Riley Keough, la agridulce vida de la nieta de Elvis Presley que triunfa en televisión entre tragedias familiares
La actriz aborda un gran momento profesional gracias a su papel de estrella del rock en la serie ‘Todos quieren a Daisy Jones’, pero la muerte de su madre y su hermano y su contienda legal con su abuela, Priscilla, amargan las mieles del éxito
Si existiera una clasificación para categorizar a los nepobabies (ese neologismo popularizado para definir a los descendientes de famosos convertidos en celebridades) de las colinas de Los Ángeles, la actriz Riley Keough (Santa Mónica, 33 años) ocuparía las primeras posiciones. La intérprete, nieta de Elvis y Priscilla Presley e hija de Lisa Marie, lleva años labrando su carrera como actriz, pero durante un tiempo su nombre fue un reclamo constante en la industria de la moda. Descender del linaje Presley fue la llave maestra que le permitió debutar a los 14 años sobre la pasarela de la mano de Dolce&Gabbana. Un año después desfilaría para Christian Dior, firma que la fichó para una de sus campañas de perfumes, y en 2006 para Victoria’s Secret. En tiempo récord consiguió lo que muchas modelos de profesión no consiguen en toda una carrera, portadas en la revista Vogue incluidas. Keough, eso sí, afirma ser consciente de su posición: “Soy muy privilegiada. ¿Sabes la historia de mudarte a Los Ángeles y tardar tres años en conseguir un agente? Yo lo tuve en una semana”, reconoció en 2017 en declaraciones al diario británico The Guardian.
En 2023, la serie Daisy Jones and the Six (en español Todos quieren a Daisy Jones) ha devuelto a Keough al foco mediático gracias al papel protagonista que ostenta en esta ficción basada en la novela superventas de Taylor Jenkins Reid, emitida por Amazon Prime Video y con Reese Witherspoon como una de las productoras ejecutivas del proyecto. La hija de Lisa Marie Presley y Danny Keough ha demostrado que la música y el sentido del espectáculo corre por sus venas. La serie de 10 episodios se ambienta en los años setenta y aborda la formación de un exitoso grupo de rock, llamado Daisy Jones and the Six, cuyos integrantes deben lidiar con el ego y el talento de sus dos cantantes. Una de ellas es Riley Keough (Daisy Jones) y el otro el actor británico Sam Claflin (Billy Dunne).
En la historia de Daisy Jones hay música, drogas y triángulos amorosos, una combinación que ha conquistado al público más joven, entregado gracias al show a la música setentera de grupos como Fleetwood Mac, en quienes se dice que se basó la escritora del libro para imaginar la historia de la banda. El último capítulo finaliza con un concierto fechado en 1977, año en el que el grupo se disuelve y la protagonista decide abandonarlo todo para recuperarse de sus problemas con las drogas. En el mundo real fue precisamente en 1977 cuando Elvis Presley perdía la vida después de largos años luchando contra las adicciones, un paralelismo con el rey del rock que se suma a otros descifrados por los fans de la serie. Por ejemplo, cuando Riley Keough toca la guitarra en uno de los capítulos, lleva la misma correa que Elvis lucía sobre el escenario. “Fue idea del departamento de arte. Me dijeron ‘tenemos una correa de guitarra que solían utilizar los músicos en los setenta, incluido tu abuelo’, y me pareció bien”, contó la nieta de Elvis en Collider.
Un fenómeno fan que traspasa la pantalla
La apuesta de Amazon Prime Video se ha convertido en uno de los éxitos de la temporada y las canciones de la banda sonora, que a su vez son los temas interpretados por el grupo Daisy Jones and the Six, en prometedores éxitos. De hecho, una de las canciones, Let me down easy, ha hecho historia al convertirse en la primera canción de ficción en alcanzar el número uno de descargas en Itunes, la plataforma de Apple. Tal es el fenómeno fan desatado, que se rumorea si la banda podría llegar a hacer una gira en la vida real. De momento, no hay nada confirmado al respecto y parece complicado poder cuadrar la agenda de todo el reparto. Tampoco se sabe si habrá segunda temporada, pero lo que sí está claro es que el duro trabajo de meses ha dado resultados. “El horario en la serie fue una locura. Grabamos durante nueve meses o así durante el covid. Fue difícil de llevar física y emocionalmente, aparte de sobrellevar la pérdida de mi hermano [el hermano de Riley Keough, Benjamin Keough, se quitó la vida en julio de 2020, cuando la producción de la serie empezaba a arrancar]”, confesó Keough en Collider sobre la intensa grabación, dificultada además por la enfermedad de Lyme que padece la actriz.
Es inevitable vincular el nombre de Riley Keough con Elvis pero lo cierto es que la intérprete nunca llegó a conocer a su abuelo, fallecido 12 años antes de su nacimiento. A quien sí trató muy de cerca fue a Michael Jackson. Tras fracasar su matrimonio con el músico Danny Keough, la fallecida Lisa Marie pasó por el altar con el polémico artista, con quien estuvo casada entre 1994 y 1996. La infancia de Keough (y su hermano menor Benjamin Storm Keough) transcurrió entre la impresionante mansión de Graceland en Memphis, heredada por su madre tras la muerte de Elvis, y sus viajes a Neverland, el famoso rancho que Michael Jackson tenía en Santa Bárbara. En una entrevista publicada en la revista T Magazine, la intérprete se refirió al rancho como un lugar “repleto de juguetes, de animales y de niños. Era como estar en Disneylandia cada día”.
