Los maestros disidentes miden su poder el día del regreso a clases

El grupo sindical de maestros más feroz contra la reforma educativa mexicana mide sus fuerzas con el Gobierno federal mediante un paro indefinido el día de regreso a clases. La Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) ha cumplido su amenaza: no se abrirán las escuelas públicas hasta que no se retire una de las medidas más polémicas de la legislatura de Enrique Peña Nieto. Los colegios de Oaxaca y Chiapas, al sur del país, han sido los primeros en apoyar la huelga, que mantienen desde hace más de tres meses.

El presidente mexicano ha lanzado una advertencia este lunes: "No habrá más diálogo si no se garantiza que las niñas y niños puedan recibir una educación. El futuro de México no es negociable". Peña Nieto se ha mostrado tajante en una conferencia de prensa cerca de la capital que daba inicio al ciclo escolar. En paralelo y a más de 500 kilómetros al sur, las marchas más duras por el mantenimiento del paro ya habían comenzado.

La reforma educativa supone fundamentalmente un cambio en las condiciones laborales de los profesores —hasta ahora algunos maestros heredaban la plaza y revendían otras— y una recentralización de algunas competencias, como el pago de nóminas, en el Estado federal. Se trata de una medida que pone fin a un modelo vigente desde 1943 (con algunos parches) y, según amplios sectores de la sociedad, una necesidad en un país donde el 80% de los de los estudiantes suspende o aprueba por la mínima la evaluación internacional PISA. Al revisar la prueba por entidades, Oaxaca y Chiapas, recogen los peores resultados del país.

El nuevo sistema, incluye también más autonomía para las escuelas, exámenes periódicos a los maestros o inglés para los alumnos desde la infancia. Es aceptado por el principal sindicato (SNTE), que abarca un millón y medio de trabajadores de la educación, pero rechazado por la facción disidentes de la CNTE, que representa a unos 120.000 maestros, con especial presencia en las entidades del sur y las más pobres del país.

En un contexto paupérrimo, donde el PIB es cinco veces menor que en la capital, la coordinadora ha controlado durante décadas la asignación de plazas docentes, una de las pocas fuentes de ingresos a las que podían aspirar miles de familias. El pánico a perder el empleo y la desconfianza a un poder nuevo ha mantenido en pie de guerra a los maestros de estas zonas.

Desde que se anunciara en 2012 la reforma que "cambiaría a México", los maestros de la CNTE han luchado cada año para impedir su implantación. Aunque desde el principio recibió apoyos entre ciertos intelectuales, nunca ha gozado de un apoyo social mayoritario. Los plantones y bloqueos de carreteras y aeropuertos se han hecho constantes estos años, pero su punto más álgido se produjo en el pasado junio cuando un enfrentamiento entre manifestantes y Policía dejó nueve personas asesinadas a balazos en Nochixtlán (Oaxaca).

Pese a que la batalla campal abrió una puerta a la negociación con el Gobierno federal, los maestros se han mostrado inconformes con lo ofrecido. La principal petición del grupo sindical era y es la abrogación de la reforma. Y a falta de una conciliación viable, la amenaza de no regresar a clases estuvo en el aire durante todo el período vacacional del verano. Este lunes, las escuelas de Chiapas y Oaxaca, los Estados con peores niveles de educación del país, han cerrado sus puertas y los líderes sindicales han movilizado a sus afiliados para que "sancionen" a los docentes que vayan a clases. En otras ocasiones, los maestros que quisieron desobedecer la orden fueron rapados y vejados en las principales plazas de las ciudades que ellos controlan.

Los miembros de la CNTE han anunciado manifestaciones durante este lunes en las principales capitales del país. "Falta sensibilidad para resolver el problema, falta de responsabilidad, falta de visión política y tratan de transferir los costos a esta Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación",dijo Enrique Enríquez, de la Sección 9 de la Coordinadora este domingo de la Ciudad de México. 

Las asociaciones empresariales, afectadas por los bloqueos de carreteras, han presionado desde hace meses al Gobierno para que ponga fin a un conflicto que ha traspasado lo educativo. En los sectores del turismo y el comercio han calculado una merma de 396 millones de dólares en los Estados de Michoacán, Oaxaca, Chiapas y Guerrero, según datos de la Confederación de Cámaras Nacionales, Servicios y Tursimo (Concanaco). En julio, el conflicto impidió que algunos turistas llegasen a la ciudad de Oaxaca para la fiesta de la Guelaguetza, la más importante de la región.

Sobre el paro de este lunes el Consejo Coordinador Empresarial ha emitido un comunicado en el que pide "abrir las escuelas y deponer las acciones violentas que están afectando a las economías regionales, a la convivencia entre los mexicanos y, particularmente, a los niños y jóvenes a los que se deben".

La Secretaría de Educación ha activado un sistema en su página web para denunciar el cierre de escuelas: "Si en este regreso a clases, conoces una escuela que no esté brindando los servicios educativos de manera regular, ayuda a la comunidad escolar reportando estas anomalías". Además, el organismo dejó claro que habrá sanciones y despidos para los docentes que no acudan a dar clases.