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Un mes trágico para los hermanos Roca (El Celler de Can Roca): “No hemos pasado el duelo de un incendio y tenemos otro. Sientes impotencia”

Un segundo fuego en el restaurante Normal, en Girona, vuelve a golpear a la familia Roca, que este noviembre ya vio cómo las llamas destruían Mas Marroch

Un noviembre trágico para los hermanos Roca —Joan, Josep y Jordi—, propietarios de El Celler de Can Roca. Cuando aún intentaban pasar página del incendio que destruyó la madrugada del 4 de noviembre Mas Marroch, el espacio destinado a eventos en Vilablareix, un nuevo fuego volvió a alertar a la familia la pasada madrugada. Esta vez, en el restaurante Normal, situado en la plaza de l’Oli, en el Barri Vell de Girona. Los Bombers de la Generalitat recibieron el aviso pocos minutos después de la medianoche.

El fuego afectó a la campana extractora, la chimenea y materiales cercanos. Eli Nolla, chef y directora del establecimiento, explica que “este jueves había sido un día flojo y a medianoche ya estaba cerrado”. Fue el propietario de Murmur, el bar de vinos vecino, quien vio las llamas en la cocina de Normal y llamó al teléfono de emergencias.

“Nos han avisado sobre las 00:30 y no nos lo podíamos creer. Afortunadamente, no había nadie en el restaurante, así que no hay que lamentar víctimas, aunque los vecinos de los pisos superiores tuvieron que desalojar”, detalla al teléfono Josep Roca. “Tenemos afectada la cocina, el almacén y el tubo de agua, pero el fuego no ha pasado al comedor. El local de al lado sí que está afectado”. Otra noche en vilo, aunque este incendio —en el local que abrieron en plena pandemia, en el verano de 2021— no presentó la voracidad del de Mas Marroch.

La imagen que Josep Roca compartió en redes sociales aquella noche era sobrecogedora: las llamas devoraban la impresionante cúpula, obra del arquitecto Oriol Roselló, especializado en arquitectura sostenible y concebida en piedra seca y madera. “No hemos pasado el duelo del primer incendio y ya tenemos otro. Sientes impotencia, tristeza, perplejidad”, relata el sumiller, que volvió a estar acompañado por su esposa, Encarna Tirado, encargada de la gestión de los eventos de Mas Marroch. También acudieron su hijo Martí Roca, cocinero en El Celler de Can Roca; Eli Nolla, directora de Normal; y Gemma Barceló, directora general del grupo.

“Ahora toca seguir adelante, asumir lo que nos llega, pasar el duelo emocional, atender a las reservas y abrir cuanto antes”, añade. Saben que Normal reabrirá en unos días, pero Mas Marroch tardará meses. “Está precintado y no podemos entrar, aunque ya tenemos ideas para reconstruir el ágora con el mismo arquitecto y con un artista italiano. Queremos reciclar las maderas quemadas y extraer toda la parte artística del lugar”.

Mientras tanto, están reubicando los eventos contratados en Esperit Roca, el complejo del castillo de Sant Julià de Ramis —que alberga una destilería, un hotel, un restaurante con una estrella Michelin y otro inspirado en sus raíces familiares, que lleva el apellido materno, Fontané—.

“Esperamos recuperar muy pronto la normalidad y abrir Normal en cuanto podamos. Debemos ser efectivos y rápidos. Y en Mas Marroch seremos más creativos”, apuntaba este viernes Joan Roca, todavía perplejo por la situación que viven desde hace un mes. “Nunca nos habíamos enfrentado a algo así. Hace 10 años tuvimos un percance en Can Roca, la casa de comidas de nuestros padres, pero no estamos habituados a estas vicisitudes”. “Estas experiencias curten”, concluye Josep Roca.

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