Cristina Kirchner muestra después de un año a su hija Florencia, ingresada en Cuba
La expresidenta de Argentina sube a las redes la primera foto de la joven desde el inicio del tratamiento por estrés postraumático
Se las ve sonrientes. Cristina Fernández de Kirchner con gafas de sol; su hija Florencia, con un sombrero de ala ancha que le cubre la frente. “Despidiéndome de @florenciakf antes de volver a Buenos Aires”, escribió la vicepresidenta de Argentina en su cuenta de Instagram desde Cuba. Florencia compartió luego la imagen en la cuenta que acaba de abrir en la red social. Ambas mujeres cerraron así el círculo de un acontecimiento político. La foto de Florencia es la primera desde febrero del año pasado, cuando la joven, de 29 años, fue ingresada con un cuadro de estrés postraumático y otras dolencias. Aunque se la ve bien de salud, su madre no ha aclarado si Florencia piensa regresar a Buenos Aires, donde la esperan dos causas judiciales por presunto lavado de dinero.
Cristina Fernández de Kirchner viajó nueve veces a la isla durante el último año para visitar a su hija. Lo hizo incluso durante la campaña electoral que la llevó a la vicepresidencia y apenas asumida en el cargo, el 10 de diciembre. El sábado pasado, Kirchner viajó una vez más. Aprovechó para presentar en La Habana su libro Sinceramente, el gran fenómeno editorial de 2019 en Argentina. Allí, con el presidente Miguel Díaz-Canel y el canciller Bruno Rodríguez Parrilla como espectadores, Kirchner habló de la salud de su hija. Dijo que estaba “muchísimo mejor” y agradeció al gobierno cubano por la atención. "Como madre, tuve la experiencia fantástica de que [Florencia] pueda ser diagnosticada correctamente", dijo.
En febrero del año pasado, Florencia viajó a La Habana para especializarse en una escuela de cine cubano. Cuando debía regresar a Buenos Aires, y ya conocidos los pedidos judiciales para que declare en dos causas que involucraban a su familia, los médicos le impidieron viajar en avión. Le diagnosticaron estrés postraumático y un linfedema (acumulación de líquido derivado de un trastorno linfático) en sus piernas. Kirchner publicó entonces un vídeo donde dijo que su hija había sido ingresada “producto de la persecución feroz a la que fue sometida” por los tribunales argentinos. “Empezó a tener severos problemas de salud. El brutal estrés que sufrió devastó su cuerpo”, dijo.
El fin de semana pasado volvió sobre la misma idea. Dijo que la persecución judicial que, según ella, padeció durante el macrismo, aplicó contra su familia prácticas de lawfare, utilizando el término con que se define el uso abusivo de las causas judiciales por parte del poder político y mediático. “Pero a diferencia de los casos de Lula [da Silva], [Rafael] Correa o Evo [Morales], en Argentina el lawfare adquirió una característica adicional, un componente mafioso: ir contra la familia. Y se tradujo en la persecución a mis hijos, especialmente a Florencia, a la que vieron vulnerable”, dijo.
Florencia Kirchner figura junto a su madre y su hermano, el diputado Máximo Kirchner, en los expedientes de las causas Hotesur y Los Sauces. La justicia sospecha que esas empresas sirvieron de fachada para lavar dinero proveniente de sobornos pagados por empresas a cargo de obras públicas. Los abogados han debido informar a los jueces el cuadro de salud que impedía a Florencia declarar en Buenos Aires.
La foto de madre e hija activará ahora todo tipo de especulaciones en los tribunales, mientras el posible regreso de la joven es aún una incógnita. Mientras tanto, Florencia suma seguidores en Instagram. Su nueva cuenta (la anterior quedó paralizada desde el inicio de su tratamiento), acumuló 25.000 seguidores en unas pocas horas.
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