La personal plurinominal
El listado debe contener por lo menos una leve insinuación de todo aquello que el candidato en cuestión acostumbra hacer cuando nadie lo ve
Propongo humildemente que todo político candidato a puesto público deposite en el altar de la Patria un documento (sin copia, escrito a mano, doble espacio, legible) donde enliste lo que podría bautizarse como su Personal Plurinominal. Más que una burda confesión o relatoría de hechos, allende los límites de su historia clínica y sin llegar a ser una declaración de rentas, la Personal Plurinominal debe contener por lo menos una leve insinuación de todo aquello que el candidato en cuestión acostumbra hacer cuando nadie lo ve; luego, tres nombres de personas a las que odia desaforadamente, seguidos de tres héroes a los que aspira imitar una vez que se haga de cualquier nivel de poder. En su lista debe de estipular si acaso ha llegado a insultar a algún taquero o marchanta de mercado público, si ha negado una limosna por asco y si conoce el protocolo acostumbrado en algún lugar exclusivo de prestigio internacional donde sirvan langosta a la mantequilla.
En la Personal Plurinominal cada candidato a diputado, senador o presidente de la República deberá anotar en un breve párrafo si ha viajado en alguna ocasión con la anestesia del dentista o el uso de uno o varios psicotrópicos y, por ende, su honesta opinión sobre la vida y obra de Rigo Tovar. Posteriormente, sería loable que en el documento se declare si ha sentido verdadera admiración por alguna actriz de telenovela y si de veras cree que el Bolsón de Mapimí es un ser humano, que estipule si conoce los nombres de al menos siete estados de la República Mexicana con sus respectivas ciudades capitales y si acaso ha probado el aguamiel en ayunas; que indique claramente el lugar donde han sido acribillados los llamados Héroes Patrios y el significado verdadero del llamado Calendario Azteca.
Por mera coincidencia, la Personal Plurinominal deberá incluir pronósticos más o menos probables en torno a los partidos que jugará la selección mexicana de Fútbol en el ya muy próximo Mundial de Rusia 2018 y dos o tres anécdotas imborrables de los pasados Juegos Paraolímpicos (de preferencia, en torno a atletas aztecas) y siete recuerdos de su infancia que resuman de manera entrañable el universo de su niñez. La nómina debe incluir sus posturas ante kundalini yoga y el maíz transgénico, la marca de shampoo y frecuencia con la que lo utilizan, así como su opinión acerca del pañal para adulto, lentes bifocales y esa deliciosa golosina que mezcla un poco de chile piquín con sal y azúcar que conocemos vulgarmente como Miguelito en polvo.
Es muy probable que toda esta información no sirva absolutamente de nada, pero sería altamente divertido confirmar el auténtico tipo de demencia que lleva en la saliva todo aquel que se considere digno del voto ajeno en un país donde cada vez más parecemos un amasijo de ególatras distanciados descaradamente de todo lo que huela a prójimo.
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