Merz logra el sí del Parlamento alemán para su plan de inversiones multimillonarias para defensa e infraestructuras
El proyecto, pendiente del voto final el viernes en el Bundesrat, pondrá fin al rigor presupuestario y rearmará al país ante la amenaza rusa y el giro de EE UU

El Bundestag ha adoptado este martes, por 513 votos a favor y 207 en contra, una reforma constitucional para gastar centenares de miles de millones de euros en defensa, infraestructuras y medio ambiente. Al superar la propuesta los dos tercios de votos necesarios, Alemania rompe con el dogma del déficit cero y acelera el rearme ante la amenaza de Rusia y el posible abandono de Europa por parte de Estados Unidos. Y el democristiano Friedrich Merz, vencedor en las elecciones del 23 de febrero, logra una victoria rotunda, incluso antes de ser investido canciller. ...
El Bundestag ha adoptado este martes, por 513 votos a favor y 207 en contra, una reforma constitucional para gastar centenares de miles de millones de euros en defensa, infraestructuras y medio ambiente. Al superar la propuesta los dos tercios de votos necesarios, Alemania rompe con el dogma del déficit cero y acelera el rearme ante la amenaza de Rusia y el posible abandono de Europa por parte de Estados Unidos. Y el democristiano Friedrich Merz, vencedor en las elecciones del 23 de febrero, logra una victoria rotunda, incluso antes de ser investido canciller. Podrá empezar su mandato con un arsenal financiero que la primera economía de Europa no ha tenido en años. La reforma se someterá este viernes al voto definitivo del Bundesrat, la cámara regional.
“La guerra de [Vladímir] Putin no se dirige solo contra Ucrania, sino contra Europa, contra nuestra seguridad y nuestra libertad”, ha avisado Merz en el debate previo a la votación. “Contra estos ataques nos defenderemos en los próximos años y décadas con todo lo que tengamos a nuestra disposición”. El futuro canciller ha justificado que las medidas excepcionales que propone responden al nuevo contexto internacional. Ha señalado a la extrema derecha como cooperadora de Rusia en esta situación. Y ha avisado de que tanto los aliados como los enemigos estaban este martes pendientes del Bundestag, pues lo que está en juego va más allá de esta votación. La reforma constitucional y el plan de rearme e inversiones “debe ser el primer paso hacia una defensa europea común” y debe incorporar también al Reino Unido, ha añadido.
Merz quiso que su plan de endeudamiento se adoptase en el Bundestag saliente, y no el elegido en las elecciones recientes. Así podía lograr los dos tercios de escaños necesarios que exige la reforma constitucional. En el nuevo Parlamento, que asumirá sus funciones la semana próxima, la extrema derecha de AfD y los poscomunistas de La Izquierda disfrutan de una minoría de bloqueo de más de un tercio, y habrían hecho fracasar la iniciativa. El Tribunal Constitucional rechazó los recursos en contra de la votación planteada por estos partidos, que la calificaban de antidemocrática por no reflejar el hemiciclo la voluntad popular expresada en las urnas. El Bundestag, según la Ley Fundamental, es operativo hasta el último minuto, aunque se hayan celebrado nuevas elecciones.
Se esperaba que la mayoría para adoptar la reforma fuese ajustada. La CDU / CSU de Merz y el socialdemócrata SPD, embarcados en una negociación para formar una coalición de gobierno, no alcanzaban solos los dos tercios. Necesitaban a Los Verdes. Entre otras concesiones, estos obtuvieron un fondo para la transición ecológica de 100.000 millones de euros. Pero se temían deserciones, sobre todo entre los democristianos, molestos porque Merz rompió con las promesas de evitar el endeudamiento. Merz necesitaba 489 votos como mínimo y estos tres partidos sumaban 31 más. El margen era estrecho: al final fueron 24 más, un margen suficiente en lo que el diario sensacionalista Bild calificó como “la votación más cara de todos los tiempos” por el cuantioso endeudamiento que implicará.
“Entiendo a los pacifistas y a quienes abogan por la cultura de la prudencia militar”, dijo a EL PAÍS el diputado Omir Nouripour, expresidente de Los Verdes. “Al mismo tiempo, la situación es grave, y no solo en Ucrania, sino que hay una inquietud profunda entre nuestros vecinos y socios en la UE, en un momento en que los estadounidenses han dejado de ser fiables”. Nouripour añadió: “Es una buena noticia para Europa porque Alemania hará las inversiones necesarias para una seguridad conjunta y para modernizar la economía y generar crecimiento”. Alice Weidel, copresidenta de AfD, pintó, en cambio, un retrato tenebroso de la economía alemana por culpa del nuevo endeudamiento. “Es el golpe de gracia para el euro”, vaticinó.
Más de un billón de euros
El plan incluye un fondo especial de 500.000 millones para infraestructuras en los 12 próximos años, que prevé 100.000 euros para el medio ambiente. Además, el gasto militar que supere el 1% del PIB se excluirá de las normas del freno a la deuda, que hasta ahora restringía severamente el margen de los Gobiernos alemanes para modernizar las Fuerzas Armadas y responder a las nuevas amenazas. Finalmente, autoriza a los länder (Estados federados) a liberarse de la obligación constitucional de equilibrar sus cuentas y endeudarse hasta el 0,35% del PIB. Algunos cálculos elevan el montante del paquete a más de un billón de euros.
El jefe del Partido Socialdemócrata, Lars Klingbeil, defendió durante el debate el acuerdo con la CDU/CSU y Los Verdes como ejemplo de la capacidad de los partidos del “centro democrático” para ofrecer soluciones. La portavoz de Los Verdes, Britta Haßelmann reprochó a Merz que, antes de las elecciones, hubiese respondido repetidamente con un “no categórico” a las propuestas de su partido para adoptar un plan parecido al que ahora, a toda prisa, el futuro canciller ha querido imponer.
“¡Vaya teatro!”, exclamó el otro copresidente de AfD, Tino Chrupalla, en alusión al cambio de posición de Merz tras las elecciones. “Las deudas de hoy son los impuestos de mañana”, dijo Christian Dürr, del partido liberal FDP, miembro del Gobierno tripartito hasta el pasado noviembre. El debate y el voto —el último de la legislatura— escenificó el cambio de guardia. El FDP ya no estará en el Bundestag a partir de la semana próxima. La extrema derecha formará el segundo grupo y encabezará la oposición. El aún canciller, el socialdemócrata Olaf Scholz, desde la bancada gubernamental, lo observaba todo con distancia. Ya tiene un pie fuera. Y Merz ya habla y actúa como jefe de Gobierno, aunque su investidura no se prevé hasta finales de abril.
El próximo paso es el Bundesrat, donde están representados los länder. Ahí también son necesarios dos tercios. No bastará, para ello, con los Estados en los que los gobiernos están formados por la CDU/CSU, el SPD o Los Verdes. El voto decisivo para llegar a los dos tercios es el de Baviera, donde la CSU gobierna en coalición con un pequeño partido, los Electores Libres, contrario al endeudamiento. Los Electores Libres amagaron durante días con impedir a la CSU emitir, en nombre de ese Estado federado, un voto favorable. Pero el lunes se anunció un acuerdo que, en principio, despeja este obstáculo y permitirá el viernes la adopción definitiva de la reforma.
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