Juan del Canto, alcalde desde los 19: “La política es incompatible con el amor. No tienes tiempo ni de llorarlo”

Tiene 24 años y desde los 19 gobierna Villalazán (PP), un municipio de 260 habitantes en Zamora. Reconoce que hubo un tiempo en que “tonteó” con Vox. Dice que le encantaría tener un programa político, pero que en los pueblos pequeños hay que estar “a la que salta”

Juan Del Canto, alcalde de Vilalazán, (Zamora, 260 vecinos), fotografiado en su pueblo el día 31 de julio de 2024.Jacobo Medrano

Juan del Canto (Zamora, 24 años) jura que de Villalazán, su pueblo, no se irá: “En esta iglesia me bautizaron y aquí me enterrarán”, dice. Ni los cantos de sirena de la política le podrían mover de ahí, donde fue elegido alcalde con 19 años en la pasada legislatura y hoy lo sigue siendo con el 90% del voto de sus 260 vecinos. Fue el regidor más j...

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Juan del Canto (Zamora, 24 años) jura que de Villalazán, su pueblo, no se irá: “En esta iglesia me bautizaron y aquí me enterrarán”, dice. Ni los cantos de sirena de la política le podrían mover de ahí, donde fue elegido alcalde con 19 años en la pasada legislatura y hoy lo sigue siendo con el 90% del voto de sus 260 vecinos. Fue el regidor más joven de España (ahora el puesto lo ocupa Gael Rodríguez, alcalde de Portbou, en Girona) y en el PP regional lo cuidan. Es también diputado provincial encargado del área de deportes y un defensor acérrimo de su tierra y su comarca, regada por el Duero. De su gente y de sus tradiciones. De la caza, del toro, “de todo eso que está prohibidísimo ahora”, dice, también de sus perros y sus caballos… Estuvo también tentado por Vox, pero los dirigentes populares acabaron llevándoselo al redil. Escucharlo es una lección de sociología joven para la España vacía. “La política te jode la juventud”, ha comprobado. Es incompatible con el amor y desagradecida, pero a quien le entra ese gusanillo, difícil es que lo deje tranquilo.

No solo es alcalde con 24 años, sino que le han reelegido. Desde los 19 lleva en el cargo. Con aquella edad, ¿no debería usted haberse planteado ser delegado de clase en vez de alcalde de su pueblo?

También lo fui. Siempre me gustó meterme en todo. En las elecciones anteriores a las mías se había presentado mi hermano y perdimos, pero entonces ya corrieron rumores de que, en cuanto yo cumpliera los 18, toda la gente se olía que me presentaría.

¿Por qué se lo olían?

Porque yo siempre he sido…, no sé si muy político. Digamos que de involucrarme mucho.

¿Inquieto? ¿De dónde le viene?

Yo creo que me viene de familia. Tenía un tío al que llamaban Fraga, que era entonces de Alianza Popular. Mucha gente dice que me parezco a él, ya falleció, era hermano de mi madre.

Y ya antes, creo que su bisabuelo fue alcalde republicano.

Sí, mira: el padre de mi abuelo materno era republicano y el de mi abuela materna lo sucedió también como alcalde ya en la dictadura. Aquí, durante la guerra no hubo ningún problema. Los responsables de la Falange fueron gente sensata que no permitieron aquí ningún asesinato, fusilamientos, ni cosas raras como sí hubo en otros pueblos, con historias que te acojonan. Quien murió en la guerra fue porque combatió en el frente.

A usted lo de la guerra, ¿Cómo le suena?

Historia. Y se acabó. Vivimos otro mundo. Mi abuelo la vivió de pequeño y no se acuerda. Mis padres, nada. Cuanto menos voy a hablar yo, de aquellos temas de guerras y dictaduras, si he nacido en el año 2000.

Un país debe ser consciente de su historia, ¿no?

¡Hombre! ¡Claro que sí! Lo que no me siento es capaz de culpar a nadie. Cada uno hizo lo que creyó que debía hacer en el momento y yo qué sé…

Juan Del Canto, alcalde de Vilalazán, fotografiado en su pueblo el día 31 de julio de 2024.Jacobo Medrano

¿Por qué se afilió al PP?

