Nat Simons y Cherie Currie: dos gatas del rock con siete vidas

La cantante madrileña Nat Simons encuentra en la leyenda del rock americano Cherie Currie la inspiración para reinventarse. Una nueva etapa en su carrera que se concreta en un libro y un disco titulados ‘Felinas’

La leyenda del rock americano Cherie Currie (a derecha), fundadora del grupo The Runaways, y la cantautora madrileña Nat Simons, fotografiadas en junio en el restaurante La Peligrosa, en Madrid.Jacobo Medrano

A media tarde del sábado 17 de junio el jarro de agua fría que cayó sobre el camerino del Festival Azkena no fue menor que el tormentón que regaba Vitoria. Un responsable del espectáculo acababa de anunciar a Nat Simons (cantautora madrileña, de nombre real Natalia García, de 38 años) que su actuación prevista para las 19.30 se cancelaba. No paraba de llover y el escenario 3, el que les correspondía, estaba inundado. A su lado, Cherie Currie (Los Ángeles, 63 años), la fundadora, junto a Joan Jett, de ...

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A media tarde del sábado 17 de junio el jarro de agua fría que cayó sobre el camerino del Festival Azkena no fue menor que el tormentón que regaba Vitoria. Un responsable del espectáculo acababa de anunciar a Nat Simons (cantautora madrileña, de nombre real Natalia García, de 38 años) que su actuación prevista para las 19.30 se cancelaba. No paraba de llover y el escenario 3, el que les correspondía, estaba inundado. A su lado, Cherie Currie (Los Ángeles, 63 años), la fundadora, junto a Joan Jett, de The Runaways, se lo tomaba con más filosofía. O veteranía. “No se puede luchar contra los elementos”, se le escuchó decir. Y eso que había volado desde Los Ángeles para esa actuación. Era la primera vez en 50 años de carrera que iba a cantar en España.

La rabia y la incredulidad solo cedían cuando alguno de los otros participantes en el Azkena se acercaba para solidarizarse. En particular Lucinda Williams, que mantuvo un largo despacho con Currie. Dos mitos de la música americana, cada una en su estilo, que no se habían conocido en persona hasta ese momento en Vitoria. Una actuación que había nacido de un cúmulo de casualidades estaba a punto de desaparecer por otra. Pero hubo una persona que no desfalleció. La road manager coyuntural Bárbara García-Bernardo, que había tenido buena parte de culpa en que el concierto en cuestión se programara, tanteó en busca de una solución hasta que la encontró: tocarían a las 0.45, a la vez que el gran cabeza de cartel de esa edición, Iggy Pop.

Cherie Currie.Jacobo Medrano

Días después, la sonrisa en el rostro de Simons y la emoción al hablar demuestran que la actuación de esta cantautora en proceso de redescubrimiento junto a una de sus referencias había sido un éxito: “Al final, incluso se acercó parte del público a nuestro escenario desde el concierto de Iggy Pop”, dice Simons. “Fue uno de los momentos más importantes de mi vida”.

También, a su manera, de Cherie Currie. A pesar de su veteranía, demuestra, en el verbo y en la actitud, que es una persona que aún se deja asombrar. Se asoma al asombro, lo busca. “Me siento joven en un escenario”, dice. “Exactamente igual que cuando estaba en The Runaways. Mis canciones son icónicas para mí y provocan mucha alegría en la gente. ¡Y todas esas chicas jóvenes!”.

Les ha llamado la atención a Nat y a Cherie la gran afluencia de esas mujeres en el concierto del Azkena, así como entre el público asistente a un bolo de calentamiento que dieron en un bar de Madrid días antes. Coreaban las canciones de The Runaways cuando se cumplen ya 47 años del lanzamiento del primer disco de un grupo que, si bien fue muy popular en su momento, atravesó temporadas de fama esquiva o digna de la arqueología. Se debe, según Cherie, “al biopic [la película The Runaways, dirigida en 2010 por Floria Sigismondi y con Kristen Stewart en el papel de Joan Jett y Dakota Fanning en el de Curie] y a haber incluido sus canciones en la banda sonora de Guardianes de la galaxia y en algunas series y videojuegos. Siento mucha gratitud, porque yo pensaba que el mundo se había olvidado de The Runaways. De hecho, en los noventa estaba segura de que era así”.

