Las carpetas de Collboni en su primer curso como alcalde: presupuestos, pacto, La Rambla o la cobertura de la Ronda

El edil de Barcelona antepone las cuentas a la incorporación de socios dentro o fuera del Gobierno

Tramo final de las obras del tranvía de Barcelona por la Diagonal, entre Glòries y Verdaguer. Collboni no ha aclarado de qué trazado es partidario para hacerlo llegar hasta Francesc Macià.massiliano minocri

El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC) tiene como prioridad en el inicio del que será su primer curso en el cargo lograr apoyos para el presupuesto de 2024. Con solo diez concejales de 41, antepondrá las cuentas a un eventual pacto de gobierno, para el que prioriza los partidos “progresistas”. Entre las cuestiones que marcarán el inicio de curso los socialistas buscarán también apoyos para la reforma de La Rambla, la cobertura de la ronda de Dalt o suavizar la exigencia a los promotores que destinen un 30% de los ...

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El alcalde de Barcelona, Jaume Collboni (PSC) tiene como prioridad en el inicio del que será su primer curso en el cargo lograr apoyos para el presupuesto de 2024. Con solo diez concejales de 41, antepondrá las cuentas a un eventual pacto de gobierno, para el que prioriza los partidos “progresistas”. Entre las cuestiones que marcarán el inicio de curso los socialistas buscarán también apoyos para la reforma de La Rambla, la cobertura de la ronda de Dalt o suavizar la exigencia a los promotores que destinen un 30% de los pisos que construyen a vivienda social. Las que siguen son carpetas que marcarán el curso político en Barcelona.

Las cuentas de 2024. “El presupuesto ya es un pacto”, responde el alcalde cuando se le pregunta si se centrará antes en las cuentas del año que viene, o en la incorporación de socios en el Gobierno. Formalmente, todavía no ha habido conversaciones sobre el presupuesto ni intercambio de papeles, pero la idea es llevar el trámite a aprobación inicial en comisión o el pleno de octubre. Con la fiesta mayor, La Mercè, a finales de septiembre, formalmente no es hasta entonces que en Barcelona arranca en serio la actividad política municipal.

Un pacto “de gobierno o de gobernabilidad” y pendientes de Colau. Pendientes del desenlace en el Gobierno español tras las elecciones de julio, la incorporación de socios en Barcelona tendrá que esperar. Collboni habla ahora de “pacto de gobierno o gobernabilidad”, de lo que se deduce que podría incorporar partidos al ejecutivo, o pactar un acuerdo estable desde fuera del Gobierno. Además, deja claro que su “apuesta” es “que sea progresista”, lo que incluye a comunes (nueve concejales) y ERC (cinco). Junts ganó las elecciones de mayo con 11 concejales y su líder en el consistorio, Xavier Trias, emplazó antes de las vacaciones a Collboni a decidir con quién quiere pactar. También lo hizo la ex alcaldesa Ada Colau, con quien Collboni ya ha gobernado casi seis años, como fuerza minoritaria. Fuentes socialistas añaden que lo óptimo para un escenario de pacto de gobierno sería que los dos partidos hubieran decidido sobre quien relevará a sus líderes, Colau y Ernest Maragall, de quien dan por seguro que dejarán el Ayuntamiento. Después de ser el socio externo del gobierno municipal más estable en el último mandato, Maragall dice ahora que no descarta ingresar en el ejecutivo. Trias ha dicho claramente que no se quedará en el Ayuntamiento.

Jaume Collboni y la concejal Rosa Alarcón, durante la campaña electoral, en la Ronda de Dalt, cuya cobertura aseguró que será una prioridad.

La Rambla y la cobertura de la Ronda de Dalt. Continuar con la cobertura de la Ronda de Dalt (1,5 kilómetros con 30.000 vecinos alrededor) es una promesa electoral de Collboni y además forma parte de sus compromisos en los 100 primeros días de mandato. La obra, presupuestada en 300 millones de euros en 12 años (tres mandatos) saldría a 25 millones anuales, una cifra que el alcalde ve “asumible” y que podría optar a fondos Next Generation. También Xavier Trias, de Junts, la defiende. La idea es licitarla en 2024, dijo en campaña. En el caso de la Rambla, justo iniciar el mandato se comprometió a reducir el plazo previsto de las obras de seis a tres años. Para las dos cuestiones necesita apoyos políticos.

