La Via Laietana de Barcelona renace tras las obras
El Palau de la Música abrirá un gran local en el tramo reformado, el antiguo Palacio del Cinema se transforma en oficinas y el coworking Attico alquila 6.000 metros cuadrados
La Via Laietana de Barcelona, la calle que cruza Ciutat Vella desde el lado montaña hasta casi el mar, comienza a revitalizarse después de las obras que están ensanchando las aceras (hasta cuatro metros) y eliminando tráfico. Con el primer tramo acabado (entre la plaza de Urquinaona y la Catedral), sumado a la peatonalización de la calle de Jonqueres, los que pasean ya la han tomado, y el mercado de locales y oficinas comienza a moverse. El Palau de la Música, para ganar visibilidad, abrirá un local amplio y con grandes ventanales en la esquina entre la misma Via Laietana y el pasaje de Ramon Mas, donde había una oficina bancaria. El Palacio del Cinema, cerrado desde 2001, se reforma para reabrir como oficinas. A pocos metros, delante de un quiosco, está en obras lo que será un brunch-café, una oferta de restauración que no falta en ninguna reforma de la ciudad, véase Consell de Cent. Y más abajo, turistas coreanos guardan escrupulosamente cola (llueva o haga sol, literal) ante la Churrería Laietana, porque comer churros está mandado en la lista de actividades que todo visitante debe hacer. Como en cualquier mejora urbana, los cambios en la Via Laietana también traen una subida de precios del mercado inmobiliario. De todo: locales, oficinas y viviendas.
La revitalización ha llegado también a la calle de Jonqueras, que ha pasado de ser una vía de dos carriles y aceras mínimas a ser peatonal. Con solo el tráfico de vecinos y carga y descarga entrando desde Urquinaona, las antiguas fincas donde había la Casa de las Mantas han cambiado de uso de comercial a residencial y se han construido 30 viviendas y dos locales, donde cuelga un cartel de se alquila. Y también está en venta la antigua Brasserie Flo, en un edificio catalogado. Un enorme andamio recorre la calle desde la esquina con Urquinaona, donde está la Casa de las Lámparas. Se está rehabilitando la fachada del que fue uno de los primeros rascacielos de la ciudad. Cuando terminen las obras será una esquina espectacular.
Desde la Asociación de Vecinos y Comerciantes de la Via Laietana, David González resume así el sentir tras las obras: “Lo valoramos superpositivamente”. “Las obras han dado vitalidad, la actividad económica se está moviendo, había edificios en desuso o vacíos [como el Palacio del Cinema o La Casa de las Mantas] que ahora se recuperarán” tras reformarse en paralelo a la intervención en la calle cuando se anunció la reforma. Y todavía hay edificios parados, como el de Núñez y Navarro contiguo al Palau, pendiente de una reforma integral, de la que la empresa no ha explicado ni uso ni calendario. “Enfrente, el Palau de la Música abrirá un espacio de venta de entradas, exposición y organización de grupos”, celebra González.
El representante de la asociación aplaude cómo han quedado las aceras: “No invitaba a pasear, era una calle hostil” y admite que los comerciantes rechazaron eliminar completamente los coches de subida, al tiempo que ve mejora en el tráfico de bajada: “La parte alta de Via Laietana era una pequeña ronda en medio de la ciudad, no tanto en cantidad de coches como en velocidad, porque era tramo con bajada y sin semáforos”. El proyecto de reurbanización ha habilitado carril bici solo de subida. En sentido mar, los ciclistas deben jugarse el tipo compartiendo espacio con los autobuses y taxis, una solución que rechazan las entidades ciclistas. González también valora el cambio “en la relación institucional” de los comerciantes con el alcalde Jaume Collboni, comparado, dice, con el equipo de su antecesora, Ada Colau.
