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Alarga la vida de tu aspiradora mientras te tomas un café

Los Repair Café son espacios en los que voluntarios con tiempo y maña enseñan a arreglar aparatos electrónicos y electrodomésticos para combatir la obsolescencia programada

De izquierda a derecha, Javier Vázquez, encargado de la comunicación de Repair Café MediaLab-Prado (Madrid); José Ramón Martín, un reparador voluntario, y José Manuel Gutiérrez, otro reparador habitual de este proyecto, mientras comparten un café.
De izquierda a derecha, Javier Vázquez, encargado de la comunicación de Repair Café MediaLab-Prado (Madrid); José Ramón Martín, un reparador voluntario, y José Manuel Gutiérrez, otro reparador habitual de este proyecto, mientras comparten un café.

Al punto limpio le han hecho una jugarreta. La holandesa Martine Postma creó en Ámsterdam hace una década Repair Café, un taller no profesional en el que arreglar desde una cafetera obstruida por la cal a una aspiradora que no aspira. Voluntarios con maña y tiempo enseñan a reparar cacharros a todo aquel que pase por allí mientras toman un café. Gratis. El café y la reparación. “Comenzó como una manera de reducir los desechos electrónicos. Con el tiempo se ha convertido en un espacio que fomenta las relaciones sociales. Y ahora queremos obligar a los fabricantes a que incluyan manuales de cómo reparar lo que venden”, resume Postma por teléfono desde la capital holandesa. Existen 1.854 Repair Cafés repartidos en 37 países. Los Países Bajos cuentan con 500. Este viernes en España se inaugura el sexto en Villaverde (Madrid). “No competimos con reparadores profesionales. No se trata de dejar el aparato y volver luego a por él ya listo; es un concepto diferente. Se trata de aprender a arreglarlo y de cambiar la mentalidad de la gente”, afirma. La competencia se la hacen al punto limpio.

Las actividades de los Repair Café dependen de la iniciativa de un particular. Quien quiera organizar uno de estos talleres con regularidad ha de pagar 49 euros a la fundación Repair Café –con sede en Ámsterdam–. A cambio, obtienen los derechos de uso del logo, promoción de la actividad en la web oficial y un manual con recomendaciones para asentarse en el vecindario. La periodicidad es flexible: los hay que abren a diario; otros lo hacen una vez al mes. Tampoco existe un prototipo de lugar que acoja estas jornadas en las que se lucha contra la obsolescencia programada y se confraterniza. “Lo que sucede en los Repair Cafés es algo así como pedirle a tu vecino que le eche un vistazo a algo que tienes roto”, ilustra Postma, que antes de crear esta iniciativa se dedicaba al periodismo.

La holandesa Martine Postma reside en Ámsterdam, donde hace una década abrió el primer Repair Café para luchar contra la obsolescencia programada.
La holandesa Martine Postma reside en Ámsterdam, donde hace una década abrió el primer Repair Café para luchar contra la obsolescencia programada.

Hay cafeterías que brindan su espacio para acoger estos talleres. Otras veces tienen lugar en la sede de alguna asociación vecinal o en un centro cívico. El de Madrid se organiza en Medialab-Prado, un laboratorio social cerca de Atocha que acoge propuestas de los ciudadanos. Julio Gisbert y Paco Ortega, “dos chiflados de la economía social”, como se define el segundo, lo pusieron en marcha hace cuatro años. El primero se ha desligado y se centra más en los bancos del tiempo, un sistema de intercambio de servicios que se paga en horas en lugar de en euros. Ortega, en cambio, va a inaugurar el sexto Repair Café de España este viernes en Villaverde, un barrio obrero en el sur de Madrid. “Va a ser una incógnita. No sé quién vendrá”, afirma este profesor de primaria. “Siempre he sido muy manitas. Antes destrozaba los juguetes, ahora los arreglo”, responde casi antes de que se le pregunte. Tiene la lección bien aprendida.

El taller de Madrid está en Atocha

Con Ortega centrado en el de Villaverde, la comunicación del Repair Café de Medialab-Prado recae en Javier Vázquez. Empezó con un blog, luego se cambió a Facebook. Madrileño de 62 años, trabajó de vendedor a puerta fría hasta que se quedó en paro. Forma parte de estos talleres desde hace tres años. Al principio se celebraban una vez al mes, ahora lo organiza todos los sábados de seis a ocho de la tarde. “Se trata de recuperar las relaciones que se daban antes en los barrios. Siempre había alguien que te ayudaba a poner un taladro o montar una estantería”, afirma para referirse a la parte más social. En el espacio habilitado hay tantas tazas de porcelana como cacharros y herramientas.

Dónde encontrar un Repair Café

Madrid (Atocha). Medialab-Prado. Los sábados de 18 a 20. Calle de la Alameda, 15.

Madrid (Villaverde). La sesión de inauguración se celebra este viernes 21 de junio de 18 a 20 en Cinesia, un antiguo cine de San Cristóbal de los Ángeles. Calle de Godella, 104.

Asturias. El último se celebró el martes 18 de junio en Casa de Iniciativas Suaño. Calle de Peña Ubiña, 3, Gijón.

Barcelona. La tercera edición tiene lugar el miércoles 26 de junio en el Banco de objetos, ubicado en la calle de Campins 5, local 1.

Zaragoza. Se celebra los martes de 19 a 21 horas en calle del Doctor Palomar, 25.

Toledo. Se organiza de lunes a viernes de 17 a 20 horas en calle  de los Trinitarios, 23.

