La vida española del exembajador James Costos
El diplomático que representó a EE UU en la época de Obama sigue manteniendo vínculos personales y profesionales con el país
La historia es bien conocida. Era noviembre de 2012 cuando, en su despacho de HBO, James Costos, alto ejecutivo de la compañía, recibía una llamada. Desde el Air Force One. Él pensaba que era una cuestión de cortesía, de agradecimiento, por haber contribuido a la segunda campaña para la presidencia de Barack Obama y logrado más de 3,4 millones de euros a su favor. Pero no. Era algo más. “Fue un momento increíble”, ...
La historia es bien conocida. Era noviembre de 2012 cuando, en su despacho de HBO, James Costos, alto ejecutivo de la compañía, recibía una llamada. Desde el Air Force One. Él pensaba que era una cuestión de cortesía, de agradecimiento, por haber contribuido a la segunda campaña para la presidencia de Barack Obama y logrado más de 3,4 millones de euros a su favor. Pero no. Era algo más. “Fue un momento increíble”, explicaba a ICON en 2017. “Me miré el pecho y sentí los latidos de mi corazón. Como nos conocíamos, me lancé a preguntarle por su último viaje y por su familia. Pero él me detuvo, tenía algo que preguntarme: si quería formar parte de su equipo como embajador. Acepté de inmediato". En agosto de 2013, Costos tomaba posesión del cargo. El consejo de Barack Obama: “Sé tú mismo”. Y él lo fue, y lo sigue siendo.
Su amor por España se inoculó con un viaje en 2006 junto a su marido, el interiorista Michael S. Smith. Entonces, empezaron a veranear en Mallorca y nunca dejaron de hacerlo. Pero con su llegada a Madrid se quedarían. Incluso después de dejar su cargo, en febrero de 2017. Aunque hace tres años de aquello, el que fue embajador oficial y oficioso de su país sigue muy vinculado al de adopción. Su último y estratégico movimiento lo confirma. Costos ha fichado por una de las productoras más importantes de España, Secuoya.
A partir de ahora, este vegetariano de 57 años será el presidente de Secuoya Studios, la pata que la productora va a poner en EE UU, en concreto en California, donde residen los Costos-Smith. Un comunicado explica que Costos ha sido nombrado presidente ejecutivo de esa división, encargada de la producción de televisión, y que pronto abrirá su sede en Los Ángeles. Según la empresa, “la incorporación de Costos al grupo culmina un ambicioso plan de proyección internacional, iniciado hace años en diferentes países latinoamericanos y que ahora amplía al mercado audiovisual estadounidense".
El puesto y el diplomático casan a la perfección. Costos tiene una amplia experiencia en relaciones públicas e internacionales, así como en el sector del entretenimiento, habiendo trabajado para la audiovisual HBO, de la que llegó a ser vicepresidente, o para el sector del textil de lujo en Fendi, Hermes o Tod’s. El audiovisual es una de sus pasiones y de sus mayores conocimientos. Como destacan desde Secuoya, “la profunda conexión de Costos con España y su pasión por el sector de la producción de cine y televisión fueron evidentes cuando, tras dejar su puesto de embajador, fue nombrado Embajador Honorario de Spain Film Commission. En este cargo pudo seguir promoviendo las oportunidades de negocio en el sector, animando a los estudios estadounidenses a invertir en España, creando puestos de trabajo y crecimiento en ambos países”. Ya lo ha hecho en más ocasiones: gracias a su capacidad de negociación y diplomacia, el rodaje de Juego de Tronos llegó a España, o el de Exodus, de Ridley Scott, a Almería y Canarias.
Además de con Secuoya, Costos también trabaja para más empresas españolas. Como, por ejemplo, para el F. C. Barcelona, equipo del que es director estratégico desde hace un par de años. O para la consultora de comunicación KREAB. Además, también forma parte de la firma especializada en servicios de asesoramiento en banca de inversión JPT Partners, por cuyo consejo de administración fichó en febrero de 2017, poco después de cesar como diplomático. Y no ha dejado su cargo como embajador, solo que ahora honorario y cariñoso de Mallorca, donde lleva pasando vacaciones de verano e invierno con su marido desde hace una década.
En la isla balear el matrimonio suele alojarse en la zona de Esporles, un municipio del interior a una media hora al norte de Palma. Allí pasan su tiempo en una finca llamada Ses Planes, propiedad de la empresaria y ganadera Marieta Salas, criadora de caballos de raza. La casa es una de las más lujosas de la isla y su edificación principal, decorada por Pascua Ortega, consta de nueve habitaciones y nueve baños, y tiene jardines, piscina y spa. El precio del alquiler rondaría los 20.000 euros semanales.
En ella acogen cada verano a amigos, muchos célebres. Si el pasado verano estuvo con ellos unos días quien fuera presidente ejecutivo de Google, Eric Schimdt, en 2017 y 2018 la isla recibió la ilustre visita de Michelle Obama. El primer año la ex primera dama acudió a finales de agosto tras pasar gran parte del verano en Bali (Indonesia) y en la isla de Martha’s Vineyard (Massachussets, EE UU). Entonces cenaron por restaurantes de la isla y navegaron por sus costas. En 2018 volvió a pasar una discreta semana en la zona.
Los Obama mantienen una estrecha relación con los Costos-Smith. Estos les han acogido en varias ocasiones en su casa de California. De hecho, como desvelan las memorias del exembajador, fue desde esa casa de Rancho Mirage, junto a Palm Springs, desde donde Barack Obama telefoneó al rey Juan Carlos cuando este abdicó. Además, el matrimonio del exembajador y el interiorista también posee un elegante ático en Nueva York.
Aunque pasan la mayor parte del tiempo en EE UU, un pedazo de la vida de Smith y Costos está en Madrid, la ciudad en la que invitaron y acogieron a los Obama, pero también a Sarah Jessica Parker o Harrison Ford. En la capital española suelen pasar un par de meses al año en un piso en la calle de Ortega y Gasset. El apartamento de unos estadounidenses lleno de sabor español, con alfombras de la Real Fábrica de Tapices o un balón del Barça en una vitrina. Costos es un gran conocedor de la capital, y lo mismo le gustan los muebles antiguos del Rastro que el bar del Ritz, el Museo Naval que el Sorolla. Una combinación única en un hombre de aquí y de allá que no ha dejado de seguir ese consejo clave: “Sé tú mismo”.