En busca del café perfecto en casa: las máquinas de barista domésticas, el nuevo objeto de deseo
A raíz de la pandemia, el interés por las cafeteras de espresso de barista ha aumentado, y los talleres de formación, cada vez más especializados y numerosos, agotan sus plazas
“Como no tengo nietos, tengo cafetera y la tengo impoluta”. Miguel Ángel Barrios, de 68 años, comienza a preparar ceremoniosamente un café “con un poquito de leche”. No cualquiera, ni de cualquier forma. Un café de especialidad de Nomad Coffee —uno de los principales tostadores en España—, previamente molido por él mismo con un molino Mahlkönig, tampeado —prensado, en la jerga barista— a mano e infusionado, después en una cafetera La Marzocco GS3 de prestaciones profesionales y cuyo coste ronda los 7.800 euros. “La leche tiene que ser entera y no sobrecalentarla”, comenta, mientras espuma la leche. “¿No hay gente que se gasta la pasta en una buena bicicleta o en un buen reloj? Era un capricho y dije, me lo voy a dar a gusto”, cuenta, desde el rinconcito de su cocina que ha habilitado expresamente para instalar todo el equipamiento. Aunque la inversión realizada por Barrios no sea tan habitual, sí lo es el hecho de que cada vez más personas se lancen a comprar cafeteras de barista domésticas y accesorios con el objetivo de obtener la misma bebida que consumen fuera. “La covid nos vino fenomenal. La gente quería hacer café en casa y esperaba que fuese de la misma calidad que el de la cafetería”, sostiene Borja Agramunt, director de ventas en España y Portugal de La Marzocco.
Antes de descubrir el “buen café”, Barrios había dejado, incluso, de consumir esta bebida en la que no encontraba una experiencia placentera. Aquello volvió a cambiar después de un viaje a los países nórdicos en el que una pareja del grupo le despertó la curiosidad por el mundo del café de especialidad, que finalmente probó en Finlandia. “Me hicieron un flat white —una especie de cortado— que cuando lo tomé, me quedé fascinado”, recuerda Barrios, taza en mano. “Lo de antes era agua sucia”, añade. A partir de ahí, buscó ese mismo café en Madrid, pero cada vez que quería beberse uno, ya fuera nada más levantarse o después de comer, debía de bajar a la calle, y quiso ponerle solución. Cerró la ferretería en la que trabajaba el 31 de diciembre del año pasado y empezó a buscar equipamiento. “Quería que fuese algo divertido y que me diera la calidad de una cafetería de especialidad”, argumenta como objetivo.
Especializada desde su fundación en 1927 en el sector profesional y cuyas máquinas son consideradas por los expertos como los ferrari del café, La Marzocco lanzó en 2015 la línea Mini, la primera dirigida al cliente doméstico y desde entonces, los productos enfocados a este nicho de mercado no han dejado de crecer. En la actualidad cuentan con tres gamas, la Micra —la más básica, desde 3.300 euros—, la Mini —desde 5.260 euros, y un 30% más grande— y la GS3 —de prestaciones profesionales, pero diseñada para el hogar—. “En 2022, el 50% de las máquinas que produjimos fueron para casa”, apunta Borja Agramunt, como dato que ejemplifica la tendencia.
Pero el auge de las cafeteras domésticas de barista ha llevado también aparejado el de accesorios como molinillos, tampers —una especie de tampón con el que se compacta el café en la pastilla de la cafetera— y básculas. “Hemos notado un repunte importante en las ventas. Hace tres años no vendíamos nada y desde hace unos meses nos entran pedidos por página web pidiéndonos solo accesorios”, añade el responsable de la marca italiana. La idea de ampliar el catálogo de cafeteras domésticas de la marca vino después de que observaran que había “mucha gente” adquiriendo este tipo de máquinas y “no solo gente con mucho dinero, de perfil económico medio-alto”. “Nos dimos cuenta de que había gente que ahorraba sus 50 o 100 euros al mes para hacerse con una”, sostiene.
