Un testigo condujo a la fiscalía a los restos de los desaparecidos en Veracruz
La Gendarmería, que lidera la investigación de los jóvenes levantados en Tierra Blanca, halló restos en varios predios que empleaba el CJNG para sus fechorías
La Gendarmería mexicana analiza tres predios en Veracruz, en busca de restos de los cinco jóvenes desaparecidos en el municipio de Tierra Blanca el pasado 11 de enero. Fuentes de la institución señalan a EL PAÍS que los investigadores ubicaron esos lugares gracias en gran medida a la denuncia de un testigo, vecino de Tierra Blanca, residente en Estados Unidos.
Ayer, EL PAÍS informaba de que esta persona había detallado a la fiscalía de Veracruz la estructura criminal que dominaba Tierra Blanca hasta el pasado enero. Antes, en agosto, el testigo había denunciado amenazas e intentos de extorsión por parte del presunto líder del cartel Jalisco Nueva Generación, Francisco Navarrete, detenido en enero por presuntos vínculos con la desaparición de los jóvenes. La falta de atención de la fiscalía estatal provocó la intervención de la federal, que abrió una investigación al respecto en octubre. Además de Navarrete, su hijo y uno de sus secuaces permanecen en prisión, igual que ocho policías estatales, implicados igualmente en el caso, entre ellos el exdelegado de la Secretaría de Seguridad Pública en la región, Marcos Conde. El último policía detenido, Edgar Reyes Heredia, declaró en febrero que los jóvenes habían sido asesinados y triturados en un molino de caña de azúcar.
El pasado 8 de febrero, la Secretaría de Gobernación, Segob, anunciaba que había encontrado restos de dos de los cinco jóvenes. En un comunicado, el ministerio de interior mexicano explicaba que el hallazgo se había producido en un rancho de la localidad de Tlalixcoyan, colindante con Tierra Blanca. Se trataba del rancho El Limón. Primero en agosto y ya en noviembre, en la fiscalía federal, el testigo mencionaba que la banda criminal de Tierra Blanca, una célula del cartel Jalisco Nueva Generación, “estaba tomando fuerza porque tienen tomas clandestinas de hidrocarburos muy cerca del poblado El Jícaro”. Aunque pertenece a Tierra Blanca, El Jícaro está muy cerca de El Limón.
En su denuncia ante la fiscalía federal, el testigo señala además que “los halcones” del CJNG vigilaban la entrada a estas comunidades en el poblado de Los Mangos, perteneciente a Tierra Blanca. La carretera que comunica la cabecera municipal con El Jícaro y El Limón pasa por Los Mangos. Es, concretamente, la puerta de entrada. La Fuerza Civil de Veracruz y la Policía Federal impiden la entrada actualmente a estas comunidades.
El testigo aporta además nombres y lugares en que se reunía el CJNG en el municipio. Se trata de “César Beltrán González, alias El Treco, Ramón Reyes Moreno, El Charro o La Charra, ex policía municipal de Tierra Blanca, Basilio “El Chatarrero”, que tiene un negocio de Chatarra, los hermanos Luna, a quienes llaman Los Güeros, Marcos y Ricardo Arredondo Reyes, de Tlalixcoyan (…) Estas y otras personas se reúnen en un taller eléctrico a la entrada de Tierra Blanca, en frente de un servicio de grúas”.
El comunicado de la Segob del 8 de febrero apuntaba que los investigadores habían encontrado en El Limón indicios de que en el lugar se manipulaban drogas, se manejaban equipos empleados para alterar vehículos, almacenaje ilegal de hidrocarburos, así como otros ilícitos. Uno de los ductos de Pemex en la región pasa cerca de El Jícaro y El Limón.
El testigo señala que toda la gente que menciona trabajaba para Navarrete. La fiscalía de Veracruz conocía la estructura de su banda desde el pasado mes de agosto, cuando el testigo presentó su denuncia en Xalapa. Nadie hizo nada hasta la desaparición de los cinco jóvenes en Tierra Blanca en enero. Y no solo eso. Tres días después de presentar la denuncia en la capital veracruzana, uno de los abogados del testigo, Daniel Miranda, recibió amenazas por teléfono. “Me dijeron ‘Ya matamos a uno, ¿qué van a hacer ahora?, luego colgué. Me espanté”, explica. Miranda dice que nada más dio su número a la fiscal que les atendió, María del Rosario Zamora, y a sus ayudantes; que nunca fue a Tierra Blanca, ni dio su número a nadie más. Cuestionada al respecto, Zamora dijo que no sabía nada del tema.
El 24 de febrero, la Comisión Nacional de Seguridad informaba de la detención de Navarrete en Tierra Blanca: “Efectivos federales identificaron dos camionetas estacionadas con tres civiles armados, los cuales intentaron huir amagando con las armas a los uniformados, pero en una rápida acción fueron sometidos, sin la necesidad de efectuar un solo disparo”. El diario Reforma publicaba días más tarde que en realidad, policías estatales habían llevado a Navarrete con los federales. Sin armas, sin refriegas, tranquilamente.
El poder de Navarrete, abundaba el diario mexicano, era total en la localidad. En 2013 había apoyado al candidato del PRI a la alcaldía, Obet García Díaz. En una crónica publicada en el digital Blog Expediente, editado en el Puerto de Veracruz, se detallaba la irrupción de un comando armado en la sede local del Instituto Electoral de Veracruz el día de las elecciones, el 9 de julio de 2013: “Durante varios días, los simpatizantes del PRI, armados, sin que les molestaran, tuvieron bajo custodia las instalaciones del IEV. El conteo final se tuvo que hacer en [Xalapa] la capital del estado”.
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