Pedro Castillo modera su discurso en la recta final de las presidenciales en Perú
El candidato radical se compromete a respetar la Constitución y los derechos de las minorías en el país andino
El maestro rural Pedro Castillo modera su discurso en la recta final de las elecciones presidenciales de Perú, que se celebrarán el próximo 6 de junio. El candidato radical, que encabeza todas las encuestas frente a Keiko Fujimori, ha abandonado algunas de sus propuestas planteadas antes de la primera vuelta y que amenazaban el orden jurídico. Entre ellas, había pedido la pena de muerte para delincuentes ...
El maestro rural Pedro Castillo modera su discurso en la recta final de las elecciones presidenciales de Perú, que se celebrarán el próximo 6 de junio. El candidato radical, que encabeza todas las encuestas frente a Keiko Fujimori, ha abandonado algunas de sus propuestas planteadas antes de la primera vuelta y que amenazaban el orden jurídico. Entre ellas, había pedido la pena de muerte para delincuentes y corruptos, se había declarado contrario al matrimonio igualitario y había amenazado con desactivar la Defensoría del Pueblo por no resolver controversias que afectan a comunidades campesinas. Ante las críticas que lo acusaban de querer imponer un régimen autoritario como el venezolano, el candidato presidencial firmó este miércoles un compromiso de diez puntos en el que garantiza el respeto a los tratados internacionales y los derechos de las minorías, y precisa que promoverá una asamblea constituyente pero siguiendo las reglas de juego vigentes.
El documento de dos páginas titulado Compromiso con el pueblo peruano recuerda al que firmó en abril de 2011 Ollanta Humala, durante la campaña de segunda vuelta, cuando moderó su discurso. Aquel gesto de Humala, que plasmó en un acuerdo llamado ‘Compromiso en defensa de la democracia’, le valió el apoyo de organizaciones de la sociedad civil y del antifujimorismo, ente ellos del Nobel de Literatura 2010, Mario Vargas Llosa. El militar retirado ganó las elecciones a Keiko Fujimori, que entonces se había lanzado como candidata presidencial por primera vez.
Castillo también se ha comprometido a no repetir los errores cometidos en la gestión de la pandemia y a garantizar “la vacunación para todos y sin privilegios”, en alusión al escándalo del Vacunagate que saltó en febrero cuando la prensa reveló que el expresidente Martín Vizcarra y decenas de funcionarios de los ministerios de Salud y de Relaciones Exteriores se habían vacunado a escondidas con viales de Sinopharm enviados por el Gobierno chino para “personal relacionado” con un ensayo clínico. En la mesa está también el turismo de vacunas, ya que desde abril unos 1.500 peruanos viajan cada día a Estados Unidos para inmunizarse ante la lentitud del proceso en el país andino.
Desde la primera vuelta, el pasado 11 de abril, la mayor parte de la prensa y líderes de opinión de Lima han cuestionado a Castillo y a la izquierdista moderada Verónika Mendoza por promover un referéndum para una asamblea constituyente que termine con la Constitución de 1993. Dicha Carta, aprobada por un congreso constituyente de mayoría fujimorista, instaló el modelo económico neoliberal en Perú después del autogolpe del autócrata Alberto Fujimori en abril de 1992. “Hemos ofrecido cambios fundamentales en el país, como la convocatoria a una Asamblea Constituyente. Me comprometo a que todo ello se hará dentro del marco jurídico vigente. No más golpes de Estado”, señala el documento que suscribe Castillo, al final de un acto en el que anunció un acuerdo político con Mendoza, con quien firmó por separado una declaración conjunta.
Para alejar el temor a que instale un régimen comunista o chavista, como señalan sus adversarios, el candidato de Perú Libre se ha comprometido a, en caso de ganar las elecciones, abandonar el cargo el 28 de julio de 2026. “Cuando termine mi mandato regresaré a mi escuela a seguir trabajando por mi pueblo”, asegura.
La candidatura de Mendoza, líder del movimiento Nuevo Perú y excandidata de Juntos por el Perú, había encabezado durante la campaña de abril las demandas de la población LGTBI, de las que Castillo siempre se ha desmarcado. El acuerdo político alcanzado ahora entre ambos incluye la promesa de Castillo, aunque sin mayores concesiones, de respetar los derechos de las minorías y “defender los derechos humanos de todos los peruanos y peruanas”. “Además, respetaré los tratados internacionales que el Perú ha suscrito en dicha materia”, añade.
El líder sindical del magisterio también ha retrocedido en sus amenazas a instituciones que, según considera, no trabajan a favor de los más necesitados, sino de grandes intereses empresariales o particulares. “Para que ese país que sueño se haga realidad, será necesario fortalecer la democracia, garantizar las libertades y consolidar las instituciones. El Tribunal Constitucional, la Defensoría del Pueblo, y los organismos reguladores del Estado serán fortalecidos para que cumplan su verdadero objetivo: servir al pueblo”, ha ofrecido.
Según la encuesta más reciente, de Ipsos Perú, un 43% de los electores votará por él y un 34% por la hija mayor del autócrata Fujimori. La líder del partido Fuerza Popular, sin embargo, se mantiene en cabeza en Lima, donde reside un tercio del electorado.
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