Mantecados blancos, la receta de dulce navideño que sorprende por su delicadeza
La especialidad del monasterio de Santa María del Socorro de Sevilla es un bocado finísimo, además de un tesoro del recetario popular andaluz
Esta extraordinaria receta de mantecados blancos del monasterio de Santa María del Socorro, en Sevilla, del libro Los dulces del convento, siempre sorprende a propios y extraños por su delicadeza. Es una magnífica ocasión para revisar el recetario popular de dulces navideños, infinito y riquísimo; si sirves en tu mesa estos mantecados caseros o los regalas en Navidad te harán la ola.
Los mantecados, como su nombre indica, se hacen con manteca de cerdo; a pesar de que en algunos esto cause cierto rechazo, los dulces hechos con este ingrediente no conservan después de cocidos ninguna reciedumbre ni aroma a embutido, sobre todo si la manteca es de buena calidad, sino que se convierten en un bocado finísimo y de consistencia sorprendentemente ligera y friable.
En esta receta la masa, aromatizada con limón, no lleva azúcar, por lo que es imprescindible el rebozado en azúcar glas. Y un consejo: los mantecados que formes de los recortes de masa tienden a deformarse; para reducir la deformación puedes reposarlos un par de horas en la nevera una vez cortados, antes de cocerlos.
Dificultad: La masa es algo delicada de manejar en crudo, pero se puede reamasar y rejuntar para cortar mantecados otra vez si haces algún destrozo. Sin miedo
Ingredientes
Para unos 60 mantecados
- 500 g de manteca de cerdo ibérico
- 125 ml de vino oloroso (Jerez seco o amontillado)
- 125 ml de zumo de naranja
- 850 g de harina de repostería
- 14 g de levadura química (1 sobre)
- Azúcar glas para espolvorear
Instrucciones
Pesar todos los ingredientes en la báscula.
Atemperar la manteca dejándola a temperatura ambiente o templándola a intervalos en el microondas, hasta que tenga consistencia de pomada. Dejar que el vino y el zumo de naranja también se pongan a temperatura ambiente.
Añadir el vino y el zumo a la manteca, y mezclar por lo menos cinco minutos, hasta que la manteca absorba todo el líquido y se obtenga una masa homogénea.
Añadir a continuación la harina cernida junto con la levadura y mezclar bien hasta obtener una masa blandita, pero que apenas se pegue a los dedos; añadir más harina si hiciera falta.
Envolver la masa en plástico de cocina y reposar en el frigorífico 24 horas.
Extender la masa con rodillo sobre la mesa bien enharinada hasta un grosor de un dedo. Cortar piezas de unos cuatro o cinco centímetros con un cortapastas o un vasito, e ir colocándolas sobre bandejas de horno forradas con papel de hornear. Los recortes se pueden juntar y seguir cortando.
Calentar el horno a 190 °C si es de convección de aire y a unos 210 °C si solo dispone de calor arriba y abajo.
Cuando el horno haya alcanzado la temperatura requerida, cocer los mantecados en el tercio inferior unos 15-20 minutos, vigilando para sacarlos en cuanto estén ligeramente dorados por los bordes.
Pasarlos a enfriar sobre una rejilla y espolvorearlos con abundante azúcar glas una vez fríos, pues la masa no lleva azúcar.
Si tienes dudas o quejas sobre nuestras recetas, escríbenos a elcomidista@gmail.com. También puedes seguir a El Comidista en Youtube.