Nat Simmons.Jacobo Medrano

Nat Simons no se había olvidado. Y cuando en medio de la pandemia y en los meses posteriores decidió que tenía que cambiar de rumbo profesional, la canción Queens of Noise le sonaba propia. Era la piedra sobre la que edificar su nuevo álbum. “Es una declaración de intenciones”, explica la cantante madrileña. “Es un tema mítico de The Runaways, pero no tanto como Cherry Bomb. Y otra cosa que me llevó a pensar en grabarla junto a Cherie es que ella nunca pudo cantarla porque la voz la grabó Joan Jett”.

El recuerdo de Cherie Currie sobre aquella grabación original es vívido y triste. Le duele. “Queens of Noise era una canción que Billy Bizeau había compuesto para que la cantara yo; fui yo quien la llevó al grupo”. Suspira y sigue: “Yo tenía entonces 16 años, y por desgracia Scott Anderson, nuestro mánager, me había dejado embarazada y tuve que abortar. Fue horrible. Horrible. Y durante los tres días que estuve en el hospital Joan [Jett] grabó la canción. No me hizo muy feliz. Fue un episodio muy conflictivo para mí”. Quizá el primero de varios que la llevaron a abandonar el grupo con 18 años. “Yo no toco ningún instrumento, así que cuantas más canciones grababa Joan Jett, más me preguntaba yo qué iba a hacer”.

Así que grabar esta canción con Nat Simons tantos años después ha resultado algo parecido a un acto de justicia poética para la californiana; arreglar un asunto del pasado. Pero para la cantante madrileña es lo contrario: el principio del futuro.

Simons, que gozó de cierto éxito con su primer álbum (Home on High, 2013, cuya canción inicial, ‘Another Coffee and Cigarette Day’, tiene más de tres millones de reproducciones en Spotify), que grabó en EE UU con Hiss Golden Messenger e hizo de telonera a Loquillo, se encontró como muchos músicos tras la pandemia: pensando que quería hacer las cosas de otra manera. “En esta nueva etapa he querido ser independiente en todos los sentidos. Quiero reconstruirme un poco. El proyecto es muy especial, mi intención es estar al tanto de todo, que no haya nadie que me diga cómo tengo que hacer las cosas, y creo que va a ser lo mejor”.

El proyecto es un disco y un libro (“soy una romántica, me gusta mucho lo físico”, dice la cantante), Felinas, continuación plural de Felina (2021), el álbum en el que cambió su folk-rock académico en inglés por un acento de glamur en cuero brillante, barra de labios, un toque de visceralidad y el cambio al español. Felinas será la continuación plural porque todas las canciones van a ser compartidas. Como ella misma informa en su cuenta de Instagram, por ahora se cuenta con la participación de Víctor Cabezuelo y Julia Martín-Maestro, de Rufus T. Firefly; Anni B. Sweet; Íñigo Bregel, de Los Estanques, o Vega. Habrá muchas más. A la vez que da cuenta de las novedades musicales, Simons también actualiza a sus fans sobre el proceso de mecenazgo con el que está sufragando la grabación y publicación de Felinas.

La leyenda del rock americano Cherie Currie (a la izquierda), fundadora del grupo The Runaways, y la cantautora madrileña Nat Simons, fotografiadas en junio en el restaurante La Peligrosa, en Madrid.Jacobo Medrano

“Mi idea es que los fans vean cómo se va haciendo todo porque el proceso es muy bonito”, explica Nat Simons. “Quiero que la gente lo viva de cerca. Lo que estoy haciendo es arriesgado, pero quiero inspirar a otras chicas y que vean que se puede hacer”. La selección de artistas que van a participar o están participando de esta grabación tiene que ver con la afinidad musical, pero también con una cierta cualidad inspiradora, la misma que Simons encontró en Cherie Currie.

Y que Currie, que solo necesitó una llamada por Zoom para subirse al barco, también ha encontrado en la cantante madrileña, de la que dice, acercándose a la grabadora poco antes de que la maquillen para las fotos: “Lo primero de todo es que es humilde. Después, es amable y tiene un talento increíble. Y tiene aspiraciones y sueños bonitos, como yo cuando era joven”. No es mal piropo desde el que reconstruirse.

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