Chris Lloyd, el pintor que congela los conciertos de Beyoncé, Coldplay y Taylor Swift
Mientras dura una actuación, entre la multitud, el artista logra plasmar con sus pinceles lo que ocurre
Las luces del estadio centellean, la música te recorre el cuerpo y estallan a tu alrededor fuegos artificiales. Estás en el concierto de tu vida, rodeado por miles de personas, todas perdidas como tú en el universo de la música. Bueno, casi todas.
Si te fijas un poco más, verás entre la multitud a un hombre con la cabeza enterrada en un cuaderno de dibujo y con unas acuarelas en la mano. Se llama Chris Lloyd. A lo largo de los últimos años ha asistido a las actuaciones de algunos de los artistas más importantes del planeta: Kylie Minogue, Jessie J, Beyoncé, Sam Smith. ¿Cuál es su pasión? Crear dibujos hiperdetallados y divertidos con un límite de tiempo: lo que dure el concierto.
“Puede ser muy estresante si me invitan a enseñarle el resultado a los artistas al final de la actuación”, comenta Lloyd en un encuentro para tomar un café junto al puente de Londres. Asegura que, a diferencia de muchos artistas, él se crece en esos plazos tan ajustados. “Pero es duro cuando estoy dibujando, por ejemplo, a los Jonas Brothers y, un minuto antes de que acabe el concierto, me llaman para que les enseñe el resultado a esas estrellas entre bastidores”, dice.
Lloyd, delgado, de ojos azules muy brillantes y cabeza rapada, habla a doscientos kilómetros por hora, más o menos la velocidad con la que crea sus dibujos. Sus obras son caricaturas coloristas que resumen a la perfección el espectáculo del que es testigo. Para crearlas, debe enfrentarse a la música atronando en directo, a unos decorados que no paran de renovarse, cambios de vestuario y luces intermitentes, así como a su propio trastorno por déficit de atención con hiperactividad: “Me lo diagnosticaron ayer mismo”, señala, pero, añade, “cuando dibujo, me desentiendo de todo lo demás. Aunque a veces pienso que me encantaría ir otra vez al concierto y limitarme a ver el espectáculo”.
La mayoría de las veces ni siquiera consigue asiento y tiene que dibujar de pie, con bebidas volando por los aires o gente bailando a ambos lados. Nunca rehace un dibujo: todo forma parte de la experiencia. Entre sus mejores momentos profesionales sitúa el haber retratado a Coldplay este año en Glastonbury (que compartieron el arte de Lloyd en su Instagram a sus 27 millones de seguidores) y a Cyndi Lauper, con quien se reunió en su camerino.
Señala que, aunque los conciertos hoy se capturan miles de veces a través de los teléfonos inteligentes, sus dibujos captan una magia que una foto digital no puede conseguir. “Todo el mundo puede hacerlas con un iphone”, comenta. “Pero dibujar un concierto me hace fijarme en detalles que a otros se les pasan por alto”. Lloyd se crio en Kent y no tiene formación artística. Se mudó a Londres después de estudiar idiomas y trabajó como productor para la BBC Radio 1 antes de retarse a sí mismo a realizar un dibujo cada día. Su carrera como artista despegó en octubre de 2022, cuando dibujó al cantante británico Sam Smith y lo publicó en su cuenta de Instagram. El mismo Smith lo vio y lo compartió con sus millones de seguidores, que quedaron fascinados.
A partir de entonces, Lloyd se centró en la música en directo, una de sus pasiones. Gracias a su inteligente uso de las redes sociales, las estrellas empezaron a fijarse en él. Los artistas a los que idolatraba de pronto le llamaban para hacerle encargos. “Es curioso, porque debería ser yo quien los llamara para decirles que me encanta su trabajo”, bromea.
El rapero Drake le mandó un mensaje privado después de que le dibujara y luego republicó su dibujo en redes. “Becky Hill vio mis dibujos y me envió un mensaje personal”, cuenta Lloyd con los ojos abiertos de par en par. “Nos invitó a mí y a un amigo a viajar a Ibiza un par de días para que dibujara su residencia”.
El año pasado dejó su trabajo en la radio para dedicarse al arte. Con el coste de los conciertos por las nubes y las producciones cada vez más grandes, caras y tecnológicamente más avanzadas, la gente está deseando comprar recuerdos de estas experiencias únicas. ¿El dibujo más popular de Lloyd? Taylor Swift, por supuesto. Ha vendido más de 100 bocetos a 45 libras cada uno. “La forma en que la gente se emociona al ver la experiencia que vive en un concierto es increíble”. Sus encargos privados se cotizan a partir de 150 libras. “No quiero excluir a nadie con el precio, pero tengo que valorar mi arte”, dice.
Su negocio ha evolucionado. Ya no son solamente conciertos. El año pasado, la marca de moda Valentino le invitó a París para que dibujara sobre la marcha su desfile de alta costura. Le dieron únicamente 20 minutos para esbozar la forma, color y glamur de los trajes que evolucionaban en la pasarela. “Después, la actriz Florence Pugh se me acercó y me preguntó qué estaba haciendo”, cuenta. “Cuando vio mis dibujos se volvió loca. Me presentó al jefe de Valentino, que les echó un vistazo y se echó a llorar. Fue la mejor experiencia de mi vida”.
Teniendo en cuenta que los últimos años han sido un torbellino, ¿queda alguien en su lista de deseos? “Bon Iver”, responde. “Soy un chico folk”. Luego está la más grande: Adele. “Lo tiene todo, pero no creo que consiga un dibujo de uno de sus conciertos”, dice Lloyd, guiñando un ojo.
Tiene grandes aspiraciones: “Quiero ser como el ilustrador Quentin Blake de hoy”, afirma. De momento, se contenta con surfear la ola del éxito. “No tengo ni idea de adónde me llevará esto”, reflexiona. “Pero que sea de la mejor manera posible”, concluye.