La Justicia de Ciudad de México exige que la muerte de Lesvy sea considerada como feminicidio

El Tribunal Superior de Justicia de México ha emitido un fallo para que la muerte de la joven Lesvy Berlín Rivera, de 22 años, sea considerada como feminicidio. La decisión de los tres magistrados modifica el auto del primer juez y da un giro radical al caso. La sentencia supone una victoria para la familia de la víctima que apareció asesinada en las instalaciones de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) el pasado 3 de mayo. Hasta el momento, el principal sospechoso —Jorge Luis González, novio de Lesvy— iba a ser procesado por el delito de homicidio simple por omisión, es decir, por no impedir el suicidio de la joven.

El cuerpo de Lesvy amaneció en las instalaciones de la UNAM bajo una cabina telefónica, con el cable y el teléfono enrollados a su cuello. Un mes después, la Fiscalía concluyó que se había tratado de un suicidio en presencia de su pareja, el último en verla, y que lo acusaron de no impedir su muerte. Pero la culpable última de aquella tragedia, según el Ministerio Público y el auto del primer juez, había sido la chica. La decisión de las autoridades irritó a la comunidad estudiantil y a la familia de la víctima, que desde el primer momento consideraron "incomprensible" aquella versión.

Este miércoles por la tarde el caso ha dado un giro considerable. Jorge Luis González, de 29 años, será procesado por el delito de feminicidio, por el que según el código penal podría enfrentar de 30 a 60 de cárcel. El juicio está previsto para noviembre, aunque esperan que este fallo sea recurrido por la defensa del imputado y el proceso se alargue todavía más en el tiempo.

Las heridas que Lesvy se llevó a la tumba no fueron consideradas desde el primer momento como una prueba relevante en los hechos. Tampoco un vídeo de las cámaras de seguridad de la UNAM —al que tuvo acceso este diario—en el que se observaba a Jorge Luis González golpeando a Lesvy pocos minutos antes de la hora de la muerte y a pocos metros de la escena del crimen. Ni siquiera las lagunas periciales que indicaban la poca probabilidad de que alguien pudiera suicidarse en una cabina telefónica de poco más de un metro de altura.

Desde aquella sentencia, la madre de la víctima emprendió una batalla legal para honrar la muerte de su hija. El viernes pasado acudió a una segunda instancia —que es la que le ha acabado dando la razón— para pedir que se retirara la posibilidad del suicidio. "Por nuestras hijas, nuestras hermanas, nuestras madres (...)", manifestó Osorio a la entrada del tribunal.

La decisión de los jueces no ha sido unánime. Con dos votos a favor y uno en contra, la sala quinta de lo penal del Tribunal Supremo ha decidido que el caso Lesvy se juzgue con perspectiva de género, lo que implica revisar todas las pruebas aportadas hasta ahora enmarcadas en un protocolo diferente al del homicidio común. Además, el tribunal ha enfatizado en que se trata de un feminicidio agravado por la relación de confianza del imputado con la víctima.

El caso de esta joven provocó una oleada de protestas y de indignación, recordándole a todo un país que la violencia machista siempre puede encontrar un rincón por donde colarse. Incluso en las instalaciones de la universidad más grande de Latinoamérica, consideradas hasta el momento como un santuario al margen de las oscuras cifras a nivel nacional.