El protector bucal que salvará las cabezas de los jugadores de rugby
El Intelligent Mouthguard, un aparato equipado con un sensor de impactos en la cabeza, será de uso obligatorio en este deporte a partir de 2024
El recién concluido Mundial de Rugby, en el que Sudáfrica hizo historia al alzarse por cuarta vez como campeón, fue el final de un capítulo en la historia de este deporte. World Rugby, la federación que regula esta disciplina, está buscando mitigar el riesgo físico que sufren sus jugadores: el daño cerebral, las conmociones o incluso el párkinson son algunas de las consecuencias a las que se enfrentan. Después de años de presión, ...
El recién concluido Mundial de Rugby, en el que Sudáfrica hizo historia al alzarse por cuarta vez como campeón, fue el final de un capítulo en la historia de este deporte. World Rugby, la federación que regula esta disciplina, está buscando mitigar el riesgo físico que sufren sus jugadores: el daño cerebral, las conmociones o incluso el párkinson son algunas de las consecuencias a las que se enfrentan. Después de años de presión, críticas e incluso demandas, World Rugby ha ido introduciendo poco a poco cambios para hacer el deporte más seguro, pero ahora la federación hará obligatorio a partir de 2024 el uso del Intelligent Mouthguard, un protector bucal equipado con un sensor de golpes.
Se trata de un producto de la empresa estadounidense Prevent Biometrics, especializada en tecnología de monitoreo del impacto físico en los deportes. World Rugby ya lleva tres años trabajando con esta compañía y su protector bucal se había implementado de manera parcial en la Liga inglesa y también se ofrecía a las jugadoras durante el Mundial femenino de 2022. El dispositivo alerta con un mensaje enviado por Bluetooth al equipo médico cuando un jugador sufre un impacto peligroso. Al recibir la alerta, el deportista debe ser evaluado por una posible conmoción cerebral y recibir la autorización para regresar al juego. Los protectores bucales son considerados la solución más precisa para la medición de impactos debido a que la mandíbula superior está conectada al cráneo. Según Prevent Biometrics, su aparato permite “individualizar” el cuidado de los jugadores al registrar todos los impactos que reciba en la cabeza, tanto en entrenamientos como en partidos. El invento fue probado con unos 600 jugadores en Nueva Zelanda antes de ser implementado oficialmente.
Alberto Delgado, médico de la selección femenina de rugby de España, considera que el uso de este aparato es positivo y permitirá detectar muchas lesiones que ahora suelen pasar inadvertidas. “En tiempo real se recibe la información de todos los impactos y si hay uno que sobrepasa el umbral de gravedad, que es de 55 gramos en el caso de las mujeres y 60 gramos en el caso de los hombres, en ese momento emite una alarma automática”, describe el médico.
World Rugby se mostró satisfecho con los resultados que tuvieron durante las pruebas y las implementaciones parciales, por lo que ahora han modificado el reglamento deportivo y han invertido unos 2,4 millones de dólares (2,3 millones de euros) para hacerlo obligatorio, según informa el portal Sports Business Journal.
La federación también encargó investigaciones a diversas universidades para asegurar la calidad del dispositivo, pero faltan estudios independientes que respalden la versión oficial. A pesar de que el médico de la selección femenina celebra su implementación, asegura que todo se hizo de forma apresurada y que a su equipo el asunto le pilló por sorpresa en el Mundial de 2022. Aun así, no duda de que es un paso en la dirección correcta.
El Intelligent Mouthguard también permite generar datos de los jugadores para informar sobre la frecuencia y gravedad de las colisiones, lo cual deberá servir para lograr nuevos avances tecnológicos. Esta iniciativa y regulación no han sido nada espontáneas, ya que en los últimos años World Rugby ha acumulado cientos de demandas de exjugadores con daño cerebral u otras secuelas que culpan a la federación por su supuesta negligencia.