Juan Herreros desvela los secretos del diseño del puesto de EL PAÍS en Arco 2021

El arquitecto se ha encargado del planteamiento de ‘Desvelo y horizonte’, el espacio expositivo dedicado a la obra del cántabro Juan Uslé. “La instalación realiza un tránsito desde la niebla hacia la luz y la esperanza”, explica Herreros. “Vamos de lo más oscuro a lo más luminoso, como sugiere el título”

El arquitecto Juan Herreros ha sido el encargado de diseñar el estand de El País en ARCO 2021. En vídeo, Juan Uslé artista invitado del espacio El País en ARCO 2021.Vídeo: ESTUDIO HERREROS / VIDEO: L.M.RIVAS

“Tenemos la obsesión de desaparecer para que solo el arte sea protagonista”. Cuando el arquitecto Juan Herreros (San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 63 años) habla de su trabajo siempre lo hace en plural para incidir en que junto a él, en el estudio que lleva su nombre, están su socio Jens Richter y el resto del equipo. Y si se trata de uno de sus proyectos para exponer arte, dire...

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“Tenemos la obsesión de desaparecer para que solo el arte sea protagonista”. Cuando el arquitecto Juan Herreros (San Lorenzo de El Escorial, Madrid, 63 años) habla de su trabajo siempre lo hace en plural para incidir en que junto a él, en el estudio que lleva su nombre, están su socio Jens Richter y el resto del equipo. Y si se trata de uno de sus proyectos para exponer arte, directamente reclama la invisibilidad. Vuelve a hacerlo con el diseño de Desvelo y horizonte, el puesto expositivo de EL PAÍS en esta edición de la feria Arco que comenzó el 7 de julio en Ifema, y que está dedicado a la obra del artista cántabro Juan Uslé.

Son unos 130 metros cuadrados de espacio que se despliega en forma de “L”, con un primer tramo algo más largo en el que cuelgan tres pinturas abstractas de gran formato de la serie Soñé que revelabas, a las que, tras el recodo, siguen tres fotos recientes de la superficie del mar. Para la primera pared se ha elegido un color verdoso que contrasta con el gris predominante de los cuadros, mientras que a la segunda se le ha aplicado un tono entre cobalto y plomo al que se superponen las instantáneas de un azul marino. Así que una funciona prácticamente como un negativo de la otra. “En conjunto la instalación realiza un tránsito desde la niebla, con ese recogimiento y pesadumbre, hacia la luz y la esperanza”, prosigue Herreros. “Es decir, que vamos de lo más oscuro a lo más luminoso, como sugiere el título”.

No es una narrativa inapropiada para esta fase de aparente salida del túnel pandémico. La decisión se tomó de común acuerdo entre el arquitecto y el artista durante una serie de reuniones mantenidas por medios digitales: “A veces Uslé estaba en Nueva York y a veces en Santander, así que su condición de nómada ha acabado incorporándose al proyecto. Además, decidimos que todo fuera arquitectónico y al mismo tiempo neutral, muy sutil. Pero también atmosférico, que es algo que a él le interesaba mucho”.

Para la primera pared del estand se ha elegido un color verdoso que contrasta con el gris predominante de los cuadros, en otro tramo con tono entre cobalto y plomo le siguen tres fotos recientes de la superficie del mar. estudio herreros

La parte arquitectónica la aportan los volúmenes contundentes y la atmosférica los juegos cromáticos. Cuando pasamos al capítulo de la neutralidad, Herreros cita las vitrinas, que también ha diseñado su estudio en líneas muy sencillas con un color apagado, donde se expondrán varias fotografías de pequeño formato realizadas por Uslé durante el confinamiento, así como dibujos de la serie Notas para Soné que revelabas, donde se probaban diversas combinaciones cromáticas que después se trasladaron a las pinturas de la pared. “La idea era que esas vitrinas remitieran al mobiliario doméstico, por la idea del confinamiento. El reto era combinar su pequeña escala y esa cosa ensimismada y delicada, como de gabinete, con las grandes piezas que tienen detrás. Un poco como ocurre en general con Arco, donde se ven muchas superposiciones de escalas y tamaños, y por tanto conviven distintas formas de ver el arte. Eso es lo que más hemos trabajado conceptualmente”.

De diferencias entre escalas y tamaños algo sabe quien con unos meses de diferencia presenta proyectos como un estand ferial y un centro de arte de 13 pisos con una superficie de 26.000 metros cuadrados y 57,4 metros de altura en el puerto de Oslo. Su Museo Munch tiene al fin fecha de apertura al público, programada para el 13 de octubre, y será uno de los acontecimientos arquitectónicos del año. Sin embargo, para Herreros tan importantes son los proyectos pequeños como los grandes, ya que unos se alimentan de los otros.

El puesto de EL PAÍS en Arco son unos 130 metros cuadrados de espacio expositivo que se despliega en forma de L.estudio herreros

“Trabajos como el de este Arco para EL PAÍS o el que allí hicimos el año pasado con obra de Muntadas, o el diseño de la feria Gabinete en 2017, los vemos como oportunidades experimentales que después trasladamos a otras escalas”, asegura. “En este caso, estoy seguro de que ese estudio sobre las distintas maneras de contemplar las obras en un mismo contenedor lo utilizaremos en futuros proyectos más grandes”.

Hace tiempo que se ha especializado en esos “contenedores”, ya sea en formato ferial, de galería (su compleja reforma de un almacén para la bilbaína CarrerasMugica), museístico o de espacio privado multiusos, donde destaca el diseño para la colección SOLO en Madrid, un lugar tan particular como la colección que alberga, especializada en arte urbano, vídeo y formatos no convencionales.

En su opinión, el secreto para acometer con éxito proyectos tan diversos bajo el común denominador del arte es centrar sus esfuerzos no en los objetos, sino en las personas, que serán a su vez quienes instalen el contenido artístico. Si se atienden sus necesidades, el trabajo está hecho: “Por eso en el Museo Munch tampoco nos hemos ocupado de la instalación de las piezas en las salas, sino que se las hemos dejado en bandeja a los expertos para quienes hemos creado esos espacios. Al mismo tiempo, nos sigue preocupando establecer una fluidez total, y entender cómo la arquitectura puede fundirse con las obras de arte que acoge”.

Los detalles del proyecto noruego se conocerán en una exposición que este octubre le dedica el centro La Virreina de Barcelona. “Se centrará sobre todo en el contexto y las implicaciones sociales del museo”, avanza. Aparte de esto, el arte sigue en su punto de mira, ya que con él tienen que ver varios de los proyectos que ahora ocupan a su equipo. En ellos se mantiene la diversidad de escalas y tipologías. Está, por ejemplo, la instalación de la exposición del artista Álvaro Perdices que se inaugurará el próximo mes de febrero en el CA2M de Móstoles, pero también un espacio híbrido de oficina y contenedor artístico para un coleccionista privado del norte de España. Y la segunda sede de la Colección SOLO en la madrileña Cuesta de San Vicente: 4.000 metros cuadrados que ya están en construcción y que se espera inaugurar en otoño de 2022. Hay, pues, algunos desvelos en el horizonte de Estudio Herreros.

En las vitrinas, de líneas muy sencillas y un color apagado, se expondrán varias fotografías de pequeño formato realizadas por Uslé durante el confinamiento, así como dibujos de la serie 'Notas para Soñé que revelabas'.estudio herreros

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