Karol G: “Un desamor te puede destruir”
La reina del reguetón es una currante que ha sudado para llegar al número uno. Una bestia de su tiempo. Arte, negocio y discurso. La Bichota. Dinero, sexo y feminismo. Con su álbum ‘Mañana será bonito’, catarsis de una ruptura sentimental, ha llegado el ‘big bang’ de la gran estrella de Medellín
Debe de ser placentero desayunar una ración de tortilla con un zumo de naranja mientras tu álbum —tu arte, tu multimillonario negocio— se desboca en internet, los números subiendo espídicos y en tu boca la patata, el huevito, el dulce cítrico recién exprimido.
La estrella global del momento nos recibe a mediodía en la habitación de su hotel. “La tortilla estaba deliciosa”, dice Carolina Giraldo Navarro (Medellín, 32 años). Es martes 28 de febrero y acaba de sacar su cuarto álbum, Mañana será bonito (Universal Music). Una semana después, se convertiría en el primer LP femenino en ...
Debe de ser placentero desayunar una ración de tortilla con un zumo de naranja mientras tu álbum —tu arte, tu multimillonario negocio— se desboca en internet, los números subiendo espídicos y en tu boca la patata, el huevito, el dulce cítrico recién exprimido.
La estrella global del momento nos recibe a mediodía en la habitación de su hotel. “La tortilla estaba deliciosa”, dice Carolina Giraldo Navarro (Medellín, 32 años). Es martes 28 de febrero y acaba de sacar su cuarto álbum, Mañana será bonito (Universal Music). Una semana después, se convertiría en el primer LP femenino en español número uno en Billboard, la principal lista de Estados Unidos. La conocerán por Karol G. También como La Bichota —título de un hit suyo de 2020—. Con su intuitivo productor Ovy On The Drums ha logrado un disco que refrenda que el suculento ajiaco de la música urbana latina, o reguetón, manda hoy en el pop. Son 17 temas en los que brilla en solitario y con feats (features, colaboraciones) como el de su idolatrada Shakira, con quien funde desamores —Shakira pospiqué; ella tras el rapero puertorriqueño Anuel AA— para verterlos como oro líquido en la canción TQG (te quedó grande), otra más para la trituradora de récords. Mañana será bonito se llama así porque, como nos cuenta con franqueza la artista colombiana, el ayer fue realmente feo, más de lo que imaginamos frente a esta triunfadora jovial e inteligente, con botas de Dolce & Gabbana, conjunto denim y melena flamígera de tinte rojo resurrección.
El álbum se nutre de su proceso de sanación, de la melancolía rabiosa de la ruptura a su superación vitalista. Es desmadre y calentura como corresponde a la voluptuosa jefa del mundo perreo, pero también tiene los tonos bajos y los versos amargos de la treintañera bregada y consciente que apoya a mujeres vulnerables con su Fundación con Cora; la chica de barrio tatuada con un girl power y un corazón de alambre de espino. Contiene todo el placer y la zozobra de esta persona férrea y vulnerable en la que el disfrute se solapa con la autoexigencia, lo cerebral. Esta Karol G que hace 24 horas llegó a Madrid de Miami en jet privado, se merendó un chocolate con churros mientras sus fans la esperaban a la puerta de un café y que, “por los nervios de las entrevistas”, se anduvo mordiendo las uñas y las enseña esta mañana con el esmalte chafado. “Ve, yo que siempre llevo mi manicura superlinda…”.
¿Cómo estás?
Trasnochada, no dormí nada.
¿No dormí nada significa que no dormiste nada o que dormiste a cachos?
No, no dormí nada significa que no dormí nada. Es que yo no duermo, mi cabeza es como un motorcito que no puedo apagar. Me encantaría saber cómo apagarlo pero no puedo. Hasta cuando logro conciliar el sueño, las ideas me despiertan. Es algo que me ha empezado a pasar en los últimos años. Con todas las cosas que he visto y lo que he podido conocer y alcanzar, mi mente como que vuela más, siento que mi cabeza está volando siempre y pensando en las cosas más locas.
