FOTOENSAYO | Nada, es fácil
El fotógrafo gallego Vari Caramés lleva retratando pinceladas de realidad desde los años ochenta. Estas imágenes pertenecen a su serie ‘Nadar’ y han sido tomadas en distintos momentos de su larga carrera
Todos somos iguales cuando nadamos: un brazo aquí, una pierna allá. Todos nos asustamos cuando perdemos pie. Nadar como nadamos es un invento reciente. Solo llevamos dos siglos haciéndolo así: por placer, con técnica y en piscinas. Antes, se nadaba en ríos y mares para desplazarse, pescar y para, qué pequeño detalle, sobrevivir. Cuando aprendemos a no hundirnos, el agua deja de ser amenaza y se convierte en juego, en competición y en liturgia. Nadar iguala. Una piscina exige lo mismo a alguien de aquí o de allá, de anteayer o de mañana, a una estrella de Hollywood que a un obrero. ...
Todos somos iguales cuando nadamos: un brazo aquí, una pierna allá. Todos nos asustamos cuando perdemos pie. Nadar como nadamos es un invento reciente. Solo llevamos dos siglos haciéndolo así: por placer, con técnica y en piscinas. Antes, se nadaba en ríos y mares para desplazarse, pescar y para, qué pequeño detalle, sobrevivir. Cuando aprendemos a no hundirnos, el agua deja de ser amenaza y se convierte en juego, en competición y en liturgia. Nadar iguala. Una piscina exige lo mismo a alguien de aquí o de allá, de anteayer o de mañana, a una estrella de Hollywood que a un obrero. Vari Caramés (Ferrol, 70 años) lo sabe. Dentro del agua el tiempo es otro; por eso, se sumerge para atrapar lo inesperado, que es algo que lleva décadas haciendo bien. Él retrata azares acuáticos. El agua es su elemento, porque es imposible fijarla y él mira el mundo, sólido o líquido, con ojos desenfocados. Su cámara se mueve a braza, crol, espalda y mariposa; a veces, bucea: otras, salta. Las fotografías de Caramés salpican y eso no es fácil. Nada es fácil. Nada, es fácil.