Un exalcalde fue acusado en 2013 de pederastia y el caso sigue impune

“Don Abenamar me besaba en la boca y me abrazaba fuerte, y no me gustaba y mi mamá me decía que yo lo besara y que le dijera papá, pero yo no quería porque mi papá es Israel”, reza la declaración que hizo Elena ante la psicóloga de la fiscalía de Tabasco en agosto de 2013. Elena está por cumplir 10 años, pero cuando tenía siete, sus padres se separaron. Su madre recibía visitas de un hombre con el que se embriagaba, se drogaba y abusaban de la niña, según sus declaraciones. El visitante era Abenamar Pérez Acosta, exalcalde del municipio de Cárdenas, en el Estado mexicano de Tabasco.

Israel Zurita es el padre de Elena, es quien tiene su custodia y quien ha denunciado el abuso sexual que sufrió su hija en todas las instancias que ha podido hasta ahora, desde 2013: la Fiscalía y el Gobierno de Tabasco; las comisiones estatal y nacional de los Derechos Humanos, la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas, la subsecretaría de Derechos Humanos del ministerio de Gobernación... Ha solicitado amparos, ha difundido su caso en varios medios nacionales, y tres años después, no hay un solo detenido por las vejaciones que sufrió su hija.

El padre relata que se enteró de lo que vivía la pequeña hasta que recuperó su custodia y logró llevarla con él a casa. Esto fue gracias a que Ana Laura De la Cruz, madre de la niña, entró a la casa que solían compartir y se llevó varios objetos, por lo que él la acusó de robo y fue detenida en 2012. Estuvo presa poco más de un año, durante el cual Israel supo de los abusos cometidos contra su hija e inició una batalla legal, que mantiene hasta la fecha. Ana Laura salió de prisión gracias, en parte, a cuatro diputados que le extendieron cartas de recomendación: Neyda García (expresidenta del Congreso local), Alipio Ovando, Francisco Cabrera y Rafael Acosta, este último, sucesor de Pérez Acosta en el Gobierno de Cárdenas. El alcalde no estuvo disponible para hacer declaraciones sobre este caso.

Quien también firmó una carta de recomendación a favor de la madre de la niña fue el presbítero Jesús González Martínez, de la diócesis de Tabasco. Al salir, Ana María denunció a su expareja por presunta violación contra el mayor de sus dos hijos, quien no vive con él y con quien no tiene relación desde hace varios años.

Israel asegura que su exmujer lo amenazó de muerte en medio de una discusión. Le dijo que la persona con la que ahora estaba era muy poderosa y lo iban a matar. Debido a esto y a las acusaciones en su contra -presentadas por su hijo- renunció a su empleo en la paraestatal Petróleos Mexicanos y abandonó el Estado con su hija. Y aunque Elena ya no estaba en contacto con Abenamar ni con su madre, seguía presentando conductas inusuales que evidenciaban el abuso del que había sido objeto. Otros familiares cuentan que durante un tiempo, la niña tenía miedo de pasar cerca de los hombres.

"Una vez me dijo mi mamá que me moviera sexy y ese señor me abrazaba a la fuerza y a fuerza me besaba en la boca y me sentaba encima de él, fue que se lo dije a mi abuelita Lupe y ella me dijo que yo me tená que portar bien con ese señor porque él nos iba a dar dinero", continúa la declaración de la pequeña en el Ministerio Público adscrito a la cuarta delegación de Cárdenas. "Empezó a hablar cosas feas de mi papá, así como mi mamá habla de él y un día que no dejé que me tocara don Abenamar me pegó en mi mano, por eso yo no quiero vivir con mi mamá y también ese señor le daba dinero a mi mamá y decían que le iba a hacer daño a mi papá", declaró Elena.

Ante esto, la psicóloga Refugio Hernández Ponce indicó en su dictamen que la niña no había alcanzado su normal desarrollo psicosexual, y que tenía afectaciones en su estado emocional, "con rasgos depresivos y de ansiedad, alteración en su capacidad de confiar (...) enojo contenido y miedo,  por lo que es necesaria su atención psicológica mediante tratamiento con psicoterapeuta infantil". La perito recomendó evitar todo confrontamiento o careo con las personas involucradas en el delito perseguido, es decir, el de pederastia en el caso de Abenamar Pérez, y el de corrupción de menores, en el caso de Ana María y su madre, Guadalupe Morales.

Las órdenes de aprehensión fueron emitidas el 24 de junio de 2014 pero sólo contra la madre y la abuela de la niña, ya que el alcalde tenía fuero constitucional y no podría ser procesado. Para cuando la policía las buscó, ellas ya se habían ido presuntamente al Estado norteño de Sinaloa, según dijo el abogado de Israel Zurita. La policía de investigación recibió instrucciones de colaborar en su búsqueda, pero hasta el momento la madre sigue libre. La abuela fue detenida en Cancún pero fue liberada horas después.

Abenamar Pérez, militante del partido de izquierda PRD, dejó de ser alcalde de Cárdenas a finales de 2015 y lo sucedió Rafael Acosta, quien además de haber recomendado a Ana Laura como una persona "responsable, honesta y trabajadora", es familiar del exalcalde, según Israel Zurita. El exfuncionario sigue libre y viviendo en Tabasco, según las versiones que le han notificado a Israel. Acosta también fue buscado para conocer su versión de los hechos pero no fue posible localizarlo.

Ante la inacción de la autoridad ministerial, el papá de Elena acudió con la autoridad federal, quien turnó el caso a la Comisión Ejecutiva de Atención a Víctimas (CEAV) con un oficio en el que le informó que la orden de aprehensión contra las mujeres, así como la averiguación previa sobre Abenamar Pérez, quien ya no cuenta con el beneficio del fuero.

"El caso ha sido turnado a la dirección de Atención y Protección de Víctimas y Testigos de esta procuraduría (de Tabasco), para que analice en términos de ley la procedencia, necesidad y proporcionalidad de las medidas cautelares a que haya lugar", indica el oficio girado a la CEAV, pero tampoco ha ocurrido nada como resultado de esta comunicación.

"Todo lo que yo he promovido y que tengo la razón legal me los han desechado por ciertos artificios jurídicos. Giraron la orden de aprehensión, pero nunca la agarraron, la protegieron. Él debe ser detenido porque la averiguación previa ya está", dijo el padre de Elena, quien ya recibe terapia para superar las secuelas de los abusos que sufrió.