Eso sí que debe venir por parte de mi madre y de mi abuelo, que fueron de Alianza Popular y después del Partido Popular. Sí que es verdad que estuve tonteando con Vox. En aquella temporada tan mala del PP, año 2018, cuando la moción de censura y los casos de corrupción que salían. Yo quería hacer cosas nuevas y era más impulsivo. Luego te das cuenta de que la política no es solo lo que ocurre en Madrid y en el Congreso, sino que ves cómo trabajan las delegaciones de Castilla y León y Zamora y ves que no tenían proyecto, más que las intenciones personales de cada uno.

¿Qué quiere decir que anduvo tonteando con Vox?

Iba a sus actos, los seguía a todos los sitios.

¿Y se arrepiente?

No, vas aprendiendo de todo. El discurso suyo en esta zona cala mucho en los jóvenes.

¿Por qué cree que cala tanto?

Porque a los jóvenes de aquí, los de la tierra del vino en Zamora, nos gustan quienes abanderan la caza, los toros, la tradición, nuestros pueblos y nuestra agricultura. Todo eso que los socialistas quieren prohibir, que no sé adónde vamos a llegar así… Luego te das cuenta de que detrás de ese discurso no hay nada. Y que es muy bonito presumir de la bandera pero que, cuando debes hacer cosas, no te pones ahí. Los del PP no estamos todo el día con los toros y la caza en la boca, pero cuando hay que tomar decisiones que lo apoyen, las tomamos.

Juan Del Canto, alcalde de Vilalazán, paseando por las calles de su pueblo.Jacobo Medrano

¿Cómo le convencieron para enrolarse en el PP?

En Vox nos querían mandar a listas de por ahí. No me iban a permitir hacer un proyecto en Villalazán. Veían que en los pueblos no eran tan golosos los asientos como en la capital. Entonces, el presidente del PP en Zamora, José María Prados, y el gerente, Jesús María Prada, vinieron a buscarme un día y me dijeron: “Pero tú, ¿para qué te vas a meter aquí? ¿Para hacer algo por tu pueblo o qué? Lo mejor es que intentes ganar en el Ayuntamiento y, si te vienen mal dadas, ir con un partido en el que te des la vuelta y no solo tengas ahí el cuadro del Rey, sino alguien que te pueda apoyar”. Y oye, no he tenido queja. Yo tenía muchas ideas, pero cuando te encuentras con la realidad de la gestión…

¿Qué?

Entramos un lunes. El miércoles llegó la de Sanidad para decirme que los parámetros del agua estaban fuera de la ley y que buscara soluciones. Me puse en contacto con la Diputación, entre todos trabajamos y hemos puesto una depuradora: nos ha costado casi 100.000 euros y la Diputación ha aportado el 90%. Arreglamos un problema principal sobre el que no se había tomado ninguna decisión. No hay cosa peor que el agua. Gastas un montón en algo que no se ve, pero el día que no sale del grifo… No cojas el teléfono que te van a comer.

¿Cuál es su programa político para el Ayuntamiento de Villalazán?

¡Qué más quisiera yo que tener un programa político! Andamos a la que salta.

Repregunto… A ver, ¿qué quiere hacer aquí?

Nuestro principal problema es la despoblación. Tienes que tratar de hacer la vida fácil a la gente mayor. Proporcionarles comodidades, el mínimo esfuerzo. Aquí nos vamos orientando a eso. Arreglar los problemas del agua, el sistema eléctrico, un huerto de energía solar para abaratar la factura de las bombas.

¿Estrategias en pro del cambio climático?

No, más bien por la cartera. Una opción barata. Lo hacemos todo por el tema económico. Estábamos pagando una factura de la luz de 700 euros y ahora ha subido a 1.000 y muchos para un pueblo de 260 habitantes. ¡Solo del pozo! Aparte el alumbrado, que ya lo hemos programado para que a partir de una hora se apague una farola sí y otra no. Así andamos, todo el día buscando la manera de que nos salga más barato.

¿Por qué se van de aquí los jóvenes?

Pues una generación entera se nos marchó por falta de vivienda. Perdimos una generación que ahora nos haría mucha falta.

Ahora no puede usted culpar a nadie, tiene que ponerse a solucionarlo.

Sí, sí, en eso estamos.

¿Qué piensa hacer para atraer aquí a la gente?

Ese es el reto principal de todos los pueblos de la región. Hay que tomar decisiones grandes de ámbito nacional, una fiscalidad diferenciada, viviendas sociales… Nosotros, en nuestra capacidad de acción, hacemos lo que podemos. Por ejemplo, un catálogo de oferta inmobiliaria. Buscar compradores para casas viejas. Meter a la gente el pueblo por los ojos y con sus ventajas, que si es más barato, convencerlos así.

