Cataluña se queda a la mitad en los objetivos de consumo de energías renovables de la UE

El parón administrativo a la instalación de parques eólicos y solares pasa factura a Cataluña

Barcelona -
Molinos de viento en el parque eólico de Pradell de la Teixeta (Tarragona).Josep Lluís Sellart

Petróleo, nucleares y gas natural. Esa tríada marca las bases del consumo energético en Cataluña, comunidad para la que las energías renovables son apenas una pequeña fracción del total, el 10%, quedando a la mitad del objetivo del 20% dictado por la Unión Europea. Esos datos, que se refieren a 2019, no recogen todavía los frutos de la reforma realizada por el Govern en un nuevo intento para el despegue definitivo de los molinos de viento y las placas fotovoltaicas en Cataluña, que han provocado u...

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Petróleo, nucleares y gas natural. Esa tríada marca las bases del consumo energético en Cataluña, comunidad para la que las energías renovables son apenas una pequeña fracción del total, el 10%, quedando a la mitad del objetivo del 20% dictado por la Unión Europea. Esos datos, que se refieren a 2019, no recogen todavía los frutos de la reforma realizada por el Govern en un nuevo intento para el despegue definitivo de los molinos de viento y las placas fotovoltaicas en Cataluña, que han provocado una demanda para instalar en torno a 5.000 megavatios (Mw).

La potencia instalada de energías renovables sigue anclada casi en los mismos niveles que en 2014, consecuencia de las decisiones de los últimos gobiernos catalanes (desde el Tripartito) y del cambio en el modelo de primas decidido por el Gobierno central. En los últimos tres años apenas se ha estrenado un nuevo parque eólico y unos pocos huertos solares. Ha crecido el autoconsumo (placas en tejados industriales, de edificios de oficinas y de viviendas) pero su peso en el conjunto de la producción energética es casi residual. Sí ha tenido más peso la biomasa y los biocarburantes. Su mayor uso explica el modesto salto de las energías renovables entre 2017 y 2019: de un 9,1% a un 9,9% del consumo bruto de energía en Cataluña, según reflejan los últimos datos elaborados por el Departamento de Empresa.

Esa participación de generación energética verde es la mitad del esfuerzo que demandaba para 2020 a los Estados miembros la Comisión Europea, que para 2030 situará ese porcentaje en el 32%. Cataluña incumplirá ampliamente, según los datos hechos públicos ayer por el Departamento de Empresa en un acto en el Colegio de Ingenieros Industriales.

Ese 9,9% es fruto de la fórmula que se utiliza para homogeneizar los datos de todos los Estados miembros de la UE. Según los cálculos del consumo de energía primaria de la Generalitat el peso de la generación de energías verdes se quedaría en un 5,4%. Es en esos cálculos donde queda de manifiesto la dependencia de los combustibles tradicionales. El petróleo es la materia prima para un 46% del consumo energético, la energía nuclear de otro 24,5% y el gas natural, de un 22,9%.

La Generalitat también ha diseccionado cómo se generó el año pasado la electricidad en Cataluña. Ahí el protagonismo de la energía nuclear alcanza el 54,9%, mientras que los ciclos combinados (gas) tienen un peso del 12,2% y las plantas de cogeneración representan un 11%. La energía eléctrica de procedencia verde pesa un 19,8%, sobre todo por la aportación de las centrales hidroeléctricas, que el año pasado generaron el 12% del total de la electricidad producida en Cataluña. La energía eólica apenas se quedó con el 5,8% y la fotovoltaica, con un 1,1% del total.

El del año pasado fue un ejercicio complejo a causa de la caída de la demanda provocada por la pandemia. El consumo de electricidad cayó un 6,2%, mientras que el de gas natural se desplomó un 8% y el de carburantes para la automoción otro 18%. En las tres categorías las caídas fueron superiores a las del conjunto español.

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Durante la presentación de ayer, el director general de Industria, Manel Torrent, admitió la escasa presencia de energías renovables en Cataluña. Asumió los problemas administrativos que ha habido en los últimos años, pero señaló a la oposición con la que la Administración se está encontrando en los territorios. “Tenemos más plataformas antirenovables que molinos instalados”, afirmó sin rodeos, asumiendo que “a nadie le gusta” la contaminación visual que generan los parques eólicos, pero defendiendo que el mayor consumo eléctrico de la sociedad se debe asumir y que este siempre genera problemas en alguna parte.

El alto cargo de Empresa señaló que, desde que hace un año la Generalitat modificara la tramitación para facilitar y acelerar la implantación de proyectos de parques eólicos y solares, se han presentado proyectos con una capacidad de unos 5.000 megavatios (Mw), lo que supone multiplicar por cuatro la potencia instalada actualmente.

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