Jackson no fue el único padrastro famoso de los hermanos Keough. En 2002 Lisa Marie contrajo matrimonio con el actor Nicolas Cage en una boda celebrada en Hawái, una historia de amor fugaz finalizada tres meses y medio después. La infancia de Keough no se puede describir como normal ―gran parte de su educación fue en casa en lugar de en colegios―, pero ella asegura que de pequeña no se sentía extraña, si bien en su vida adulta su opinión ha cambiado: “Creo que era similar a lo que experimentan los hijos de las Kardashian hoy en día (…) No podía hacer cosas normales”, explicó en Vanity Fair al ser preguntada sobre su niñez bajo el ojo público.
Tras probar suerte en el mundo de la moda durante sus años adolescentes, finalmente fue la interpretación lo que atrajo su atención. Debutó en la gran pantalla a los 20 años, con un papel en el biopic The runaways, donde dio vida a la música Marie Currie. La oportunidad que multiplicó su visibilidad en la industria llegó con la película de 2012 Magic Mike, de Steven Soderbergh, el director con el que más ha trabajado a lo largo de su carrera. Ahí tuvo un papel secundario pero lo suficientemente importante para participar en la promoción del film, conceder entrevistas y acudir a alfombras rojas. Para afianzar su carrera trató de lograr, sin éxito, papeles estrellas en títulos como Blancanieves y el cazador o Los juegos del hambre. En 2015 estuvo en la taquillera Mad Max: Furia en la carretera, donde conoció a su marido y padre de su única hija, un especialista australiano con quien se casó en 2015.
Dejando a un lado su participación en varias superproducciones, parece que ha encontrado su sitio en la industria del cine y las series independientes. En 2016 logró su primera y de momento única nominación a los Globos de Oro por su rol protagonista de una estudiante de derecho convertida en escort en la serie The Girlfriend experience. Sin involucrarse en proyectos demasiado comerciales, en la última década ha encadenado un trabajo tras otro procurando mantenerse ajena a todo lo que rodea el universo hollywoodiense que tan bien conoce. En su filmografía hay títulos destacados como American Honey (Andrea Arnold, 2016), junto a Shia LaBeouf, o Zola (Janizca Bravo, 2020), trabajos que le han valido varias nominaciones en diferentes premios del circuito de cine independiente. En 2018 se puso bajo las órdenes de Lars Von Trier en la polémica película de terror psicológico La casa de Jack, con Uma Thurman y Matt Dillon.
La tragedia familiar de Riley Keough
Su favorable momento profesional ―además de desempeñar su trabajo como actriz, desde 2017 cuenta con una productora propia llamada Felix Culpa, con varios proyectos en el horizonte― contrarresta con una vida personal golpeada por la tragedia. Su hermano Benjamin, que compartía un gran parecido con su recordado abuelo, se quitó la vida en julio de 2020 a los 27 años. Fue un duro golpe para la familia, que todavía no estaba recuperada cuando hace solo cinco meses tuvo que afrontar la muerte de Lisa Marie. La eterna hija del rey del rock falleció el pasado 12 de enero de un paro cardiaco a los 54 años. Además de a su hija mayor, dejó dos gemelas adolescentes, Harper y Finley, fruto de su matrimonio con el músico Michael Lockwood, con quien pasó una década, hasta su divorcio en 2016.
Precisamente a raíz de la separación trascendieron los problemas de Lisa Marie con los tranquilizantes y opiáceos, prescritos por receta médica tras su último parto y hacia los que había desarrollado gran dependencia. Solo dos días antes del fallecimiento, la hija única de Elvis había acudido a los Globos de Oro junto a su madre y el resto del equipo de la película Elvis (Baz Luhrmann, 2022), uno de los grandes estrenos del pasado año, con 288 millones de dólares de recaudación y éxito de público y crítica.
Enfrentamiento con Priscilla
La muerte de Lisa Marie ha iniciado un amargo capítulo en la vida de su hija Riley Keough. El reparto de la vasta herencia de la madre, estimada en más de 100 millones de euros —la revista Forbes asegura que Elvis Presley es la cuarta celebridad que más ingresos genera después de muerto—, ha sido el detonante. Según informaciones publicadas en medios estadounidenses, Priscilla Presley inició un litigio para esclarecer un cambio en el testamento de su hija ocurrido en 2016. Ahora, abuela y nieta han llegado a un acuerdo sobre el testamento y ambas partes parecen contentas.
Hasta 2016, eran Priscilla y el exgerente comercial de Lisa Marie, Barry Siegel, quienes figuraban como cofideicomisarios, pero ese año se introdujo una enmienda que les eliminaba a ellos en beneficio de Riley y su hermano Benjamin. Ellos serían los herederos de la mansión de Graceland y del 15% de Elvis Presley Enterprises, así como de los trajes, coches, premios y otros objetos de Elvis propiedad de Lisa Marie, según apunta Los Angeles Times. Tras la muerte de Elvis, Lisa Marie fue la única heredera, ya que sus padres se habían separado en 1973. La relación entre nieta y abuela se habría enfriado tanto que, de acuerdo a lo publicado en algunos tabloides, Riley podría haber prohibido la entrada de Priscilla a Graceland, donde también descansa su hija Lisa Marie, su nieto Benjamin y, por supuesto, Elvis Presley. Ahora, las aguas parecen haberse calmado. La propia Priscilla ha declarado que, después de la resolución judicial, su familia está “más unida que nunca”. Pero habrá que esperar a agosto, cuando hay otra audiencia prevista, para saber si la paz realmente está sellada.