Y si además de vivir, quisieran trabajar por aquí, ¿qué podrían hacer?

Pues a la ganadería o la agricultura, a no ser que vengan ya montados en el dólar, poco. Es difícil emprender en ese campo estando como estamos. Tenemos Cobadu a siete kilómetros, una de las cooperativas más grandes de España. Da trabajo a casi la mitad de la población activa de este pueblo: directa e indirectamente. Desde la pandemia, ha venido gente a preguntar por vivienda. Hay muchas casas vacías o que los propietarios no quieren alquilar. En el Ayuntamiento les ofrecemos ocuparnos de los problemas que pueda dar un alquiler.

¿Cuánto sale?

Aquí no vas a pagar más de 300 euros. Una casa, con tres habitaciones.

Y usted, ¿por qué no se ha querido ir?

Yo no me voy. En esta iglesia me han bautizado y aquí me van a enterrar. Este pueblo es muy acogedor, somos muy buena gente, no hacemos feos a nadie, se trata a quien venga como si fuera de toda la vida. Es bonito, cómodo, se lo llevó el río hace varios años y al reconstruirlo hicimos calles anchas. Al lado del Duero y la capital.

¿Los inmigrantes también son bienvenidos?

Todo el mundo que viene de buena fe, lo es. Hemos tenido saharauis y mucha diversidad, unos se han integrado, otros menos, porque trabajaban de noche. Hemos hecho ahora una asociación cultural que funciona fenomenal. Viene gente de otros pueblos para meterse. Lo mismo hacemos excursiones que asamos unas sardinas o contratamos unos bailes. Ahora tenemos el campeonato de tute y de parchís, la gente se compromete para que los vecinos lo disfruten en familia, que es lo que somos.

¡Este pueblo es un idilio!

Bueno, en todas partes cuecen habas. Pero aquí somos muy abiertos, aunque tengamos fama de cuzos.

¿De qué?

De cuzos, de que preguntamos al que viene de dónde es, pero una vez nos cuenta, lo integramos rápidamente. Lo que no sabemos, lo preguntamos. ¿Quién es este que ha venido con vosotros? Tal, bueno, pues a conocerlo y arreglado.

¿De qué más tienen fama?

¡A ver si vas a poner que te he dicho lo de cuzos y luego me van a correr a gorrazos!

No se preocupe, hombre.

Bueno, también tenemos fama de trabajadores, nada malo. Somos gente muy afable. En todas partes conocen mi pueblo por eso o por el bar restaurante Avenida, que tiene el mejor menú del día de la provincia de Zamora. Me juego lo que quieras. Calidad-precio, desde luego, a 12 euros, raciones contundentes, si lo comes todo, no cenas. Sin reserva, no te creas que tienes mesa.

¿Cuánto gana?

Cero euros. Brutos. Aquí, en este pueblo, cambio las farolas yo. Gracias a Dios mi padre posee maquinaria y lo que tenga que hacer, lo hago yo.

¿Y el presupuesto?

Sobre los 200.000 euros.

¿Y los concejales cobran?

No sé si pagamos a 10 euros el pleno. Lo bajamos.

Con eso, ¿cómo esperar que los jóvenes se metan en política?

Para la política municipal te debe entrar el gusanillo en el cuerpo; si no, nada. Iba a irme con mi pareja de vacaciones, pagadas ya, hicimos las maletas y esa tarde, que marchábamos para Cádiz, tuvimos una avería del agua y tuve que llamar al hotel y decir: no vamos.

Le mandaría a paseo… Su novia, digo.

Bueno, entonces no, pero ahora estoy soltero. Esto no lo aguanta cualquiera. Partes los trastos. ¡Qué remedio! Es incompatible con el amor. ¡No tienes tiempo ni de llorarlo, todo el día para arriba y para abajo!

Los asuntos del corazón, con la política, ¿no casan?

¡Hombre! Tiene que aguantarlo la familia. Hacer un sacrificio. Lo hablo con muchos alcaldes. En las fiestas, olvídate de nosotros, estamos deseando que pasen. Veo la lista para este año, mis deberes… Por ejemplo, el día que toca cine, pues ya sé que tengo que preparar el proyector y las sillas.

¿Cuándo son las fiestas del pueblo?

