Estados Unidos alerta a los talibanes de que tendrán que “ganarse su legitimidad” frente al resto del mundo
Las potencias occidentales recelan del nuevo Gobierno y se coordinan para forzarle a cumplir sus compromisos
El Gobierno interino que los talibanes anunciaron el martes al mundo no se corresponde con lo que le habían prometido a la comunidad internacional. No se trata de un Gobierno inclusivo que represente a la sociedad afgana –solo lo forman talibanes del ala dura-, no hay ninguna mujer, y uno de los ministros, el del Interior, figura actualmente en las listas de los más buscados del FBI por su participación en atentados t...
El Gobierno interino que los talibanes anunciaron el martes al mundo no se corresponde con lo que le habían prometido a la comunidad internacional. No se trata de un Gobierno inclusivo que represente a la sociedad afgana –solo lo forman talibanes del ala dura-, no hay ninguna mujer, y uno de los ministros, el del Interior, figura actualmente en las listas de los más buscados del FBI por su participación en atentados terroristas. Los países occidentales recelan del nuevo Ejecutivo talibán y le exigirán que demuestre con hechos lo que promete. Así lo expresaron este miércoles el secretario de Estado estadounidense, Antony Blinken, y el ministro de Exteriores alemán, Heiko Maas. Los talibanes “tendrán que ganarse la legitimidad y el apoyo internacionales que están buscando”, dijo Blinken, de visita en la base aérea de Ramstein, en Alemania. “Las noticias que llegaron ayer no nos hacen ser optimistas”, reconoció Maas.
Las potencias occidentales no quieren quedarse fuera del tablero geopolítico que se está configurando en Afganistán tras la llegada de los talibanes al poder. Tienen claro que es necesario mantener el contacto con el nuevo régimen que gobierna el país asiático, pero todavía están diseñando cómo será esa relación. La visita este miércoles del jefe de la diplomacia estadounidense a su homólogo alemán se encuadra dentro de ese objetivo de dar una respuesta coordinada al desafío que supone mantener la interlocución con los talibanes para asegurar la evacuación de las personas amenazadas que todavía no han podido abandonar el país y la entrada de ayuda humanitaria para la población afgana. Ningún país occidental tiene actualmente representación diplomática en Kabul. Blinken y Maas subrayaron que la respuesta será unitaria, pero no adelantaron en qué consistirán las relaciones que se establezcan con los talibanes. “Dependerá por completo de sus acciones en las próximas semanas o meses”, aseguró el primero.
“Estamos estudiando el anuncio, pero a pesar de que aseguraron que el nuevo Gobierno sería inclusivo, la lista de nombres consiste exclusivamente en talibanes o en socios cercanos, y no hay ninguna mujer”, constató Blinken en una rueda de prensa celebrada tras mantener una reunión virtual con los ministros de Exteriores de 22 países y representantes de la OTAN, la Unión Europea y la ONU. Blinken dijo que existe “preocupación” por los antecedentes de alguna de estas personas y reveló que en el encuentro se había acordado no dar legitimidad a los talibanes hasta que demuestren con hechos que cumplen sus compromisos de permitir la libre circulación de quienes quieren abandonar el país, velar por los derechos de mujeres y niños y no albergar grupos terroristas en su territorio. “Los talibanes buscan la legitimidad internacional y apoyo. Y tendrán que ganárselos”, enfatizó.
“Un Gobierno de transición que no incluye otros grupos no es buena señal para la cooperación internacional y la estabilidad en el país”, aseguró Maas. “Esperamos que los siguientes pasos sí envíen esa señal. A los talibanes les debe quedar claro que el aislamiento internacional va en contra de sus intereses, y especialmente en contra de los intereses de la población afgana”, añadió. La ONU calcula que más de la mitad de la población necesita asistencia humanitaria. El colapso de la economía, la sequía y la pandemia de covid-19 han agravado la situación. La oficina de coordinación de asuntos humanitarios de la ONU alertó el martes de que los servicios básicos en el país están al borde del colapso y de que se están acabando los alimentos y otros productos de primera necesidad. El 13 de septiembre se celebra una conferencia internacional de donantes para recaudar ayuda.
Tras su paso por Qatar, Blinken aterrizó este miércoles en la base aérea estadounidense de Ramstein, en Alemania, el principal centro de tránsito de refugiados afganos en Europa. Más de 34.000 personas evacuadas habían llegado a esta base, sede del comando aéreo aliado de la OTAN, hasta el lunes pasado, según datos del Ministerio del Interior alemán. De ellos casi 21.000 han volado ya hacia Estados Unidos y varios miles más –el cálculo no es preciso puesto que siguen llegando personas rescatadas desde Doha y despegando aviones hacia Estados Unidos- están alojados allí temporalmente en tiendas de campaña a la espera de ser trasladados. Blinken, que visitó algunas tiendas y charló con los refugiados, agradeció la ayuda alemana. “Será recordada durante mucho tiempo”, dijo en la rueda de prensa.
“Queremos obrar conjuntamente”, aseguró Heiko Maas antes de la llegada de Blinken, que tras visitar el centro de refugiados participó en un encuentro telemático con los ministros de una veintena de países aliados que participaron en la misión de la OTAN en Afganistán. La visita de Blinken confirma el papel de liderazgo que ha adoptado Alemania en la crisis afgana. Maas fue el primer alto representante occidental que viajó el mes pasado a varios países vecinos de Afganistán, entre ellos Qatar, en un intento de acordar “un acercamiento internacional coordinado a los talibanes”.
La canciller, Angela Merkel, también ha marcado el paso a otros líderes europeos afirmando públicamente que el diálogo era necesario. Ya el 25 de agosto dijo que los talibanes “son una realidad” y que la comunidad internacional debía “mantener conversaciones con ellos” para tratar de proteger a la población. Los esfuerzos diplomáticos alemanes los lidera Markus Potzel, que fue embajador en Kabul entre 2014 y 2016 y que desde que estalló la crisis permanece en Doha en continuo contacto con el nuevo régimen. Potzel mantiene una cuenta de Twitter desde la que en ocasiones informa de los progresos.
Estados Unidos y Alemania fueron los dos países con mayor número de soldados desplegados en Afganistán para llevar a cabo la operación de evacuación. Alemania también fue, tras Estados Unidos, el país que aportó más efectivos a las dos misiones de la OTAN que durante dos décadas formaron y asesoraron a las fuerzas de seguridad afganas y contribuyeron al desarrollo de las infraestructuras. Las tropas alemanas se retiraron a finales de junio. Con 59 víctimas, el de Afganistán es el despliegue armado más letal para el Ejército alemán desde el final de la Segunda Guerra Mundial.
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