Una guía de supervivencia
Los extranjeros tienen que solventar un sinfín de papeleos para viajar a Europa a estudiar
Reunir todos los papeles de la universidad. Mandarlos a España en original y copia. Apostillar el título de la carrera y convalidar los estudios. Ir a la embajada. Sacar un seguro internacional de gastos médicos. Abrir una cuenta de banco en euros. Volver porque olvidaste un papel. “Es todo un lío, una burocracia muy a la mexicana”, cuenta Gaby García, que estudió su máster en la Universidad Complutense de Madrid hace un par de años. “Cuando por fin te dan la visa, te dicen que solo es válida por 90 días”, dice Gaby, y confiesa entre risas: “Ahí te da un pequeño infarto, hasta que te cuentan que es normal”.
Esta es la odisea que cientos de mexicanos que quieren estudiar en España viven cada año. Mudarse a miles de kilómetros de distancia no es tarea fácil, pero es una experiencia que bien merece el esfuerzo, cuentan los que sobrevivieron a los trámites. Gaby tenía claro desde que estaba en la universidad que quería formarse en el extranjero, pero no quería perder tiempo antes de graduarse como politóloga. Por eso esperó hasta el máster, y aunque Estados Unidos era la opción más popular entre sus amigos y sus compañeros, ella siempre prefirió Europa.
Alemania era un problema por el idioma. Reino Unido era demasiado caro. Y de pronto apareció España. Los programas de estudios eran atractivos; las universidades, prestigiadas. Después de que le aceptaran tres solicitudes de admisión en Madrid y dos en Barcelona, supo que tenía que aprovechar la oportunidad. “Elegir el momento es una de las partes más complicadas: creces, te empieza a ir mejor en el trabajo y sabes que si no es ahora, nunca te vas a ir”, comenta. “Es una de las mejores decisiones que he tomado”, afirma.
Hacer las cosas con tiempo puede evitar idas y venidas en vano. Lo primero es escoger con calma la universidad y ver la posibilidad de una beca
Buscar piso
Después de conseguir la visa y escoger la universidad en la que quería continuar sus estudios, comenzó otra ronda de obstáculos: tramitar el NIE, encontrar un piso, sacar un móvil con un número español. Fue estresante, pero también una de las partes más divertidas, recuerda Gaby. Ella tenía planeado vivir con dos amigos mexicanos y, al ser la primera en llegar, fue de avanzada para buscar un departamento, como se dice en México, o un piso, como se dice en España. “Es imposible buscar si no estás allá, tienes que tener un teléfono para hacer las citas y ver las casas, y casi siempre te piden un aval”, admite.
Al ver que había tanta demanda y que un apartamento podía dejar de estar disponible en cuestión de horas, Gaby optó por acudir a una inmobiliaria que le hiciera más fácil la búsqueda. “Me acuerdo y me da risa, pero estaba muy nerviosa porque pensé que nunca iba a encontrar una casa”, recuerda.
Aplicaciones y webs
Las inmobiliarias no son la única opción. Ximena Calvo encontró dónde vivir gracias a un amigo español que estaba en México y que tenía una conocida que buscaba una compañera de piso. “Estaba en Getafe, muy cerca de donde estudiaba, y eso me ayudó mucho”, cuenta Ximena, que hizo un máster en la Universidad Carlos III.
“El número de requisitos para un extranjero que quiere alquilar es alto y difícil de juntar”, opina Ángel Villegas, que estudió en la Escuela Superior de Cine y Audiovisuales de Cataluña, en Barcelona. Ángel recomienda buscar en aplicaciones y páginas web para encontrar compañeros de piso porque hay muchas opciones para cada zona y rango de precio. “Casi siempre es más fácil buscar una habitación que un piso entero, y más sencillo si tiras de amigos y conocidos que puedan ayudarte con los trámites de llegada”, aconseja.
Aunque el proceso previo puede ser engorroso, una vez adaptada, todo se vuelve más fácil, comenta Ximena. De la oferta académica de España le gustó que estaba bien estructurada, tenía aplicación en Latinoamérica y que pudo estudiar y poner en práctica lo que aprendía en un trabajo de medio tiempo. “Fue muy importante para mi crecimiento profesional y, en cierta manera, siempre voy a querer regresar, se volvió mi segundo hogar”, asegura Ximena. “Fue una maravilla, pude insertarme de lleno en la vida en otro país por primera vez”, afirma Ángel, y dice que volvería a tomar la decisión de irse sin pensarlo dos veces.
El interés por estudiar en el extranjero ha crecido tanto en los últimos años que ya se han hecho guías detalladas para quienes quieren irse a España. También hay varios grupos en redes sociales de estudiantes mexicanos que comparten sus experiencias al llegar, información sobre becas y recomendaciones para los recién llegados.
Recomendaciones al llegar
“Si no sabes todo lo que tienes que hacer, el proceso de llegada puede ser complejo”, admite el mexicano Ángel Villegas. Él recomienda revisar cuidadosamente los requisitos en la Embajada de España en México y buscar ayuda de personas que hayan estado o vivan en España, ya sea para los trámites de migración o para tener una estancia más disfrutable. Para Ximena Calvo, si ya tienes un lugar donde quedarte y un abono de transportes, estás del otro lado. “Es clave, con eso puedes sobrevivir perfectamente”, señala. “Y viaja todo lo que puedas, dentro y fuera de España”, agrega Calvo.
Su compañera Gaby García aconseja sacar con anticipación una cita en la estación de policía más cercana a donde se vaya a vivir para tramitar el NIE, uno de los pasos más importantes para garantizar tu estancia y terminar tus estudios.
En todo el proceso, hacer las cosas con tiempo puede evitarte las filas y las idas en vano a las dependencias del Gobierno tanto en México como en España. Lo primero, cuenta Ángel, es escoger con calma la universidad que más te interese, ver la posibilidad de una beca y preguntar por trabajos de medio tiempo, que pueden ayudar a poner en práctica lo que aprendas en las aulas y enriquecer tu experiencia en el extranjero.
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