La crisis política de Portugal acapara el debate del último Presupuesto del Gobierno de António Costa
La oposición aprovecha la Operación Influencer para atacar los ocho años de gobernación socialista
Entre los Presupuestos Generales para 2024 presentados por el Gobierno portugués a principios de octubre y los aprobados este miércoles en la Asamblea de la República han cambiado muchas cosas. En las cuentas y en el Gobierno. Algunas de las medidas más controvertidas —como la implantación de un gravamen tributario en el impuesto de circulación de los coches más antiguos o la supresión del régimen fiscal especial para residentes no habituales (su extinción se aplaza un año)— se han eliminado y otras se han incorporado en la negociación parlamentaria con la oposición, que aporta 80 de las 200 e...
Entre los Presupuestos Generales para 2024 presentados por el Gobierno portugués a principios de octubre y los aprobados este miércoles en la Asamblea de la República han cambiado muchas cosas. En las cuentas y en el Gobierno. Algunas de las medidas más controvertidas —como la implantación de un gravamen tributario en el impuesto de circulación de los coches más antiguos o la supresión del régimen fiscal especial para residentes no habituales (su extinción se aplaza un año)— se han eliminado y otras se han incorporado en la negociación parlamentaria con la oposición, que aporta 80 de las 200 enmiendas aceptadas. Los Presupuestos contemplan una reducción del impuesto de la renta y una subida de las pensiones entre un 5,2% y un 6,2%. Tras la aprobación, está previsto que el presidente de la República, Marcelo Rebelo de Sousa, destituya al Gobierno en los próximos días. El país se sumergirá entonces en un ambiente electoral que concluirá el domingo 10 de marzo con los comicios, los segundos que se anticipan en dos años.
La mudanza más radical, sin embargo, ha sido el propio escenario político, con la dimisión del primer ministro, António Costa, el pasado 7 de noviembre al saber que era investigado por el Tribunal Supremo como una derivada de la Operación Influencer, que provocó la detención de su jefe de gabinete, Vítor Escária, y su amigo Diogo Lacerda Machado por supuestos delitos relacionados con la tramitación de proyectos energéticos y un centro de datos en Sines. Uno de los investigados, el exministro de Infraestructuras, João Galamba, siguió el debate desde la bancada parlamentaria, tras haber presentado su dimisión seis días después de las detenciones. También como diputado de a pie estaba el exministro Pedro Nuno Santos, que aspira a suceder a Costa en el liderazgo del PS y que tendrá como principal adversario para ello al ministro del Interior, José Luís Carneiro.
La operación de la Fiscalía condicionó toda la sesión. Desde el ala derecha, los ataques del Partido Social Demócrata (PSD, centroderecha) y Chega fueron implacables. “¿Qué sentido común tuvo Costa en 2020 cuando nombró a Vítor Escária como jefe de gabinete y nombró a Lacerda Machado para funciones relevantes sin cargo oficial?”, se interrogó retóricamente el líder parlamentario del PSD, Joaquim Miranda Sarmiento, que consideró que el Gobierno socialista de mayoría absoluta fue “incapaz” de resolver problemas. “Es irónico que el Partido Socialista acabe por ser víctima del clima de promiscuidad que promovió y caiga con él”, señaló André Ventura, el líder de la extrema derecha que más está rentabilizando en las encuestas la actual crisis política.
Menor apoyo al PS
Un sondeo de este fin de semana, realizado por la Universidad Católica para el diario Público, muestra un descenso en el apoyo electoral tanto del Partido Socialista como del PSD, que sería el más votado. Entre ambos hay apenas un punto de diferencia: un 29% votaría al PSD, frente a un 28% de los socialistas. Es la ultraderecha de Chega la que parece recoger todos los beneficios de la crisis y alcanza una estimación de voto de cerca del 16%, consolidándose como tercera fuerza parlamentaria.
Más que el retroceso socialista, justificado por los acontecimientos recientes, llama la atención que el principal líder de la oposición, Luís Montenegro, no capitalice lo ocurrido y siga sin despegar en las encuestas. Incluso sin saber aún quién será su candidato electoral, los socialistas logran casi un empate con el PSD. La tendencia general es un claro avance del ala derecha (también mejoraría sus resultados Iniciativa Liberal) frente al bloque de la izquierda, donde solo avanzan partidos minoritarios de forma tímida.
El pleno permitió también al grupo socialista homenajear a António Costa, primer ministro desde 2015, con un largo aplauso en pie de su bancada y las palabras de gratitud de su líder parlamentario, Eurico Brilhante Dias. “Portugal tuvo la suerte de tenerle en el liderazgo en los momentos más duros de la pandemia, el evento más disruptivo de nuestras vidas”, afirmó. El largo aplauso de los suyos, que se prolongó más de un minuto, emocionó al primer ministro, que asistía a su último pleno de Presupuestos. Brilhante Dias reservó la ofensiva para la derecha: “Los portugueses tienen que escoger entre aquellos que son radicales y parecen ahora moderados y entre aquellos que se llaman moderados y hacen discursos radicales”.
Los Presupuestos salieron adelante solo con los votos socialistas y la abstención de los diputados de Livre y PAN. Costa, que no intervino en el pleno, reivindicó su gestión fuera del hemiciclo ante los periodistas. “A lo largo de estos ocho años le hemos dado la vuelta a la página de la austeridad y hemos sacado al país de una situación de déficit excesivo para llevarlo a una situación de sólida estabilidad presupuestaria que aumenta ahora la libertad de las elecciones políticas”, destacó.
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