Joe Alwyn, el actor que huía de la fama durante su relación con Taylor Swift y ahora busca los focos
Tras una relación de más de seis años que estuvo marcada por la absoluta discreción, el intérprete británico apuesta ahora por proyectos de Hollywood que le llevan a programas de televisión, a la primera fila de grandes desfiles y a entregar un Oscar este domingo
“Siempre fui bastante tímido. Existe la idea de que si eres actor, saltas sobre una mesa, cantas una canción y cuentas todo tipo de historias. Y, en realidad, ocurre lo contrario”, explicó Joe Alwyn (Royal Tunbridge Wells, Reino Unido, 34 años) en una reciente entrevista con The Guardian. Para una persona introvertida como él, no es fácil moverse en la industria cinematográfica con normalidad, pero menos lo es convertirse durante seis años en tema de conversación y objetivo de los paparazis por su relación con Taylor Swift. Es lo que él vivió y a lo que tuvo que hacer frente: se hablaba más de los rumores de su discreto noviazgo, posible compromiso y posterior ruptura que de su trabajo como actor. A punto de cumplirse dos años de su separación de la cantante, el nombre de Alwyn vuelve a ocupar titulares, pero nada tienen que ver con la artista de Pensilvania. Es ahora cuando sus casi 10 años de carrera profesional están empezando a dar sus frutos. Un ejemplo: su papel secundario en The Brutalist, una de las películas favoritas de la temporada de premios, le ha llevado a presentar y entregar un Oscar —por el momento, se desconoce la categoría— este domingo.
El actor de Conversaciones entre amigos (2022) creció en Tufnell Park, un barrio situado al norte de Londres, en el seno de una familia que siempre estuvo ahí para él y que le ayudó a mantener los pies en el suelo, según él mismo ha contado. Su padre, Richard, es cineasta documentalista y profesor, y su madre, Elizabeth, es psicoterapeuta. “Ambos se ocupan de por qué las personas son como son. Y de tener empatía para explorar a alguien o lo que nos hace comportarnos como lo hacemos”, explicó sobre ellos en la citada conversación con el medio británico.
Alwyn estudió Inglés y Arte Dramático en la Universidad de Bristol antes de conseguir una plaza en la Central School of Speech and Drama de Londres. Cursando el último año, un agente le contrató y pronto le llegaría su primer contrato para participar en la nueva película de Ang Lee, Billy Lynn (2016), donde interpretaría el papel protagonista de Billy. “No se me escapa que le debo todo a él [Lee] y a ese director de casting. Cada puerta que se ha abierto se debe a eso. Nunca antes había estado delante de una cámara”, reconoce. Ese mismo año, acudiría por primera vez a un evento tan mediático y exclusivo como la gala MET, celebrada en Nueva York. En aquel entonces, él era un completo desconocido que poco menos iba de acompañante de su compañero de reparto Garrett Hedlund.
Aunque pasó desapercibido en la alfombra roja, hubo alguien que sí que se fijó en él: Taylor Swift. En aquel entonces, la cantante mantenía una discreta relación con el también actor Tom Hiddleston —a quien después dedicaría la canción Getaway Car—, pero esta no duraría mucho más. Lo que comenzó como una simple amistad entre Swift y Alwyn pronto derivó en algo más serio. Nunca confirmaron su noviazgo de manera oficial y juntos acordaron mantener su historia de amor de la forma más privada posible, teniendo en cuenta que ella era una de las cantantes más seguidas del planeta y él, uno de los actores con mayor proyección del momento. Pocos eran los detalles que se sabían de su noviazgo. “Se sentó el precedente —de que nuestra elección es ser privados y no alimentar ese lado de las cosas— y cuanto más lo hagamos, con suerte, más disminuirá esa intromisión o intriga”, comentó él en una entrevista para GQ en 2022. Huían de los focos de los paparazis, se escondían y hacían todo lo posible para evitar que se les inmortalizase juntos. Tanto es así, que seis años después son pocas las imágenes que hay de ellos juntos y no hay ni un solo posado.
La pandemia fue un punto de inflexión para la pareja: Alwyn, que hasta entonces había continuado viviendo en Londres, se mudó a Los Ángeles con Swift. En algún momento del confinamiento, ambos se sentaron delante del piano y acabaron escribiendo canciones que llegarían a ganar premios Grammy. “Fue realmente lo más accidental que me pasó. No fue algo como: ‘Son las tres, es hora de escribir una canción”, reveló en GQ. Una de estas canciones que ayudaría a componer sería Exile, uno de los temas más queridos del octavo álbum de estudio de la cantante, Folklore. Pero siguiendo con la discreción, en los créditos no aparecía su nombre: utilizó el seudónimo William Bovery. Fue finalmente su aún novia quien desveló tiempo después ese secreto —y que llegó incluso a participar en el siguiente disco, Evermore, del mismo modo—. “La idea era que la gente simplemente escuchara la música en lugar de centrarse en el hecho de que la escribimos juntos”, apuntó el actor.
