La carga asistencial y la falta de estímulos desplazan los pediatras de los ambulatorios a los hospitales en Cataluña
El Departamento de Salud anunció un plan de choque para seducir a los profesionales de Primaria pero no concreta las medidas y los mensajes llegan a ser contradictorios
Agendas continuadas y densas; escasas posibilidades para la investigación; y sentimiento de cierto aislamiento. Los ambulatorios pierden pediatras año tras año y su capacidad de seducción es escasa en comparación a la atención hospitalaria, donde los especialistas trabajan codo con codo y existe un mayor espacio para la autoformación. “Los pediatras no quieren atender consultas básicas. ...
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Agendas continuadas y densas; escasas posibilidades para la investigación; y sentimiento de cierto aislamiento. Los ambulatorios pierden pediatras año tras año y su capacidad de seducción es escasa en comparación a la atención hospitalaria, donde los especialistas trabajan codo con codo y existe un mayor espacio para la autoformación. “Los pediatras no quieren atender consultas básicas. Ahora quieren ser especialistas”, coinciden Carme Sabater, presidenta de la Coordinadora de Usuarios de la Sanidad (CUS) y Josep Vilaplana, presidente del Consejo de Colegios de Médicos de Cataluña (CCMC).
Ignacio Fumado, de 67 años, conoce los diferentes ámbitos de la pediatría. Trabaja en el CAP Les Planes de Sant Joan Despí (Barcelona) y hasta hace poco realizaba guardias en el Hospital de Nens de la capital catalana. “En un hospital hay otro ambiente laboral”, compara. “Se realizan monográficos solo para pediatras y te pueden ofrecer becas para hacer una tesis doctoral; en un ambulatorio estás más solo y tienes menos formación”, completa.
El encaje de los pediatras en los equipos de primaria se presenta como un debate que el propio sector admite. “Quizás les hemos tenido poco en cuenta”, analiza Jaume Sellarès, vicepresidente del Colegio de Médicos de Barcelona (COMB). “Muchos equipos de atención primaria nos juntamos alrededor de la medicina de familia y quizás se deja de lado a los pediatras”. En un equipo de atención primaria es común encontrar entre uno o tres pediatras que se cubren los turnos de mañana y tarde y que conviven con más de una decena de sanitarios que atienden a adultos. “Y son ámbitos muy diferentes”, remarca el directivo del COMB.
¿Qué diferencias hay entre las tareas de un pediatra de primaria y uno de hospitalaria? “Seguramente el hospital es asistencialmente más estimulante para los profesionales”, compara Sellarès. “En un CAP se ve de todo y es igualmente interesante, pero principalmente estás pendiente del niño sano y visitas las urgencias”, completa Fumado, que añade otra cuestión clave de la ecuación: “El pediatra hospitalario no tiene las 30 visitas seguidas que te puedes encontrar en el ambulatorio, aunque la gestión de las guardias también es incómoda”. La carga asistencial es uno de los principales caballos de batalla del sector. “Lo fundamental es limitar las agendas de los pediatras de Primaria”, reclama Concha Sánchez Pina, vicepresidenta de la Asociación Española de Pediatría de Atención Primaria (Aepap).
Tampoco ayuda el sistema formativo de los futuros médicos. La rotación de los residentes plantea una estada de apenas unos meses en el ámbito de la pediatría de la atención primaria, un periodo mucho menor que el dedicado al sector hospitalario. “Todo ello lleva que los jóvenes interesados en pediatría busquen la subespecialización y que aspiren a dedicarse en un hospital o, al menos, a hacer unos días en el ambulatorio y otros en el hospital”, interviene Vilaplana.
Según la Asociación Española de Pediatría, solo el 20% de los residentes de pediatría ejercen en la atención primaria en Cataluña, y en un contexto de jubilaciones masivas en la medicina de familia, el sector que históricamente ha cubierto el déficit de pediatras, la consecuencia es simple: los ambulatorios catalanes se vacían. “Hay que encontrar la forma de ofrecer más estímulos en Primaria porque si no, todos se van al hospital. Y no puede ser”, concluye Sabater.
La situación ha llevado al Departamento de Salud a anunciar un nuevo modelo pediátrico, pero la medida ha puesto en alerta a los usuarios y los propios profesionales. La Generalitat prevé crear y unificar 79 equipos territoriales de atención pediátrica (ETAP) formados por el conjunto de pediatras y enfermeras pediátricas que actualmente trabajan dispersados por los ambulatorios catalanes. Salud pretende seducir a los profesionales acercándoles entre ellos, ofreciéndoles una autonomía de la que antes carecían y facilitando precisamente las subespecialidades. ¿El problema? Que las primeras explicaciones de Salud dejaban claro que muchas familias perderían el servicio de pediatría en su CAP habitual. “Tendremos que acostumbrarnos a no tener un pediatra al lado de casa”, anunció el consejero Balcells en octubre. El planteamiento puso en pie de guerra a numerosas familias de los barrio de Can Rull de Sabadell y del Turó de la Peira (Barcelona), que vieron como en los últimos tiempo el pediatra de toda la vida se trasladaba a otro recinto, más lejos, junto a otros profesionales. “Con el nuevo modelo se pierde la accesibilidad y se aleja el pediatra de las familias; que están preocupadas” lamenta Sabater. Actualmente hay 25 ETAP en funcionamiento y este 2024 se pondrán en marcha los 54 restantes.
La percepción en el sector es que Salud precipitó un anuncio del que poco se sabe. La propia consejería no ha concretado en qué territorios se distribuirán los nuevos ETAP y cuántos de ellos trabajarán conjuntamente en un mismo edificio o en centros separados. “Se precipitaron”, analiza Sellarès. “Se presentó un proyecto sin concretar nada y sin haberlo explicado a los profesionales. Ya pasó con las residencias geriátricas”, añade.
Fuentes de Salud defienden ahora que los centros que actualmente tienen pediatras “mantendrán el servicio con el nuevo modelo”, aunque no concretan la forma de combinar la centralización de los profesionales con la atención localizada, ni en qué ni cómo se reducirá el servicio de pediatría. Fuentes consultadas del sector anticipan que las enfermeras especialistas o expertas en pediatría asumirán un papel presencial más habitual y que la intervención del médico pediatra (a distancia o previo desplazamiento) será en los casos sanitariamente necesarios. En las visitas de urgencias, anticipan las mismas fuentes, será habitual que numerosas familias tengan que desplazarse más de lo que lo hacían hasta ahora para ir hasta el punto de concentración de pediatras. Balcells comparecerá el próximo día 1 de febrero ante la comisión parlamentaria de Salud y está previsto que comparta más detalles con los grupos parlamentarios.
¿Es aplicable este nuevo modelo en otros territorios? Sánchez Pina, conocedora de los modelos en las diferentes comunidades, responde con cautela: “Es un modelo que valoramos y estudiamos. Es una solución para determinados sitios concretos, pero también hay cierta controversia”. EL PAÍS ha contactado con otros cinco pediatras catalanes y todos han rechazado valorar el nuevo modelo por, justificaron la mayoría, “prudencia”. “En todo caso, la tendencia de la pediatría avanza hacia la concentración. De eso no hay duda”, cierra Vilaplana.
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