“Este Gobierno se ha desentendido de la escuela pública”
Maestros de todo el país confluyen en Buenos Aires contra Macri
En el microcentro de Buenos Aires apenas se ve el asfalto. Miles de docentes, investigadores y alumnos venidos de todo el país se suman a la marcha de apoyo a los maestros. Algunos han viajado durante toda la noche, otros, incluso, salieron de sus escuelas tres días antes para sumarse a las protestas que se realizaron en las ciudades que quedaban de camino. Liliana Chávez da clases a chicos de 6 a 13 años en una escuela albergue de Mendoza. Apenas le alcanzan los 18.000 pesos (1.140 dólares) que percibe para vivir junto a sus tres hijos. “Siento mucha indignación por este maltrato al docente; el gobierno se ha desentendido de la escuela pública y ha levantado la privada. La calidad educativa tiene que ver con el salario docente y las condiciones de trabajo porque tenemos escuelas que se llueven, con frío en invierno, calor en verano y alumnos hacinados”.
Graciela llega desde Milagro, un pequeño pueblo de La Rioja a 1.000 kilómetros de Buenos Aires. Gana 9.000 pesos de bolsillo (570 dólares) y llega a 18.000 (1.100 dólares) con dinero del fondo compensatorio y el incentivo docente, que administra el Gobierno Nacional. Se muestra un poco más autocrítica que su colega: “Para que mejore la calidad educativa falta aunar el mismo compromiso al frente del aula”. Muchos se acercan a responder una frase que Macri lanzó un día atrás. El presidente habló de la desigualdad entre “los que pueden ir a escuela privada y aquel que tiene que caer en la escuela pública”. Graciela siente que el presidente “puso a los docentes en la mira de todos” y que “hay un despropósito con respecto a nosotros, por todo lo que ha dicho. Macri dijo ‘caer en la escuela pública’ como si eso fuera malo, y se olvida que la mayoría de nosotros nos formamos como maestros y trabajamos en escuela pública porque en el pueblo no tenemos escuela privada”.
Juan José Leiva apenas percibe 9.600 pesos (610 dólares) en total y cree que “el Gobierno se está corriendo de su responsabilidad de asistir con educación a todo el país y vamos a entrar en una profunda crisis”. “Siempre se puede hacer autocrítica pero si vamos a la crítica docente, los maestros que trabajan en la escuela pública son los mismos que lo hacen en las privadas, aunque con otros elementos. Hay que invertir en las escuelas, en los sectores sociales más vulnerables que vienen arrastrando problemas de hambre, falta de trabajo de sus padres, escuelas en malas condiciones y docentes mal pagos que tienen que correr de un establecimiento a otro para llegar a un salario digno”.
Daniel Aguirre viajó 940 kilómetros desde su Chaco natal –donde es docente de secundaria- para reclamar ante las autoridades en Buenos Aires. “Necesitamos una mejor formación académica, pero ¿Qué vamos a evaluar? ¿Qué los alumnos sepan poner una X en el lugar adecuado o si son capaces de llevar adelante determinados procesos de comprensión y de análisis? ¿Y de dónde partimos? Porque no es lo mismo hacerle determinadas preguntas a un niño de la ciudad de Buenos Aires, con todas sus necesidades básicas satisfechas que a uno de nuestros gurises en El Impenetrable, que ni siquiera tiene agua potable o un baño instalado”, opina.
Cuatro integrantes de la delegación de Jujuy (a 1.500 km de Buenos Aires) corren perdidos para encontrar a sus compañeros. En su propia marcha esquivan todo aquello que se interpone en su camino. El cartel que cuelga del cuello de Luis Bazán flamea en la carrera como si fuese la capa de un superhéroe. “Con 32 años de antigüedad no llego a 12.000 pesos (763 dólares) de bolsillo y tengo tres hijos que están en la universidad, aunque estoy pensando que alguno de ellos vuelva a casa a trabajar de lo que sea porque no aguanto, no llego a fin de mes. Aunque tampoco hay muchas expectativas en mi provincia de conseguir trabajo por lo que si alguien puede colaborar conmigo, yo antes de ser docente puedo cortar el pasto, ser electricista o hasta cuidar algún anciano porque de alguna manera tengo que buscar la moneda para que mis hijos puedan terminar su carrera”.
“El nivel socioeconómico de los alumnos juega mucho”, según María Isabel Malgarini, quien recorrió 1.100 kilómetros de Formosa a la capital del país. “La calidad educativa de las escuelas públicas es espectacular en algunas escuelas pero siempre se las compara con la calidad de las privadas sin decir que los padres, cuando pagan, presionan para que los chicos pasen de año y eso hace creer que son mejores instituciones”, define la docente que trabaja en tres turnos pero apenas percibe 20.000 pesos (1.200 dólares). Después se suma al grupo que, con orgullo, exhibe ante las cámaras un cartel que reza: “Cayó Constantinopla, cayó Troya, pero a quien nunca verás caer es a la escuela pública”.
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