Alemania acusa a Austria de permitir un flujo de refugiados incontrolado

El ministro alemán del Interior, Thomas de Maizière, ante la prensa el miércoles en Berlín.BERND VON JUTRCZENKA (AFP)

La crisis de refugiados ha logrado enconar las relaciones entre los socios europeos. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, acusó al Gobierno de Angela Merkel de invitar a todos los ciudadanos sirios a viajar a su país, y dijo que la crisis era “un problema alemán”. Austria también criticó la política de puertas abiertas. Ahora, es Berlín quien reprocha a Viena su gestión de los miles de personas que cada día llegan a través de la ruta de los Balcanes con la esperanza de obtener la condición de asilado político en Alemania. "El comportamiento de Austria en los últimos días está fuera de lug...

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La crisis de refugiados ha logrado enconar las relaciones entre los socios europeos. El primer ministro húngaro, Viktor Orbán, acusó al Gobierno de Angela Merkel de invitar a todos los ciudadanos sirios a viajar a su país, y dijo que la crisis era “un problema alemán”. Austria también criticó la política de puertas abiertas. Ahora, es Berlín quien reprocha a Viena su gestión de los miles de personas que cada día llegan a través de la ruta de los Balcanes con la esperanza de obtener la condición de asilado político en Alemania. "El comportamiento de Austria en los últimos días está fuera de lugar", ha criticado el ministro del Interior, Thomas de Maizière.

“Hemos observado que, sin ningún aviso y de noche, se lleva a los refugiados a la frontera alemana, donde se les deja sin provisiones. Austria aceptó ayer volver a un proceso ordinario. Espero que esto ocurra inmediatamente”, añadió en Berlín el político democristiano.

Los reproches del político democristiano llegan cuando el clima entre los dos países ya se había enrarecido. El Gobierno de Baviera –el Estado alemán que hace frontera con Austria, y el que tiene que hacer frente a la mayor afluencia de refugiados- ya había reprochado el martes a sus vecinos la falta de solidaridad. Horst Seehofer, jefe del Gobierno regional, acusó a sus vecinos de dañar las relaciones de vecindad, mientras que su ministro del Interior tildó de “irresponsable” y “escandalosa” la actitud del Gobierno austriaco.

Las decisiones conjuntas de Berlín y Viena han jalonado esta crisis de refugiados. Los jefes de Gobierno de los dos países se pusieron de acuerdo el 5 de septiembre para permitir el paso de miles de refugiados que se agolpaban en la estación de trenes de Budapest. Tan solo una semana más tarde, la canciller dio un giro radical e instauró controles en la frontera con Austria, dejando en suspenso el Tratado de Schengen durante un tiempo indeterminado. Pero desde entonces ha pasado un mes y medio, y la situación está fuera de control.

Merkel trata de defenderse de las acusaciones de su teórico aliado Seehofer, que le ha dado hasta el fin de semana de ultimátum para buscar una solución que bloquee los miles de refugiados que cada día llegan a Baviera. "No hay un botón que se pueda apretar para cerrar el paso. Tenemos que ir paso a paso", se defendió el martes la canciller. 

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