Cuando todo parecía encontrarse en un punto inmejorable, empezaron a sonar los rumores de ruptura poco antes de que Swift comenzase su histórica gira The Eras Tour, en marzo de 2023. Finalmente, a comienzos de abril se confirmaba la noticia —aunque no lo hacían ellos mismos— después de que el intérprete no acudiese a ninguno de esos primeros conciertos. Medios estadounidenses como People revelaban que la separación había sido “amistosa” y “nada dramática”. “Espero que todos puedan empatizar y comprender las dificultades que conlleva el final de una relación larga, amorosa y totalmente comprometida de más de seis años y medio. Es algo difícil de manejar. Lo que es inusual y anormal en esta situación es que, una semana después, de repente fuese de dominio público y el mundo exterior opinase”, señaló el actor en una entrevista con The Times el pasado junio. Así ponían punto y final a una historia que le colocó la etiqueta de novio de durante la cual su trabajo como actor quedó relegado, y eso que en ese tiempo Alwyn participó en más de 10 producciones, entre las que destacan Operation Finale (2018), La favorita (2018), La última carta de amor (2021) y El libro de Catherine (2022).
Durante la relación se mostraba mucho más interesado en recopilar experiencias y personajes que en lograr convertirse en una estrella de Hollywood. Ahora parece haber dado un cambio de rumbo y se decanta por aceptar propuestas que le están aportando esa exposición de la que huía (incluidas apariciones en famosos late night shows). 2025 promete ser el año en el que todo cambiará para él. Su participación en The Brutalist le ha permitido formar parte de los eventos más significativos de la temporada: acudió a los premios Bafta —donde también presentó un premio—, estuvo presente en el desfile de Dior celebrado a finales de enero en París, viajó hasta Milán para asistir al desfile de Giorgio Armani y comenzará marzo subiéndose al escenario del Teatro Dolby, en Los Ángeles, para convertirse en uno de los protagonistas de los premios Oscar. Es ahora cuando ha dado su salto definitivo para conseguir que se le juzgue por su trabajo y no por sus relaciones, aunque no puede evitar que continúen siendo una pregunta en sus entrevistas. “Como todos saben, nosotros decidimos mantener en privado los detalles más privados de nuestra relación. Nunca fue algo que se pudiera mercantilizar y no veo ninguna razón para cambiar eso ahora”, señaló hace poco a The Times. En otra más reciente para The Guardian también habló del tema: “He intentado centrarme en lo que puedo controlar y que es importante para mí: amigos, familia, trabajo... Más allá de eso, creo que he hecho lo que hacen muchas personas que se encuentran en el ojo público, que es tratar de ignorarlo”.
Alwyn ha vuelto a vivir a Londres y no tiene ninguna intención de mudarse, por el momento, a Hollywood. Sigue teniendo el mismo grupo de amigos y residiendo en el barrio donde creció. “Tengo gente brillante y auténtica en mi vida. Intento vivir en la realidad y lejos del ruido de Twitter (actualmente X) para vivir el momento”, recordó en The Times. De hecho, una de sus relaciones de amistad sirvió a Swift para inspirarse en el título de su último disco: The Tortured Poets Department (2024), en el que el actor ha pasado a protagonizar las canciones de desamor (So Long, London, loml, The Black Dog...). En una entrevista para GQ, el británico reveló que tenía un grupo de WhatsApp junto al también intérprete Paul Mescal llamado The Tortured Man Club, y de ahí el origen del nombre del álbum. En sus últimas apariciones públicas —en el programa matinal de Drew Barrymore o en Late Nigh with Seth Meyers— ha demostrado de nuevo que no le gusta hablar de nada que tenga que ver con su privacidad y que siempre intenta, con mayor o menor fortuna, esquivar aquellas preguntas más comprometidas. “No se me da muy bien hablar de mí mismo. Estoy seguro de que he dado la impresión de ser reservado en el pasado. Y es una mezcla de ser británico y tener una vida privada”, explicó en The Times.
Las puertas de la fama ya las tiene abiertas, y en el horizonte próximo tiene tres estrenos: dos películas en postproducción (Hamlet y Hamnet, con Paul Mescal) y una aún por rodar (Panic Carefully, con Elizabeth Olsen, Eddie Redmayne y Julia Roberts también en el reparto). En cualquier caso, por el momento su objetivo primero continúa siendo el de deshacerse de la etiqueta de exnovio de y que en las entrevistas las preguntas sobre ese capítulo de su vida desaparezcan.