Sobre el tráfico, varios comerciantes preguntados, como en la peletería Mundypiel, uno de los comercios más veteranos, cuestionan que ahora sea más difícil acceder al aparcamiento de la calle de Ortigosa, al que antes se accedía de bajada girando a la izquierda, donde se encuentra la estatua de Francesc Cambó. Ahora el espacio se ha convertido en una pequeña plaza, con bancos y verde. “El tema del aparcamiento habría que señalizarlo mejor desde la plaza de Urquinaona”, avisan los comerciantes, que aseguran que sigue habiendo mucha clientela que coge el coche para ir de compras.
Desde la inmobiliaria Forcadell, sus responsables de locales y oficinas ven un gran potencial en la reforma. Jordi Fandos, su responsable de locales, expone que Via Laietana suele rozar entre el 85% y el 90% de ocupación. “Es una calle con muy buena salud, le auguro muy buena ocupación, si no llega, rozará el 100% de locales abiertos”. En este primer tramo de reforma, uno de los que está cerrado es el restaurante Casa Lola. Fandos anota que en torno a Via Laietana, en las dos calles peatonales a cada lado, hay unos 25 o 30 locales de menos de 200 metros cuadrados; una decena de entre 200 y 500 metros; y el antiguo Palacio del Cinema, de más de 500. “Para la empresa que quiera ir, el futuro es prometedor. Y además es una arteria muy emblemática, por sus edificios, las esquinas... una estética que se asocia a Nueva York”. Sobre los precios de los locales, el experto conviene que sí, subirán. En el eje verde de Consell de Cent lo han hecho un 20%, dice.
En la misma inmobiliaria Forcadell, el responsable de alquileres de oficinas, Manel de Bes, explica que no abundan los metros cuadrados en Via Laietana. “Hay poca disponibilidad”. La librería Laie ha alquilado metros en el edificio Pier 07 (un proyecto con participación de Tech Barcelona y Núñez i Navarro), en el número 26, y la empresa de coworking Attico ha alquilado para un espacio de trabajo compartido en el número 31. “Creemos que será una zona que había estado un poco degradada por la acumulación de tráfico privado, pero que con la pacificación tendrá un impacto positivo en el mercado comercial, de oficinas y residencial. Será mucho más atractivo”.
Segundo tramo, con Correos y los antiguos juzgados como protagonistas
A la Via Laietana le quedan todavía un año y medio de obras, y grandes proyectos por desarrollar en su tramo final, mirando hacia el mar: en los edificios de Correos, a la derecha; y en los antiguos juzgados, a la izquierda. El teniente de alcalde de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo, Jordi Valls, apunta que “con la estrategia de reactivación económica del centro de Barcelona, y en concreto de Via Laietana”, el Ayuntamiento busca “promover una economía diversa, con actividades intensivas en conocimiento y también los usos más de proximidad y de barrio, para disfrutar de un centro donde poder vivir, trabajar y visitar”. La nueva Via Laietana permite cambiar la piel de la actividad económica de la calle, con mucho más espacio de paseo. Creemos que tiene un potencial para transformar la zona. A la vez, esperamos que la modificación del Plan de Usos de Ciutat Vella sea un aliado de esta transformación urbanística en cuanto a la nueva actividad que puede atraer y que, por ejemplo, no limita la instalación de nuevos espacios culturales”, destaca Valls. Sobre el proyecto de Correos, apunta que el Consistorio “no puede” avanzar fechas ni calendarios, porque el proyecto va de la mano del Consorcio de la Zona Franca y la empresa del Estado, “que están negociando para cerrar las condiciones y términos del acuerdo.
Sobre el edificio ubicado entre los números 8 y 10, que antiguamente albergaba los juzgados de primera instancia, el Ayuntamiento comenzó su rehabilitación en diciembre el año pasado, costará casi 19 millones de euros y después de casi tres años de obras, acogerá a 700 empleados municipales. La idea del Consistorio es trasladar a las nuevas oficinas servicios que actualmente están repartidos por cinco edificios del distrito, donde se generarán unos 70 pisos públicos y la nueva sede del ambulatorio del barrio Gòtic.
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