Talleres especializados: un éxito total
Del mismo modo que una buena cámara no hace, per se, las mejores fotografias, obtener el mejor café posible en casa requiere no solo una cafetera con buenas prestaciones, sino también conocimiento del producto y de la técnica. Por ello, los talleres y cursos ofrecidos por tostadores, entre otros, reúnen aficionados y no tanto. Las plazas se agotan casi al mismo tiempo que se lanzan las formaciones y aunque están pensados para todo tipo de públicos, lo cierto es que hay un perfil de alumno que se repite con frecuencia. “Suele tener unos 35-45 años, lleva una vida más tranquila, disfruta mucho del café de la mañana... Es común que teletrabajen, suelen ser autónomos, e invierten más tiempo en hacerse un buen café en casa y tienen su máquina de barista”, apunta Jordi Mestre, fundador de Nomad Coffee, que apunta, además, que este tipo de aficionados suelen tener un nivel económico medio-alto. El precio de las formaciones para baristas domésticos que ofrecen en el tostador barcelonés va desde los 95 euros para un curso de espresso, hasta los 1.140 euros de un curso completo de barista doméstico individual. “La mayoría viene con cierto conocimiento. Llevan un año o dos haciendo cafés en casa y ya han hecho alguna cata”, comenta Mestre.
Desde hace algo más de dos años, Javier Ghersi es responsable del área de formación del tostador madrileño Hola Coffee y tiene claro que el grado de demanda de este tipo de cursos es cada vez mayor, pero además incide en que la gente, cada vez sabe más sobre café y, por tanto, cada vez tiene más expectativas cuando acude a un taller. “Ahora mismo ya notamos que hay profesionales que se apuntan al de espresso porque quieren trabajar con máquinas profesionales”, apunta, al tiempo que aclara que, debido a la procura de los cursos relacionados con el mundo del café, han tenido que sacar plazas con una antelación de seis meses. “Eso refleja que ya hay personas que quieren un buen café en casa y ahora las máquinas no son lo que eran antes. Antes eran pesadas, tardaban mucho en calentarse... ahora puedo tener una cafetera en casa y puedo hacerlo igual que en una cafetería”, reflexiona. De hecho, Ghersi comenta que las personas que llegan al taller de espresso —con un precio de 145 euros— generalmente ya disponen de maquinaria propia “cada vez más avanzada”.
Sage Appliances, otra de las marcas especializadas en este tipo de cafeteras, ha ido adaptando su catálogo al fenómeno, intentando reproducir en su equipamiento, la experiencia profesional a la hora de realizar un café espresso. En septiembre de 2022 lanzaron el último modelo, The Barista Express Impress —cuyo precio ronda los 800 euros— y aunque la compañía no quiere proporcionar cifras de ventas, su responsable de desarrollo de negocio en el sur de Europa, Rui Neves, asegura que está siendo un “enorme éxito” en todo el continente. “Cuanto más sabe la gente sobre café, más quiere profesionalizarse”, comenta al otro lado del teléfono, agregando que desde la compañía han observado que cada vez “hay una búsqueda mayor de cafeteras con molino integrado”, algo en lo que se han especializado. En la actualidad, cuentan ya con un total de 11 cafeteras domésticas de barista que van desde los 300 y pico euros hasta los 2.600 euros.
El trabajo conjunto con baristas ha sido fundamental para intentar reproducir la experiencia cafetera profesional, comenta Neves, estableciendo cuatro puntos claves para la obtención de un café óptimo: la dosis —de 18 a 22 gramos—, la presión de extracción —9 bares—, la temperatura —93 grados— y la potencia de vapor —130 grados— “para tener una microespuma de leche sedosa y suave para latte art (decoración del café con la leche)”, especifica el responsable. Sobre si el buen espresso hecho por uno mismo es un fenómeno que ha tocado techo o no ha hecho más que empezar no ofrece atisbo de duda: “Han cambiado los hábitos de consumo y cada vez se bebe más café en casa. En Australia en fenómeno del café de especialidad llegó hace 15 años y, sí miramos allí, no hay duda, nos queda mucho por crecer”.
*Si quieres conocer otras cafeteras superautomáticas, estas son las que hemos probado.