto de materiales de tierras raras como de las herramientas destinadas a la extracción y procesamiento de estos recursos críticos sobre los que el gigante asiático cuenta con un dominio casi monopolístico en la cadena de suministro global.
Además, ha implementado controles de exportación de diversos artículos relacionados con las baterías de litio y los materiales de ánodo de grafito artificial, empleados también en las pilas que dan vida, entre otros, a los coches eléctricos, otro de los campos donde la República Popular se ha convertido en una pieza determinante a escala planetaria. Y ha incluido entre las restricciones artículos relacionados con los materiales superduros (especialmente resistentes), como el polvo de diamante sintético o las sierras de hilo de diamante sintético, con numerosas aplicaciones industriales.
Finalmente, Pekín ha decidido incluir a 14 organizaciones extranjeras ―la mayoría estadounidenses y relacionadas con el ámbito de la defensa― en la lista de entidades “no fiables”, lo que permite a las autoridades imponer medidas punitivas. Entre ellas hay fabricantes de equipos antidrones y de cámaras infrarrojas.
A las puertas de la cumbre Xi-Trump
Los disparos de este jueves recuerdan, por su impacto y alcance, a los momentos más crudos de la batalla arancelaria con Estados Unidos, el pasado mes de abril. Y llegan en un momento delicado, a la espera de una reunión a finales de mes entre el presidente estadounidense, Donald Trump y su homólogo chino, Xi Jinping, prevista para rebajar la tensión entre la primera y la segunda economía del planeta. Su encuentro tendrá lugar poco antes de que expire en noviembre el plazo de la tregua arancelaria concedida en mayo por la Casa Blanca, y prorrogado en agosto.
Las medidas, difundidas por el Ministerio de Comercio y la Administración General de Aduanas, entrarán en vigor el 8 de noviembre. Esto es: dos días antes de que expire la tregua de 90 días decretada por Trump.
“Estas medidas no están dirigidas contra ningún país o región en particular”, ha señalado un portavoz chino de Comercio en un comunicado. Y ha mostrado la disposición del Gobierno chino de trabajar con otros países para mantener “estables y fluidas” las cadenas globales de producción y suministro.
Una de las normas aprobadas va específicamente dirigida a las empresas extranjeras. Estas necesitarán a partir de ahora la aprobación de Pekín para exportar imanes de tierras raras y otros materiales derivados que contengan trazas mínimas de estos elementos de origen chino, incluso si los productos han sido producidos en el extranjero. También será de aplicación para los productos que se fabriquen en el extranjero usando tecnologías chinas.
Esta nueva normativa crea por primera vez una fórmula similar a la que emplea Washington para bloquear las exportaciones relacionadas con semiconductores a China desde terceros países, y ha sido diseñada para dotar a Pekín de mayor control sobre unos elementos críticos en la fabricación de productos tecnológicos y de defensa, desde chips hasta cazas de combate.
La norma detalla de forma expresa los tipos de metales a los que se aplica (como los de samario, disprosio, gadolinio y terbio) y especifica que, en principio, no se concederán licencias cuando los productos estén destinado a usuarios militares extranjeros o a ser empleados en el campo militar. Cuando tengan como objetivo su aplicación en chips avanzados, las licencias se aprobarán caso por caso.
La decisión, según el anuncio del Ministerio, ha sido tomada por el Gobierno chino “para salvaguardar la seguridad y los intereses nacionales” y será de aplicación para los artículos de “doble uso”, civil y militar, en línea con medidas previas con las que ya había ido endureciendo el comercio de recursos críticos en los últimos tiempos, especialmente a raíz de la guerra comercial.
Además, en la misma línea, Pekín ha aprobado también este martes una nueva norma dirigida al control de la exportación de tecnologías chinas relacionadas con la minería, fundición, separación y la fabricación de imanes de tierras raras y también con las vinculadas a sus líneas de producción y procesamiento en las fábricas.
Los exportadores de este tipo de tecnologías y herramientas deberán obtener también una licencia. La medida será de aplicación, además de para operadores nacionales, para “ciudadanos, personas jurídicas y organizaciones no constituidas en sociedad chinas, así como todas las personas físicas, personas jurídicas y organizaciones no constituidas en sociedad dentro del territorio de China”, detalla la nota del Ministerio.
El Gobierno también ha ampliado las restricciones a cinco nuevos tipos de tierras raras, como el holmio (esencial para láseres avanzados, imanes y tecnologías nucleares) y el erbio (con aplicaciones en fibra óptica).
Las nuevas medidas golpean un sector determinante en la geopolítica del siglo XXI, en el que China se ha convertido en líder absoluto. Tiene los recursos, las herramientas y el conocimiento para su explotación. La República Popular fue responsable en 2024 de un 69% del minado mundial de los 17 elementos químicos clasificados como tierras raras, según el Servicio Geológico de Estados Unidos; cuenta con el 40% de las reservas mundiales probadas y controla, de media, el 80% de los distintos eslabones de la cadena de valor global, según China Mining Magazine.
Es previsible que la medida irrite a Trump, cuya obsesión por recuperar el control sobre la extracción y procesado de tierras raras ha estado presente en buena parte de su política exterior, de Groenlandia a Ucrania, que cuentan con reservas de estos elementos.
Los analistas ven en el movimiento una estrategia negociadora de Pekín de cara a la esperada reunión entre Trump y Xi en Corea del Sur. El encuentro fue confirmado por el magnate republicano después de la conversación telefónica de ambos a mediados de septiembre. Tras ella, aseguró también que habían alcanzado un acuerdo para que la popular aplicación china de vídeos TikTok, sobre la que pendía una prohibición del Congreso, pueda seguir operando en Estados Unidos.
Las tierras raras han sido una de las armas más contundentes de Pekín frente a los golpes arancelarios de Trump. Las autoridades comunistas son conscientes de su poder de negociación. Después de los cañonazos de Washington, Pekín replicó en abril con restricciones a la exportación de siete de estos elementos y sus productos derivados, un golpe que ayudó a forzar una tregua, que sigue en pie. China se ha comprometido durante las rondas de negociaciones comerciales con Estados Unidos que se han sucedido desde mayo a facilitar licencias de exportación de estos elementos.