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Un grupo armado aterroriza un exclusivo barrio del DF

En tan solo una semana se ha allanado un edificio y tres hombres con pistolas asaltaron simultáneamente dos restaurantes en la misma zona

Miembros de la Policía en la calle de Ámsterdam.
Miembros de la Policía en la calle de Ámsterdam.SAÚL RUIZ

La tranquilidad del exclusivo barrio Condesa en el Distrito Federal se ha esfumado. Las escenas de violencia parecen volverse recurrentes. La noche del miércoles una treintena de vecinos de un edificio ubicado en esta zona residencial, comercial y cultural de la capital mexicana fueron encañonados por un grupo de hombres armados que intentaron desalojarlos de sus departamentos. Juan Pablo Salazar Pérez, residente e hijo de la dueña del inmueble, asegura que la agresión la presenciaron unos cuatro policías que no intervinieron para ayudarlos.

Salazar Pérez cuenta que alrededor de las nueve de la noche del miércoles salía de la ducha cuando se paró frente a la ventana de su departamento con vista a la calle Amsterdam. Desde ahí vio cómo unos 20 hombres con armas cortas, gorra y chalecos negros golpeaban la puerta principal del inmueble marcado con el número 25. Al no poder abrir, un par de ellos brincaron la barda y otros se montaron a uno de los balcones. Una vez dentro comenzaron los gritos. El comando de sujetos armados lo encabezaban dos mujeres, una de ellas embarazada y que decía ser la dueña del edificio. “Ella era quien los mandaba. Querían intimidarnos para sacarnos de los departamentos, pero yo les dije que mi mamá era la dueña del edificio y teníamos como demostrarlo”.

El joven de 27 años cuenta que al bajar al patio central, él y otros dos inquilinos fueron golpeados y encañonados con pistolas

El joven de 27 años bajó al patio central. Él y otros dos inquilinos fueron golpeados y encañonados con pistolas. Luego los obligaron a arrodillarse en el piso. “Yo le dije a los policías que hicieran algo, que nos estaban golpeando, pero ellos respondieron que venían con la mujer embarazada y la otra señora para desalojarnos porque ellas eran las dueñas”. El resto de los agresores comenzaron a golpear las puertas y a destrozar ventanas para entrar en las viviendas. Los inquilinos asustados no pudieron intervenir y sólo presenciaron cómo les robaban portátiles, celulares, joyas y dinero. “Una de las mujeres recibía todo lo que los hombres tomaban del inmueble y lo guardaba en su bolsa. Algunas de mis inquilinas lloraban del miedo y a otros los sacaron en pijama o medio dormidos”, relata.

El incidente no es nuevo. En el corredor Roma-Condesa, dos barrios de gran tradición y que están ubicados en el corazón de la capital mexicana, han sido escenario recurrente de hechos violentos este año. Apenas dos días antes del allanamiento en el edificio de Amsterdam, tres hombres con pistolas asaltaron simultáneamente dos restaurantes. En La Chicha, uno de los negocios atacados, los comensales que estuvieron esa noche contaron que los delincuentes les pidieron a gritos sus celulares y carteras y después huyeron. Horas después, en la contigua colonia Condesa, se desató una balacera que terminó en un enfrentamiento a tiros en plena vía pública. En junio, el dueño de un bar ubicado en este barrio de moda en la capital, fue asesinado a balazos cuando bajaba de su coche. Su cuerpo quedó tendido en la puerta de su negocio.

Los residentes han visto crecer las escenas violentas en sus calles. Una mujer que vive en la calle Amsterdam, unas cuadras más adelante donde el grupo armado irrumpió la noche del miércoles, cuenta que el otro día le tocó presenciar un intento de asalto. Unos hombres que viajaban en una camioneta negra intentaron robar a un hombre que llegaba a las puertas de su departamento en su coche. “El señor, al parecer, se dio cuenta de lo que tramaban y mejor se dio la vuelta y no se estacionó, pero no es el único asalto. Los meseros de los restaurantes de esta zona cuentan que con frecuencia los asaltan”, dice esta mujer que pasea esta mañana con su perro.

Juan Pablo, el joven que vivió el miércoles la invasión a su edificio, cuenta que el susto fue tan grande que los inquilinos han tomado la decisión de abandonar sus departamentos. “Aquí yo tengo rentados (alquilados) 16, y en cuatro de esos los vecinos ya me avisaron de que se van. Hoy comenzaron a mudarse”. La fiscalía del Distrito Federal ha iniciado una investigación tras lo ocurrido, agrega. “Ya presentamos nuestras declaraciones y nos dijeron que tienen detenidas a doce personas, entre ella la mujer embarazada. Mi mamá ya llevó las escrituras para comprobar que el edificio es nuestro; de nadie más”.

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