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Los legisladores maniobran para salvar a Cunha del ‘impeachment’

El presidente de la Cámara de Diputados de Brasil corre el riesgo de perder su cargo ante el Consejo de Ética por haber mentido

Gil Alessi
El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, el pasado lunes en Brasilia.
El presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, el pasado lunes en Brasilia. AFP

Ahora que la destitución de la presidenta brasileña Dilma Rousseff está en marcha, uno de sus máximos enemigos e impulsor del proceso, el presidente de la Cámara de Diputados, Eduardo Cunha, y su grupo, el centrista PMDB, quieren cobrarse los servicios prestados. Cunha es reo del Supremo Tribunal Federal por su implicación en la Operación Lava Jato y corre el riesgo de perder su cargo ante el Consejo de Ética por haber mentido en la comisión parlamentaria de investigación de Petrobras, donde negó tener cuentas en el extranjero. Si eso ocurriese, dejaría de estar aforado y podría ser juzgado por el implacable juez Sérgio Moro.

Según la Fiscalía, en esas cuentas se habrían movido, aproximadamente, más de 24 millones de reales (casi siete millones de dólares), que procederían de sobornos de empresas que consiguieron contratos jugosos con Petrobras. En los llamados papeles de Panamá, también aparece el nombre de Cunha.

Entre los seguidores del político brasileño, sin embargo, ya han comenzado las maniobras para que no pierda su puesto. “El juicio de la Cámara es un juicio político, de conveniencia y oportunidad”, señala el diputado Osmar Serraglio, del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), para quien el proceso en el Consejo “no resultará en nada, una vez que Cunha tiene mayoría en esa instancia”.

De todos modos, Serraglio entiende que la pérdida del mandato sería un castigo demasiado severo. Menciona una supuesta decisión del Supremo Tribunal Federal según la cual “aunque bajo juramento uno puede mentir para no perjudicarse”. “Por lo tanto, es dudoso que Cunha sea condenado por mentir sin estar bajo juramento”, dice Serraglio, quien cree incluso que el presidente de la Cámara ha conquistado la simpatía de muchos parlamentarios por la celeridad en la tramitación del proceso de destitución de la presidenta y que pase al Senado.

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El primer paso para librar de culpas a Cunha en el Consejo de Ética —cuyo proceso se arrastra a un ritmo lentísimo— fue cambiar al diputado Fausto Pinato, del Partido Progresista (PP), a principios de abril.

Ese diputado fue uno de los 11 miembros del Consejo que votó a favor de que continuara el proceso, contra 10 que sugerían su interrupción. Su puesto lo ocupó la diputada Tia Eron, del Partido Republicano Brasileño (PRB), que forma parte de la bancada evangélica alineada con el presidente, lo que indica una inversión del resultado favorable a Cunha. El diputado Carlos Marum, también del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB-MS), es otro de los que creen que la casación del presidente del Congreso por haber omitido cuentas en el exterior es un castigo exagerado.

“Entiendo que debe haber un castigo, pero no creo que deba ser la casación”, afirmó. Por otro lado, Paulinho da Força, del Solidariedade (SDD), uno de los mayores defensores de Cunha, fue más explícito.

Cuando se le preguntó si el presidente había conquistado la simpatía de algunos colegas por haber agilizado el proceso de destitución de Rousseff, el sindicalista respondió que “se reforzó, gracias a él el impeachment se aprobó”. Para el diputado Chico Alencar, del izquierdista PSOL, la operación de rescate del mandato del presidente de la Cámara estaba ya prevista. “Se va confirmando lo que ya sabíamos, que es una gran farsa. Yo no estaría ni un poco sorprendido si él fuese amnistiado por el Consejo de Ética”, explicó el diputado, para quien Cunha “está reforzado en este momento, fue el gran vencedor del proceso de impeachment, y tiene a su favor el corporativismo parlamentario, que tratará de protegerlo”.

Para Alencar, la mayor esperanza “para la democracia y para la Cámara” es que el Supremo Tribunal actúe con rapidez, condenando al político del PMDB o alejándole de su puesto. “De nada sirve querer limpiar la casa de nuestro vecino y no limpiar la nuestra”, criticó el diputado Júlio Delgado, del Partido Socialista de Brasil (PSB). Delgado, uno de los opositores más férreos de Cunha en la Cámara, explica que desea convocar los grupos favorables al impeachment para que presionen al Congreso para que derroquen también al político del PMDB.

Táctica de defensa

La web Congreso en Foco, sin embargo, informa que la defensa de Cunha en el Consejo usará un argumento técnico para descalificar la acusación del falso testimonio. El dinero depositado en las cinco cuentas suizas no sería efectivamente suyo, sino resultado de negocios como exportación de carne. En este caso, Cunha sería solo un mero beneficiario del dinero administrado por un fondo creado para tal fin.

A juzgar por la ovación recibida por el presidente de la Cámara al proferir su voto favorable al impeachment, el pasado domingo, la estrategia debe funcionar. En los últimos meses, con el apoyo de los líderes de partidos de la oposición, el parlamentario se ha dedicado a hacer tramitar en tiempo récord el pedido de destitución de la petista. El domingo pasado alcanzó su gran objetivo.

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Sobre la firma

Gil Alessi
Reportero de la edición brasileña de EL PAÍS desde 2014. Escribe sobre seguridad pública, medio ambiente y política. Es licenciado en Periodismo por la PUC de São Paulo y en Ciencias Sociales por la Universidad de São Paulo. Anteriormente trabajó en el portal ‘UOL’, TV Bandeirantes y TV Cultura.

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