Calabuch, el arroz de cine que nunca se pasa en Casa Jaime de Peñíscola
Jaime Sanz dejó la barca por la cocina y, a sus 80 años, sigue preparando el sabroso plato con frutos del mar, antes despreciados, que ha convertido su pequeño restaurante en un referente de la costa valenciana
El arroz que comía la familia Sanz casi por obligación, pronto se convirtió en su principal sustento. Y hoy, 35 años después de que empezaran a ofrecerlo a los clientes, se mantiene como el principal reclamo de Casa Jaime, un pequeño restaurante de Peñíscola, donde se come muy bien, mientras se disfruta de la imponente silueta del castillo del Papa Luna. La oferta, especializada en cocina marinera, es variada, pero el sabroso arroz Calabuch, seco, cocido en cazuela y luego pasado por el horno, sigue siendo el rey, cuando era un plato de ir por casa, con frutos del mar apenas apreciados hace unas décadas, como las ortiguillas (una anémona), les espardenyes (o cohombro, de la familia de las estrellas de mar) y les lluentes (o concha fina, un tipo de almeja). En esencia, la receta sigue siendo la misma.
Todo empezó cuando Jaime se embarcó siendo un adolescente para ganarse la vida en el mar y descubrió que los pescadores más veteranos valoraban unas especies que no estaba en las cartas de los restaurantes. “Le pregunté a mi tío ‘y ¿por qué no pones espardenyes en el arroz?’ ‘Tú me ayudarás a limpiarlas’, me contestó. No era nada fácil”, recuerda Jaime en su establecimiento. A sus 80 años, sigue oficiando de maestro de ceremonias en los fogones, aunque ya se dosifica mucho y delega en sus hijos Jordi (en la cocina) y Jaime (en la sala), que aprendieron en casa, en las aulas y otros establecimientos. Además, su mujer, Pilar Bonfill, siempre ha estado ahí, ayudando, aunque rehúye cualquier protagonismo.
Cuando en una Semana Santa las barcas se quedaron en el puerto, Jaime ayudó a la familia en la cocina de un hotel. Ya no volvió al mar. Aprendió el oficio y a finales de los sesenta regentaba un bar en el casco antiguo, en el peñón que empezaron a fortificar los árabes y continuaron los templarios. Allí se dejaba caer el cineasta Jaime de Armiñán, que había rodado en la población castellonense ¡Jo, papá!. Un día llegó a deshoras y comió lo que había en la mesa de mármol de la cocina. Descubrió entonces un estupendo arroz, sugirió incluirlo en la carta y bautizarlo como Calabuch, en honor a la película que había filmado Luis García Berlanga en 1956 en Peñíscola. Unos años después, el director valenciano dio su nihil obstat tras probarlo ya en Casa Jaime, que se trasladó en los ochenta a su actual emplazamiento, el paseo de la playa por donde galopaba Charlton Heston cuando encarnó a El Cid en la película de Anthony Mann de 1961. “Lo hizo muy grande Berlanga: ‘ni calles con mi nombre, ni leches, nada como este arroz con el título de mi película’, dijo en mitad del restaurante”, cuentan sonriendo el padre y el primogénito, Jaime.
Han pasado muchos famosos del cine por Casa Jaime, la mayoría invitados al Festival de Comedia, que se celebró entre 1989 y 2008. Pero el veterano cocinero no se olvida de Armiñán (tampoco de su mujer, Elena Santonja, que le invitó al popular programa de RTVE Con las manos en la masa) y de la gran generosidad de Concha Velasco, que apenas pudo probar su lenguado atendiendo a los admiradores. Jordi, el hijo cocinero, interviene para mencionar al músico Robe Iniesta (exExtremoduro), que ha repetido en el restaurante. En 2015 lo cerraron para que comiera el equipo artístico de Juego de tronos, que también eligió Peñíscola para rodar secuencias de la serie. “Nos pidieron el arroz Calabuch, como muchos. Un cliente nos enseñó una noticia del The Times en el que se hablaba de él”, apunta un hijo.
El Calabuch es sabroso, pero ligero al mismo tiempo. Ofrece texturas diferentes y el grano se sirve suelto, a lo que contribuye la elección del arroz tipo bomba (marca Tartana), apto para celiacos. El colorante de antaño es, desde hace tiempo, azafrán de La Mancha (a 3.000 euros el kilo). Lleva también ajo, tomate, pimentón dulce, aceite y sal. Cuesta 32 euros por comensal. Y es fundamental el fumet de pescado, básico también en otras especialidades de la casa y de autor, como el Arroz Columbretes (con yemas de erizo de mar y gamba roja; 30 euros), el Arroz Jordi (langostinos de Peñíscola y pulpo; 28) o el Arroz de la Abuela (gallineta de roca con chipirones; 24).
Jaime y sus hijos buscan productos de proximidad y compran sobre todo en la lonja de Peñíscola, que se nutre de la costa castellonense y tarraconense. Además de sus pescados y mariscos, es muy apreciado también su Suquet de peix (29,50 euros), guiso tradicional de la costa mediterránea con lenguado, rape, lubina, sepia, gamba y patatas. Y entre las entradas y platos para compartir, la oferta se diversifica con las recientes propuestas de Jordi, como el crujiente de algas con ceviche de langostino y mango o el carpacho de langostino con foie y trufa, o el más consolidado Capricho del Papa Luna (9,75 euros), con cáscara de erizo de mar relleno de alcachofa, langostinos de Peñíscola y yemas de erizo. En estos días, la excelente alcachofa con denominación de origen de la cercana localidad de Benicarló (chata, compacta, dulce y amarga, baja en calorías y alta en nutrientes) está muy presente en los restaurantes y cocinas de la comarca del Baix Maestrat y Casa Jaime no es una excepción.
Casa Jaime
- Dirección: Casa Jaime, avenida del Papa Luna, 5, Peñíscola (Castellón)
- Teléfono: 964 480 030 (de 9.30 a 13 horas).
- Horario: Comidas: De 13:00 a 15:00. Cenas: De 20 a 22 horas. Abierto de lunes a domingo, excepto miércoles y domingo noche.