La Capilla Sixtina como solo la había visto el propio Miguel Ángel, en un libro que cuesta 18.000 euros
Sus creadores han pasado cinco años tomando más de 270.000 fotografías digitales en alta resolución para ofrecer todos los frescos de la sala del Vaticano en escala real y con un nivel de detalle nunca visto
En palabras del propio Miguel Ángel Buonarroti: “Mi alma no encuentra escalera al cielo a menos que sea a través de la hermosura de la tierra”. Se refería a su trabajo en la bóveda de cañón de la Capilla Sixtina, que ocupó casi un lustro de su vida (de 1508 a 1512). “Tras cuatro años de torturas, y más de 400 figuras de tamaño real, me sentí tan viejo y extenuado como Jeremías. Tenía 37 años y ni siquiera mis amigos ya reconocía...
En palabras del propio Miguel Ángel Buonarroti: “Mi alma no encuentra escalera al cielo a menos que sea a través de la hermosura de la tierra”. Se refería a su trabajo en la bóveda de cañón de la Capilla Sixtina, que ocupó casi un lustro de su vida (de 1508 a 1512). “Tras cuatro años de torturas, y más de 400 figuras de tamaño real, me sentí tan viejo y extenuado como Jeremías. Tenía 37 años y ni siquiera mis amigos ya reconocían al anciano en el que me había convertido”, dijo después de acabar el trabajo. En un espacio de más de 1.000 metros cuadrados y a una altura de 20 metros, Miguel Ángel creó una serie de frescos de arquitectura simulada donde incluyó el desarrollo de las historias del Génesis con esas más de 400 figuras a tamaño real. Una creación monumental, por encargo del Papa Julio II, que rompió las bases del arte renacentista, pero que nadie ha podido observar con el nivel de detalle con que las creó el artista, si no es haciéndose con su propia escalera al cielo.
La editorial Callaway Arts and Entertainment, en colaboración con los Museos Vaticanos y la editorial italiana Scripta Maneant, se ha subido a esa escalera en un proyecto fotográfico que ha requerido más tiempo de trabajo que la propia obra de Miguel Ángel, cinco años, y que ofrece una mirada inédita de la Capilla Sixtina al completo. Después de vender todas las unidades en italiano, lanza ahora la versión en inglés.
Gracias a la última tecnología en fotografía digital, The Sistine Chapel distribuye en tres volúmenes las imágenes en alta resolución, a escala real y con una precisión de color del 99,4% de la bóveda de Miguel Ángel y los frescos que pintaron a los lados del altar Sandro Boticelli, Perugino o Ghirlandaio, entre otros artistas del Renacimiento, por orden del papa Sixto IV. Uno de los caprichos más extravagantes del universo editorial, que cuesta 22.000 dólares (17.965 euros), incluidos el envío y la manipulación.
“Creemos que se trata de una compra impulsiva, posiblemente la más cara del mundo editorial”, reconoce el fundador de Callaway, Nicholas Callaway, en un comunicado. Aunque lo justifica: “Es seguro decir, sin exagerar, que se trata del libro definitivo sobre la Capilla Sixtina”. La publicación puede reservarse a través de la propia web de Callaway, y las ganancias irán destinadas en parte a los Museos Vaticanos.
Con diseño tipográfico de Jerry Kelly, los textos corren a cargo de Antonio Paolucci, exdirector de los Museos Vaticanos y exdirector general de Patrimonio Cultural de la Toscana, que relata la historia detrás de las escenas de La creación del mundo, La creación de Adán y Eva, El pecado original, El sacrificio de Noé o El Diluvio. Pero son las más de 270.000 imágenes que se han tomado para poder reproducir las obras lo que hace que The Sistine Chapel, en opinión de sus creadores, tenga un valor de conservación.
“La captura digital de los frescos sobrevivirá a los propios libros”, vaticina Callaway en la nota informativa. En su formato impreso, “se trata de una obra dirigida a historiadores del arte, estudiantes, coleccionistas y comisarios, quienes podrán estudiar las obras presentadas con un detalle sin precedentes”. Examinar, por ejemplo, el profundo conocimiento de la anatomía humana que denotan las figuras de Miguel Ángel: arquitectónicas gigantescas, robustas, enérgicas y muy elegantes, que evidenciaban a su vez el momento histórico que Italia vivía en aquella época. “Los lectores”, añade la directora editorial de Callaway, Manuela Roosevelt, “pueden ver los frescos como nadie lo ha podido hacer desde que fueron pintados, ya que los visitantes de la Capilla observan las obras a una distancia de más de 20 metros por encima de ellos, y en paredes en las que apenas se pueden apreciar los detalles”.
Así, la escala real permite apreciar desde el juego de luces en el rostro de la Sibila Délfica, hasta el uso del puntillismo en la nariz de la Virgen, representada en la escena del Juicio Final. Así hasta alrededor de 220 detalles de los frescos de Miguel Ángel y de los maestros umbro-toscanos del siglo XV.
“Creemos que los libros pueden ser y son objetos de arte en sí mismos”, dice Callaway. Y así tratan esta edición de tres volúmenes de 60 x 17,78 centímetros, que suman 822 páginas encuadernadas en tapas de seda con impresiones en lámina de plata, oro y platino. Los Museos Vaticanos han limitado la tirada a las 1.999 copias (1.000 en italiano, 600 en inglés, y el resto en ruso y polaco). “Si lo ubicas en el ámbito de las cosas únicas, o si lo pones en el contexto del mercado del arte, 20.000 euros no es una obra de arte cara”.