Miles de personas marchan contra el G20 bajo un fuerte dispositivo de seguridad
"No al G20, abajo el acuerdo Macri-FMI, Fuera Trump y demás líderes imperialistas", lema de la manifestación
En medio de una Buenos Aires blindada por la cumbre del G20, miles de personas protestaron este viernes contra el Gobierno de Mauricio Macri y las políticas económicas de las grandes potencias mundiales. Bajo el lema "No al G20, abajo el acuerdo Macri-FMI, Fuera Trump y demás líderes imperialistas", los manifestantes marcharon en un clima festivo por el centro de la ciudad rodeados de un enorme despliegue policial. El dispositivo de seguridad de la cumbre ha movilizado a más de 20.000 policías.
Macri goza de un gran respaldo entre los principales jefes de Estado y de Gobierno reunidos en Buenos Aires. Pero la cumbre se celebra cuando el país atraviesa una importante crisis económica que ha debilitado la imagen del presidente de puertas adentro. “No al ajuste de Macri y del FMI”, podía leerse en numerosas pancartas, en referencia al rescate de 57.000 millones de dólares (unos 50.392 millones de euros) concedido por el Fondo a cambio de duras medidas de austeridad para equilibrar las cuentas públicas. “Contra el hambre y la entrega, contra el FMI, el G20 y el Fondo se tienen que ir”, cantaban los participantes en la marcha, que llegó hasta la plaza frente al Congreso, centro del poder político argentino.
El Gobierno reforzó días atrás los controles en las fronteras para evitar la entrada de activistas antiglobalización con antecedentes. Impuso también registros en los alrededores de la manifestación y cerró con vallas muchas de las calles de acceso al recorrido pactado. Pero la marcha transcurrió sin incidentes, a excepción de la detención previa de siete personas por portar "objetos contundentes e inflamables", según fuentes policiales. Pasadas unas horas, los fiscales ordenaron la liberación de cuatro de ellos.
El Gobierno y los organizadores de la marcha querían evitar que la protesta se convirtiese en una batalla campal como la registrada en la cumbre del G20 en Hamburgo (Alemania). Los violentos enfrentamientos entre manifestantes y fuerzas de seguridad provocaron entonces más de un centenar de heridos, 44 detenidos y destrozos en todo el barrio en el que se hizo la protesta.
A diferencia de esa manifestación, celebrada en el corazón de la izquierda radical alemana y en la que participaron manifestantes llegados de toda Europa, la de Buenos Aires tuvo una clara impronta local. Fue convocada por el premio Nobel de la Paz Adolfo Pérez Esquivel y un centenar de organizaciones sociales y de derechos humanos. La referente de Madres de Plaza de Mayo Línea Fundadora, Nora Cortiñas, marchó en la cabecera. “Los negocios que vienen a hacer hoy se van a descubrir enseguida. Nosotros vamos a responder con una pelea permanente en las calles”, señaló.
“Queremos mostrar al Gobierno de Macri y a los líderes del capitalismo mundial que recibe con tanto entusiasmo que el pueblo argentino no está dispuesto a dejarse someter, a que nos sigan saqueando y hambreando”, agregó María del Carmen Verdú, titular de la Coordinadora contra la represión policial e institucional.
Macri y Trump fueron los dos jefes de Estado más criticados por los manifestantes. La cara del presidente estadounidense copó pancartas, camisetas y muñecos gigantes, con leyendas contrarias a su presencia en el país. Pero también hubo duros mensajes contra el príncipe heredero saudí Mohamed Bin Salmán, denunciado ante la Justicia por Human Rights Watch por presuntos crímenes de guerra en Yemen.
La manifestación culminó una semana de charlas y talleres en la denominada Cumbre de los pueblos. A lo largo de toda la semana, cientos de participantes debatieron alternativas al capitalismo y formas de resistencia a la ola conservadora en el continente capitaneada por Trump en Estados Unidos y por Jair Bolsonaro en Brasil. “El patriarcado nos obliga a resistir desde que nacemos, por eso estamos al frente de todas las luchas”, comentó María, manifestante brasileña residente en Argentina. “Nos están expulsando de nuestras tierras y con Bolsonaro será aún peor. Buscan que perdamos soberanía sobre nuestros territorios, nuestros cuerpos y sobre nuestras semillas. Pero no nos vamos a rendir”, añadió.
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