Ordenanza de civismo y Pla Endreça. El civismo, la limpieza y la seguridad fueron ejes de la campaña de Collboni, incluso los exigía cuando gobernaba con Colau como teniente de alcalde. Ahora promete revisar la Ordenanza de Civismo (por lo pronto ha aumentado las multas por hacer pintadas u orinar en la calle), un texto que tiene que pasar por el pleno. Y ha echado el resto con el Pla Endreça [Plan Ordena], con más efectivos e inspecciones en el servicio de limpieza, y más Guardia Urbana y Mossos y una omnipresente campaña de comunicación en banderolas, paradas de bus y metro o quioscos. Está por ver los resultados y si se traducen en las encuestas municipales, donde, en los últimos años, los barceloneses señalan la inseguridad y la limpieza como principales problemas.

El 30% y el drama de la vivienda. El gobierno municipal abordará a partir de septiembre la reforma de la norma urbanística que impulsó su antecesora, Ada Colau, y que obliga a los promotores a destinar un 30% de los pisos de los edificios de más de 600 metros cuadrados a vivienda social (sean de obra nueva o grandes rehabilitaciones). Collboni quiere reformar una norma que votó cuando se aprobó en 2018, pero que considera que no funciona porque consigue “resultados muy modestos”. Su propuesta es eximir a los promotores de tener que mezclar pisos de mercado libre y públicos en el mismo edificio, y puedan pagar al Ayuntamiento para que los construya. Los comunes lo rechazan frontalmente, porque la filosofía de fondo es trufar de vivienda pública todos los barrios. Collboni confía en el apoyo de Junts y ERC, también partidarios de la reforma. Más allá de la obra nueva, Barcelona quiere ser la primera ciudad española en regular el precio del alquiler, tal y como prevé la Ley de Vivienda española aprobada antes del verano.

El presidente de la Generalitat, Pere Aragones, saluda al alcalde Jaume Collboni, el día de su investidura. El socialista reclama al Govern los compromisos adquiridos con Barcelona. Albert Garcia

La bilateral con la Generalitat, pendiente. Antes del verano quedó pendiente la celebración de una reunión con el Govern de Pere Aragonès. Collboni se estrenó marcando al gobierno de ERC y recordando a Aragonès que el apoyo del PSC al presupuesto de la Generalitat iba de la mano del compromiso de invertir 340 millones de euros en la capital catalana. La cifra supone casi un 10% del presupuesto municipal (3.600 millones). En transporte público (sobre todo metro), seguridad, sanidad, servicios públicos... y también convocando la comisión técnica entre las administraciones que deben decidir cómo se ampliará la capacidad del aeropuerto de Barcelona. La reunión debía celebrarse después del pleno del cartapacio, que se retrasó al 28 de julio, y quedó pendiente.

Incógnitas sobre el tranvía o el carril bici de Via Augusta, legado de los comunes. Antes de las vacaciones, Collboni expresó dudas sobre el futuro de dos infraestructuras de movilidad que llevan la marca del legado de Colau. Una es el tranvía, en obras en la Diagonal para inaugurar en primavera el tramo entre Glòries y Verdaguer. Ante las voces que plantearon valorar terminar la unión de los tranvías por la calle de Provença y Urgell y el revuelo que levantaron, Collboni precisó en una entrevista radiofónica: “Llegaremos hasta Verdaguer y después ya veremos cómo se hace la conexión”. En el mandato pasado, la entonces alcaldesa y el Govern anunciaron que dejaban los estudios listos para licitar la llegada a Francesc Macià por la Diagonal. En el caso del carril bici de Via Augusta, construido fruto de la participación ciudadana, pero en un barrio de la zona alta que es un santuario para el coche (hay 444 turismos por cada mil habitantes), las quejas han llevado a Collboni a encargar un estudio para “reevaluarlo”. La perspectiva de una marcha atrás tiene a los colectivos ciclistas de la ciudad dispuestos a desenterrar el hacha de guerra.

El carril bici de la Via Augusta de Barcelona.massiliano minocri

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