Sopa de lo que se tira de las alcachofas

La sopa que te quita el frío. / EL COMIDISTA

Soy una persona bastante alcachofera, como los más perspicaces habréis podido deducir por la cabecera del blog. Otra de mis características es el odio a tirar comida, no sé si transmitido genéticamente por una madre que pasó bastantes penurias en la posguerra. Por eso cada vez que preparo esta verdura me fastidia desperdiciar las puntas y las hojas duras del exterior que, seamos sinceros, no hay dios que se las coma. Como mucho se pueden mordisquear o chupar si van asadas, pero tampoco me fascina demasiado el procedimiento.

Tras limpiar unas alcachofas el otro día, y antes de enfrentarme una vez más al penoso acto de echar a la basura la mitad de las mismas, pensé en la posibilidad de reciclarlas en forma de sopa. Así que las puse a hervir con agua y sal, después las trituré y luego las colé, con lo que salió un caldo con un puntito amargo y un poderoso sabor a alcachofa. Lo guardé en la nevera y cociné los corazones para otra receta.

Al día siguiente, usé el fondo para una sopa con patata, puerro y cebolla pochados, ingredientes que lo suavizaron y eliminaron el amargor. Al final quedó un plato gustosísimo, de los que más me han gustado últimamente, que se puede tomar tal cual o triturado en plan puré. Yo me inclino por lo primero, si acaso machacando un par de trozos de patata para que el caldo engorde.

Dificultad

Para batracios.

Ingredientes

Para 4 personas

  • 1 kilo de alcachofas
  • 2 patatas medianas
  • 1 puerro grande o dos pequeños
  • 3 cebollas medianas
  • 1 diente de ajo
  • 100 ml de vino blanco
  • Aceite de oliva virgen extra
  • Sal
  • Jamón serrano picado como guarnición (opcional)

Preparación

1. Limpiar las alcachofas eliminando las hojas exteriores hasta que aparezcan las amarillas. Cortarles las puntas y cortar o pelar los tallos. Usar los corazones para otros preparados (ojo porque hay que ir metiéndolos en agua con limón; si no se oxidan).

2. Poner las hojas y demás restos en una cazuela u olla a presión y cubrirlos con agua. Salar y cocer unos 20 minutos (10 si se hace en la olla). Dejar que se enfríe.

3. Mientras tanto, pelar y picar las cebollas y los puerros, y pocharlos en otra cazuela con un chorro de aceite de oliva y una pizca de sal a fuego lento unos 20-30 minutos (el proceso se puede acelerar con una pizca de bicarbonato).

4. Triturar las hojas de alcachofa con su caldo. Colarlo con un colador o un chino, presionando con una cuchara de madera para que suelten todo el jugo.

5. Pelar y cascar las patatas en trozos con la ayuda de un tenedor o un cuchillo. Incorporarlas a la cebolla y el puerro, salar y rehogar 10 minutos más. Mojar con el vino y dejar que evapore el alcohol un par de minutos.

6. Añadir el caldo de alcachofa a las patatas y hervir unos 15 minutos removiendo de vez en cuando, hasta que la patata esté bien hecha y se deshaga. Si el caldo ha quedado muy líquido, aplastar un par de trozos de patata y disolverlos (también se puede triturar todo y dejarlo como un puré). Corregir de sal y servir.

Actualización: varias personas han comentado que el caldo les ha quedado muy amargo. Las dos veces que he probado a hacer la sopa no me pasó; supongo que será cosa del tipo de verdura. En cualquier caso, he eliminado los tallos y reducido el tiempo de cocción para que sea más suave.

Nota de la Defensora del Cocinero: para evitar que el caldo quede amargo, recomiendo no usar los tallos de las alcachofas, no triturar a fondo, no apretar demasiado los sólidos al filtrarlo y rectificar el caldo con zumo de limón en el caso de que, tomadas estas precauciones, haya quedado amargo.

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