El álbum viene de un periodo de oscuridad por el fin de una relación sentimental.
La ruptura me hizo darme cuenta de que por dentro estaba completamente desestabilizada y de mi nivel de dependencia. Al terminarse la relación, sentí que ya no podía hacer nada y estuve un montón de tiempo devaluándome. Creía que todas las cosas que me estaban pasando en mi carrera no me las merecía.
Se desmoronó el girl power.
Pero del todo. Fue horrible. Mi anterior álbum, KG0516, estaba teniendo un éxito increíble y yo no lo quería celebrar. Ya no me gustaba lo que hacía, no me gustaba lo que veía físicamente. Estaba vulnerable y los ataques cibernéticos de la gente se volvían más duros. Todo me afectaba demasiado. Llegué a un punto donde no quería nada. Un amor te puede hacer sentir la persona más feliz del mundo, pero un desamor en serio te puede destruir la vida. Si uno no tiene la fuerza interna suficiente, un desamor te puede confundir a tal punto que se te desmorone la carrera, la personalidad, la autoestima. A mí me pasó eso. Por eso para mí significa todo que otras personas puedan sanar con mis canciones.
Ahora te encuentras bien.
Feliz.
¿Enamorada?
Estoy viviendo un momento especial.
Vayamos con detalles de las letras del álbum. En ‘Mientras me curo del cora’ dices: “Ni que me falte Ovy en los instrumentales”. ¿Cuál es la importancia en tu música de tu productor, Ovy On The Drums?
Total. Él me conoce muy bien, conoce mucho a mi familia. Vivió cuatro años en mi casa en Medellín y el primer estudio de grabación lo construimos juntos, poniendo los bloques de ladrillo mano a mano.
En ‘X si volvemos’ —feat. Romeo Santos— dices que “a nadie de confianza se le niega un polvo de despedida”. ¿Algo que añadir?
Que a veces uno no se entiende con una persona y ya no está con ella, pero piensa: “Un ratico nada más…”.
“Tú pon la cama que yo pongo el krippy”.
¡El krippy! Es una especie de marihuana.
En ‘Pero tú’ —feat. Quevedo—, escuchamos: “Me tienes envuelto en el booty”. ¿Booty?
El trasero. Tienes el trasero muy grande y me tienes enflechado ahí.
En ‘Besties’ cantas que vas con tus amigas a la disco “con diamantes en el gistro”.
Ja, ja, ja, gistro es una tanguita. Lo que dice ahí es que pensamos tanto en los detalles que hasta tenemos diamantes en el gistro.
Bellaquear.
Coquetear.
Twerkear.
Twerkear es perrear.
En ‘Gucci los paños’ dices que te salió caro llorar un desamor “porque decían Gucci los paños”. ¿Un pañuelo de Gucci se estropea con lágrimas?
¡Te sorprenderías si vieras que mucha ropa muy costosa de marca es de supermala calidad!
O sea, que para un desamor no hace falta que te compres pañuelos de Gucci.
No, para un desamor te va muy bien con el papel higiénico normal.
Cuando empezaste, ¿pensabas que para ser una estrella tendrías que cantar en inglés?
Sí, lo pensé en algún momento, claro. La referencia más grande que teníamos era Shakira y ella siempre hacía sus canciones con versión en español y en inglés. Yo me demoré un poquito aprendiéndolo y cuando lo aprendí me di cuenta de que ya no necesitaba cantar en inglés para que funcionara mi música.
Qué bien, ¿no?
Sí, la verdad.
Qué chimba.
¡Qué chimba! ¡Ay, me encanta!
¿Es como qué guay…?
Más, en colombiano cuando decimos que una cosa es muy chimba es que es increíble, guau, lo más.
En ‘Ojos Ferrari’ —feat. Justin Quiles, Angel Dior— dices “y beber y beber y beber y beber y joder y joder y coger y coger y prender y prender y prender y prender y beber y beber y beber”. ¿Algo más que añadir al respecto?
