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Un anillo de maíz relleno de lechazo gana el XXI concurso nacional de tapas

La creación del cocinero Alejandro San José se lleva el XXI concurso nacional de pinchos y tapas de Valladolid, mientras que el australiano Andrea Vignali se alza con el premio del IX certamen internacional

La tapa Milpa de Alejandro San José Birnbaum, del restaurante Habanero Taquería de Valladolid ha ganado el XXI concurso nacional de pinchos y tapas de Valladolid mientras que el cocinero australiano Andrea Vignale se lleva el IX certamen internacional con un plato de carne de canguro.

El vencedor, vallisoletano, ha valorado así el triunfo: “Estuve hace cuatro años y no pensé que repetiría. Estuve como estudiante y es increíble estar aquí. Quiero agradecer a mi entorno por estas semanas de apoyo. Estoy muy orgulloso de ser de Valladolid y de que se quede en casa”. Valladolid ha reunido a 46 chefs procedentes de 16 comunidades autónomas, mientras que el IX Campeonato Mundial de Tapas Ciudad de Valladolid 2025 ha dispuesto de 16 chefs internacionales llegados desde los cinco continentes.

La victoria del cocinero local mantiene la línea de 2024, cuando triunfó el restaurante Trasto con su Pucela Roll. Este año la tapa ganadora consite en un anillo crujiente de maíz, relleno de lechazo guisado en salsa de tomatillo verde, chintextle (pasta de chile molido) de bacalao, piña encurtida en tepache (bebida fermentada mexicana) y piñones garrapiñados, por la que Alejandro San José se ha llevado 10.000 euros, diploma y un trofeo. El jurado ha otorgado el segundo premio a Aitor Martínez Ros, de Can Ros Restaurante en Burriana (Castellón) y el tercero a Jesús Iván Anaya Gómez, del restaurante El Mirador de la Mancha (Ciudad Real). El segundo clasificado ha logrado también un premio de 5.000 euros, diploma y trofeo mientras que el tercero ha obtenido 2.500 euros, diploma y trofeo.

En cuanto la disciplina internacional, el vencedor ha sido Humo bajo la tapa, de Andrea Vignali, de Al dente enoteca (Australia), hermanado estos días de certamen con el restaurante El Corregidor. La creación australiana es un consomé ahumado de canguro bajo una tartaleta de tartar de canguro cortado a mano y Jamón Ibérico, acompañado de un divertido gel de canguro por el que ha ha ganado también 10.000 euros, un trofeo y el diploma. El subcampeón internacional es Esmeralda, de Chen Cheng Dian, del restaurante Fresh&Aged Italian Steak house (Taiwán), hermanado con el restaurante Sala 20 mientras que en tercer puesto ha quedado La reina del mar, de Øyvind Boe Dalev, de Brasserie Touch (Noruega), hermanado con el restaurante Originario.

El presidente del jurado nacional, Paco Morales, del restaurante cordobés Noor, tilda en conversación con EL PAÍS de “enriquecedora” esta experiencia novedosa, pues no había asistido anteriormente al certamen vallisoletano, gracias a la calidad “de los productos y los cocineros”. Para él, tanto Valladolid como España tienen una “identidad” cuajada en torno a las tapas y las particularidades de cada comunidad en torno a sus platos pequeños. “Me ha gustado mucho que la gente nos ha acogido con mucha calidez, son muy empáticos y naturales, esperaba otra cosa quizá por aquello de que en la meseta castellana son más distantes”, confiesa Morales, encantado con lo que ha descubierto en torno al lechazo, plato esencial en estos lares, y las liturgias en torno a su preparación y degustación, que se ha encargado de conocer estos días en la ciudad. El jurado que preside ha tenido que elegir entre creaciones de toda variedad para los cincos sentidos y procedentes de cualquier rincón del país y del globo, un desafío del empaque del concurso, que lleva 21 años celebrándose. Valladolid ha reunido a 46 chefs procedentes de 16 comunidades autónomas, mientras que el IX Campeonato Mundial de Tapas Ciudad de Valladolid 2025 ha dispuesto de 16 chefs internacionales llegados desde los cinco continentes. El alcalde de Valladolid, Jesús Julio Carnero (PP), ha defendido la cita como vía para el “reconocimiento de cocineros y restauradores”, claves para crear una “marca ciudad” como “capital mundial de la tapa durante el concurso y muy intensamente todo el año”. Carnero aplaude la opción de “conectar personas y culturas, la tapa es un vector de relación social”.

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