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Alberto Fernández, el presidente profesor

Tres días después de llegar a la Casa Rosada, el líder peronista toma examen a sus alumnos de Derecho de la Universidad de Buenos Aires

El presidente Alberto Fernández posa junto a los alumnos a los que acaba de tomar examen en la UBA.
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Tres días después de jurar como presidente de Argentina, Alberto Fernández cumplió con la promesa que hizo a sus alumnos de Teoría General del Delito, la materia que dicta en la carrera de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). A las 10 de la mañana de este viernes, el presidente entró directo al estacionamiento de la facultad en su auto oficial y acompañado por cuatro custodios y el edecán militar caminó hasta el aula para cumplir con los exámenes del cierre de año. Las redes mostraron fotos del presidente vestido de saco y corbata rosa y sentado frente a sus alumnos en la mesa examinadora. Fernández se tomó luego una foto con sus estudiantes y prometió que no pedirá licencia, pese a sus nuevas responsabilidades.

Los estudiantes sabían que tendrían que rendir ante el nuevo presidente. Así se los había prometido el mismo Fernández, que cumplió con todo el calendario académico en medio de la campaña electoral e incluso tras el triunfo ante Mauricio Macri en las generales de octubre. El revuelo en los pasillos de Derecho fue monumental. Los estudiantes se agolpaban frente al aula 235 del segundo piso, en medio de fotógrafos y cámaras de televisión.

“Cuando uno tiene al presidente de profesor quiere lucirse”, dijo Nicolás después de rendir a los periodistas que lo abordaron. “Es un profesor excelente, nunca tocamos temas políticos y se dedicó a la materia. Me ayudó mucho en el examen, pero muy exigente. Ahora le voy a sacar una foto a la libreta con su firma y la voy a poner el currículum, para que vean que me aprobó el presidente”, contó, visiblemente agotado por la experiencia.

Fernández ya había dicho que disfrutaba mucho dando clases, y que su intención era mantener el cargo de profesor titular. Este viernes ratificó que no pedirá licencia. “Voy a seguir dando clases cada 15 días. Le voy a pedir a la facultad tener una adjunto para poder hacerlo”, dijo antes de retirarse de la facultad, donde estuvo más de dos horas. Más tarde, desde su cuenta en Twitter, dio contenido político a su decisión. “No quise dejar de venir hoy a la Facultad de Derecho de la UBA a tomar exámenes finales a mis alumnos y alumnas de Derecho Penal. La educación pública gratuita es uno de los valores más importantes que tenemos. Vamos a defenderla con el ejemplo y con los recursos que merece”, escribió.

El mensaje fue un tiro por elevación a la gestión de Mauricio Macri, criticada por el peronismo por no atender lo suficiente a las universidades dependientes del Estado nacional. Este no fue el primer gesto de Fernández que intenta mostrar cercanía con la gente. El día de su toma de posesión condujo su propio auto hasta el Congreso, donde Macri lo esperaba para colocarle la banda presidencial y entregarle el bastón. Ahora ha querido destacar su perfil académico, como profesor de la universidad más prestigiosa del país.

En las redes, sin embargo, recibió críticas a su decisión. A tres días de llegar a la Casa Rosada, a muchos pareció un exceso el tiempo que se tomó en el aula. No hay ley que se lo prohíba, incluso si pretende mantener sus clases cada dos semanas. No podrá, eso sí, cobrar por ello, porque como presidente ya recibe un salario del Estado.

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