Francisco Sagasti, un experimentado estratega político al frente de la transición en Perú
El nuevo presidente interino, exdirectivo del Banco Mundial, lleva una vida dedicada a las políticas públicas, aunque dio el salto a la primera línea en 2016
Francisco Sagasti se convirtió este lunes en presidente interino de Perú, el tercer gobernante al frente del país tras una semana de convulsión que comenzó con la destitución de Martín Vizcarra y siguió con la efímera llegada al poder de ...
Francisco Sagasti se convirtió este lunes en presidente interino de Perú, el tercer gobernante al frente del país tras una semana de convulsión que comenzó con la destitución de Martín Vizcarra y siguió con la efímera llegada al poder de Manuel Merino hasta que la presión ciudadana le forzó a renunciar el domingo. Sagasti, ingeniero industrial de 76 años y exjefe de Planeamiento Estratégico del Banco Mundial, llegó a la política parlamentaria en 2016 como candidato al Congreso por el Partido Morado, una formación de centroderecha que surgió antes de las elecciones de ese año con el economista Julio Guzmán como candidato a la presidencia.
Después de que esa agrupación fuera excluida por la autoridad electoral, el Jurado Nacional de Elecciones, en vísperas de los comicios, concurrió al Congreso en enero de este año con el mismo grupo político como cabeza de lista. Lo consiguió con más de 94.000 votos. Sin embargo, Sagasti no es en absoluto un novato de la política. El dirigente, que asumirá este martes como presidente de transición de Perú, fundó en 1993 —junto con uno de los principales psicoanalistas peruanos, Max Hernández— una organización llamada Agenda Perú, que elaboró diagnósticos de los problemas de su país para proponer políticas públicas sobre la gobernabilidad y el desarrollo.
Con ese fin, Sagasti y Hernández recorrieron el país para consultas con especialistas y representantes del Estado y la sociedad civil. “Es un profesional muy competente como ingeniero, economista y especialista en ciencia y tecnología. Ha ocupado cargos importantes, entre ellos el de asesor del Ministerio de Relaciones Exteriores cuando fui canciller”, comentó a EL PAÍS Allan Wagner, exministro de Relaciones Exteriores en el primer Gobierno del antiguo líder del Partido Aprista Alan García. “Ha tenido una amplia actividad académica y dirigido proyectos como consultor. En lo personal, es afable, dialogante, busca generar consensos y es especialista en dinámica de grupos”, añade Wagner.
Si bien en 2007 formó parte del partido de izquierda moderada Democracia Social, al cual renunció, hace un año afirmó en una entrevista que sentía que estaba comenzando su verdadera trayectoria política. “Luego de más de cincuenta años de vida académica y profesional estoy entrando por primera vez en la política para poner mi experiencia al servicio de la ciudadanía”, dijo al periódico Publimetro. El político estudió ingeniería industrial en la Universidad Nacional de Ingeniería, un centro público, y tiene un doctorado en Investigación operacional y Ciencias de sistemas por la Universidad de Pensilvania. Ha sido consultor de las Naciones Unidas en ciencia y tecnología y hasta ahora presidía la Comisión de Ciencia y Tecnología del Congreso.
Su colega de la bancada del Partido Morado en el Parlamento, el congresista Alberto de Belaúnde, destacó la faceta de Sagasti como especialista en innovación. “Es una persona de ideas firmes, pero que al mismo tiempo sabe escuchar y cree en el diálogo. En estos meses hemos escuchado mucho —debido a la pandemia del nuevo coronavirus— la frase ‘sin ciencia no hay futuro’: tenerlo de presidente es asegurar que no sea solo una frase, sino una auténtica política de gobierno”, dijo De Belaúnde a EL PAÍS. El psicoanalista Max Hernández, quien conoce a Sagasti desde su época de estudiantes —aunque el nuevo presidente interino es unos años menor— destaca que cuando Alberto Fujimori dio el autogolpe de Estado en 1992, se dieron cuenta de que necesitaban divulgar ideas sobre la gobernabilidad democrática porque el país se estaba precipitando hacia una pérdida de institucionalidad. “Era el momento de la difusión de las ideas de Huntington sobre los países fallidos”, recuerda Hernández en una entrevista telefónica minutos después de la jura de su amigo como nuevo líder del Parlamento.
Mensaje recibido
Sagasti asumirá en una ceremonia este martes como presidente de transición hasta julio del próximo año, cuando tome las riendas el ganador de las elecciones convocadas para abril de 2021. En su primer discurso como líder del Congreso se dirigió a los jóvenes que protestaron durante siete días seguidos contra el daño a la separación de poderes del Estado tras la destitución de la presidencia de Martín Vizcarra el lunes pasado.
Los protagonistas de la ola masiva y nacional de manifestaciones que empujaron a la renuncia al Gobierno interino de Manuel Merino han sido llamados “la generación del Bicentenario". Dos de esos jóvenes murieron la noche del domingo a causa de la brutal represión policial de las protestas en Lima. Sobre ese episodio el nuevo mandatario interino señaló: “No podemos volverlos a la vida, pero sí podemos desde el Congreso y desde el Ejecutivo tomar las medidas para que esto no vuelva a suceder”.
”Tenemos algunos heridos de mayor o menor gravedad que están esperando recuperarse por manifestarse casi en su totalidad de manera pacífica. Tenemos desaparecidos. Cuando un peruano muere, y más aún si es joven, todo el Perú está de duelo, y si muere defendiendo la democracia, al luto se suma la indignación”, añadió, mientras cientos de ciudadanos veinteañeros esperaban el desenlace de la votación afuera del Congreso. “Lo que estamos viendo en la calle es esa indignación que debemos aceptar y encauzar por caminos pacíficos que nos ayuden. Hemos visto un poderosísimo llamado de atención: no bastó la pandemia, no bastó la crisis económica ni los problemas de seguridad. Tuvimos que esperar a la muerte de dos jóvenes para que nos caiga la enormidad de la crisis que estamos viviendo y nos motive a trabajar para el desarrollo de un país más equitativo”, prometió Sagasti.