Cuando se le inquiere por la cuestión técnica remite a su colega José Manuel Gutiérrez, el reparador que lidera el taller: “Muchas veces el punto limpio no funciona como tal. Hay ocasiones en las que el aparato acaba en un barco camino de un país desfavorecido”, afirma este apasionado de la electrónica, que acaba de encontrar trabajo en una empresa de televisores. En la última jornada celebrada el pasado sábado arregló un altavoz y un radiocasete. “Los fabricantes dificultan la vida a los reparadores. Emplean componentes electrónicos que no existen en el mercado o usan tornillos de estrella pero con tres puntas [lo habitual son cuatro]. Hay cafeteras que llevan unos tornillos parecidos a remaches [con la apariencia de no poder extraerse]”, explica este reparador de 45 años de La Palma del Condado (Huelva), que en su anterior trabajo como florista, en Colombia, también requería de finura en las manos.

Desde la fundación Repair Café, en Países Bajos, recogen información sobre la durabilidad de algunos objetos y la publican. Llevan un control de las marcas y los modelos. “Muchos artículos no están rotos. Simplemente necesitan mantenimiento”, explica Postma. “Los fabricantes quieren vender tantos productos como puedan”, insiste. “Las tiendas siempre tienen alguna excusa para no reparar los aparatos. Al final la gente lo acaba tirando”, carga Gutiérrez.

De Repair Café a Repair Choco

Vázquez se encarga de contactar con reparadores, el puesto fundamental, a los que organiza desde casa. “Tengo mucho tiempo online”, cuenta. El siguiente proyecto consiste en afianzar el taller para niños que lanzaron hace un año con el fin de reparar juguetes y consolas. Lo llaman Repair Choco: “Hemos hablado con la Asociación de Padres y Madres de un colegio cercano. Les ha parecido bien”, explica. “No sé cómo estos chavales van a solucionar los problemas que se les presenten de mayores, todo el rato pegados a una maquinita”, reniega, pero no pierde la esperanza.

Víctor González, el organizador del Repair Café de Asturias, prepara las herramientas para arreglar unos altavoces en la asociación Casa de Iniciativas Suañu, en Gijón.
Víctor González, el organizador del Repair Café de Asturias, prepara las herramientas para arreglar unos altavoces en la asociación Casa de Iniciativas Suañu, en Gijón.

Otros que ponen el foco en los adolescentes son los organizadores del Repair Café Asturias. “Queremos llevarlo a los institutos. No solo se trata de reparar sino de concienciar”, explica Víctor González, un ingeniero mecánico de 29 años que habla con serenidad. González forma parte de la ONG Ingeniería sin Fronteras Asturias, desde donde parte la iniciativa. Ayer martes celebraron una nueva edición en la asociación Casa de Iniciativas Suañu, un lugar de encuentro comunitario en el sur de Gijón. “Lo promocionamos en nuestras redes. Viene gente de toda la ciudad”, explica González, uno de los que más se involucra. Le encanta reparar. “No todo es comprar-tirar-comprar”, resume. Repair Café Asturias ha pasado por Gijón, Oviedo, Avilés y la escuela de Ingeniería de la Universidad de Oviedo.

Dinamizar un barrio

Si el Repair Café de Medialab-Prado funciona como un banco de tiempo, el de Barcelona va de la mano de un banco de objetos. Carolina Rivas, una cineasta mexicana que lleva ocho años en Barcelona, obtuvo la licencia para operar bajo el paraguas de la fundación holandesa este año. Trabaja en la asociación Open Art junto a Daoud Sarhandi, con quien ha organizado dos sesiones en el barrio desfavorecido Baró de Viver, separado de Santa Coloma de Gramanet por el río Besòs, al norte de Barcelona. El próximo se celebra el 26 de junio y está especializado en aparatos eléctricos. En los dos anteriores repararon impresoras y electrodomésticos. Los vecinos se acercan tanto a arreglar cacharros como a tomar prestadas herramientas. “Invitamos a todos los manitas a que participen”, explica Rivas con generoso entusiasmo.

El reparador José Manuel Gutiérrez (derecha) junto a José Ramón Martín, otro voluntario, arreglan un radiocasete el pasado sábado en el Repair Café de MediaLab-Prado, en Atocha (Madrid).
El reparador José Manuel Gutiérrez (derecha) junto a José Ramón Martín, otro voluntario, arreglan un radiocasete el pasado sábado en el Repair Café de MediaLab-Prado, en Atocha (Madrid).

Repair Café, incluido en el banco de objetos, es el último proyecto de esta asociación sin ánimo de lucro que fomenta la educación y la integración ciudadana. "Creo en la inclusión social a través del arte". Reciben mobiliario de la Fira de Barcelona que ya no sirve y le dan una segunda vida. El consumo responsable y la economía circular subyace en todos los colectivos o individuos que organizan estas jornadas de reparación de aparatos. Café Repair también se celebra en Zaragoza, en el casco antiguo, y en Toledo, en el barrio de Covachuelas. Existen 1.928 puntos limpios en España, casi tantos como Repair cafés en el mundo.

Diseño de aprovechamiento

Otro proyecto que aboga por vivir de una manera menos consumista es Rehogar, que reúne a diseñadores, arquitectos, artistas y estudiantes para crear arte a partir de cualquier tipo de desecho. El colectivo Makea tu vida está detrás de la fabricación de muebles con plástico reciclado, floreros hechos con tuberías, lámparas creadas a partir de CDs o cometas de kitesurf transformadas en bolsos y cometas. Rehogar, que va por su décima edición, exhibió estos objetos a principios de año en San Sebastián. Más que una exposición, se trata crear conciencia en el visitante. Esta es una de las iniciativas que agrupa FeliZiudad, la plataforma digital de Renault que ilustra buenas prácticas destinadas a mejorar la calidad de vida en las ciudades.

Esta noticia, patrocinada por el proyecto FeliZiudad, de Renault, ha sido elaborada por un colaborador de EL PAÍS.

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