La nuestra es San Blas, en febrero. Pero en verano hacemos una semana cultural porque es cuando viene la gente de veraneo. Lo llamamos San Inquieto, como no tenemos santo, nos lo hemos inventado. Hemos hecho hasta un paso. Empezamos el 15 de agosto con una paella.

¿Quién cocina?

Nosotros, no. Ya bastante que hacemos las chichas de la matanza en San Blas, como estamos los de casa solo, pues bueno. Pero meterte a hacer una paella y oír las quejas encima que te pringas ahí, es insoportable. La anterior corporación las hacía y les compadezco.

Usted iba más para empresario que para político, ¿qué le han dicho sus padres?

Mis padres, ¿qué van a hacer? Pues subvencionarme la campaña. Tenemos una explotación de ganado ovino de la que vivimos y en la que hemos trabajado toda la familia, aparte de labores agrícolas. Gracias a Dios funciona bien, aunque yo ya ni voy. Hay semanas que ni los veo.

¿Es usted una figura en alza dentro del PP de Castilla y León?

No lo sé, yo noto que me valoran en mi partido. Si no, no sería diputado provincial. La gente no tiene queja de mí.

Juan Del Canto, alcalde de Vilalazán, fotografiado en su pueblo el día 31 de julio de 2024.. ©Jacobo Medrano ----PIEFOTO---- Juan del Canto, alcalde de Villalazán (Zamora, 260 vecinos), fotografiado en las calles del pueblo.Jacobo Medrano

¿Si le tentara Feijóo?

Y si me tentara Florentino, para el Madrid de portero… ¡Anda! Ni me lo planteo…

¿Y si…?

No sé lo que haría, tengo una responsabilidad con este Ayuntamiento y con mi gente. No me voy a ir y dejar aquí a todos. No me parecería justo ni ético para ellos.

Que se olviden, ¿no?

Creo que sí. Para algunas cosas pueden contar conmigo.

¿Para qué?

Mi provincia y mi Ayuntamiento. Son las áreas que controlo, tampoco yo creo que esté preparado para marchar a Madrid o con Alfonso para la Junta de Castilla y León.

¿Alfonso Mañueco? ¿Le tendrá en palmitas el presidente de la comunidad?

Ha estado en este pueblo. Me llevo bien con él. Cuando se presentó a su reelección, hablé como el alcalde más joven en el congreso en que lo confirmamos. Le pedí que viniera, se comprometió, y cuando presentó el primer fondo de cohesión lo hizo en la plaza de este pueblo. Acudió lo más granado y firmó en el libro de honor.

Debió ser como Bienvenido, Mister Marshall pero sin pasar de largo.

¡Igual! A la gente le encantó. Todo a estrenar.

¿Ha visto esa película?

¡Sí! A mí me gusta mucho el cine de Berlanga y toda esta gente. Como Amanece, que no es poco. Yo no comprendo cómo hay algunos que no se ríen con esa película. A mí me encanta ese surrealismo.

Pero también, como veo, el protocolo.

También. En los pueblos nos gusta la seriedad y el respeto al Ayuntamiento. El día de la fiesta, la gente tiene que ir con su corbata. Porque no se representa a sí mismo, sino a todo el pueblo. A los vecinos les gusta que el día de la fiesta vengan las autoridades. Yo saco la corbata puesta porque me parece que es lo primero. A mí no me gusta que me representen de cualquier manera.

¿Quería ser otra cosa de mayor?

Estudié un grado superior de Administración de Empresas mientras era alcalde ya. Que esa es otra… Yo quedé contento. Tampoco pensé que esto llegaría tan lejos. Te jodes la juventud. Cuando hice los quintos en 2019, me daba apuro emborracharme para que no me viera la gente así. Consagras tu vida al pueblo.

Y a su imagen…

¡Hombre! Aunque el día de mañana puedes caer en desgracia y ni pagado ni agradecido.

Si tiene tiempo libre, ¿en qué lo emplea?

En caballos, caza, perros, toros… Todo eso que está prohibidísimo ahora. Políticamente incorrecto. Soy de los festejos populares, de encierros camperos y por las calles. Si puedo me recorro los pueblos en eso.

¿Corre delante del toro?

Si hubiera sido más valiente hubiese acabado de torero…

¡Qué me dice!

¡No, hombre! Me da miedo. En los encierros del campo, encima del caballo, me arrimo, pero bueno, a alguna vaquilla le he pegado una carrera o algún capote mal dao.




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