Sí, me preguntan mucho por esta canción. ¿Sabes qué pasa? En el proceso de ruptura, uno siente que liberándose se va a sentir mejor, y dice “yo quiero beber, quiero tomar, quiero que llegue el que sea que yo estoy ready…”, para luego darse cuenta de que no era por ahí tampoco… Pero, pues, se pasó bien en la fiesta.
¿Qué es el movimiento Karol G?
Cómo explica uno eso rápido. Eso se creó desde Bichota y trata de una mujer empoderada que trabaja, que se vale por ella misma y que es fuerte ante las situaciones difíciles. Te juro que es algo que se refleja en los conciertos, en los mensajes que me escriben…
¿Te aburre que te pregunten de feminismo?
No, lo que me aburre es que me pregunten qué se siente siendo una mujer en un medio tan dominado por hombres, porque ya no está tan dominado por hombres. Es una pregunta mandada a recoger hace tiempo. Pero del feminismo en general sí quiero seguir hablando porque es algo importante y aún en desarrollo.
Shakira solo ha hecho canciones en colaboración con tres mujeres: Beyoncé en 2006, Rihanna en 2014 y Karol G en 2023. ¿Cómo te sientes?
¡Qué susto! Uno todavía no se lo cree. Yo durante mucho tiempo estuve preguntándome si sería tan talentosa como este o como aquella. Sé que hay gente que canta mejor que yo, que baila mejor que yo, que son mejores performers que yo, pero el talento que yo tenía lo he disciplinado demasiado. He trabajado demasiado para lograr las cosas que he logrado, y, cuando las veo, me cuesta saber que es una realidad, pero me las disfruto, porque sé cuánto me ha costado.
He leído que te encantan las cosas de la NASA y del espacio. ¿De no haber sido una estrella de la música hubieras querido ser astronauta?
No. Sí, estoy obsesionada con eso, pero no hubiera querido ser astronauta, hubiera querido ser motocrossista profesional. Me encanta desde niña.
A propósito de Shakira. ¿Sabes lo que le dijo en 1999 a Gabriel García Márquez?: “Le tengo más miedo al matrimonio que a la muerte”.
¡Increíble que la entrevistara García Márquez! O sea, es que cuando uno se detiene en la carrera de ella…, es legendaria. Y opino que también le tengo más miedo al matrimonio que a la muerte.
¿Cómo fue tu infancia en Medellín?
Fue una infancia soñada, una infancia que ya no existe. Nosotros éramos de la época en la que todavía jugábamos a hacer buñuelitos con pantano.
¿Pantano?
El fango, ¿ustedes cómo lo dicen? Con el barro hacíamos arepitas, éramos de estar en la calle y no supe qué era un teléfono como hasta los 16 años, literal. Mi familia era grandísima. Fue una infancia especial.
Pese al contexto.
A dos hermanos de mi papá los mataron por los toques de queda que había en Medellín. Después de las seis de la tarde, nadie podía salir a la calle porque ellos [los narcos] estaban tratando de presionar al Gobierno para llegar a una negociación. La forma de presionar era amenazando a toda la sociedad, y al que después de cierta hora estaba en la calle lo mataban. Así, simplemente: al que estaba en la calle lo mataban. Ellos no tenían piedad porque estaban en guerra con el Gobierno.
Pensaste varias veces en dejar de cantar.
Desde 2006 yo empecé a hacer música y en 2012 fue la primera vez que dije que no quería cantar más porque ya estaba cansada de que me dijeran que como mujer no podía, de encontrarme con las propuestas indecentes de cualquier productor o ingeniero…
¿Muchas?
Muchísimas. Entonces, yo sentía que me estaban haciendo perderle el amor a lo que me gustaba, que era hacer música y canciones, y si tenía que dejar de respetarme a mí misma para llegar a algo…, no lo haría. Pero mi papá se puso a la tarea de ser mi mánager y estaba empeñadísimo, y ahí sí que cualquier persona que llegase con una propuesta indecente, yo estaba superblindada con él. Fue muy importante para mí.
Revisando la prensa de Medellín vi la noticia reciente sobre una mujer, Daniela Rivera, que se suicidó lanzándose al metro con su hija, que sobrevivió. Supuestamente, venía de una relación de maltrato.
El machismo es algo universal y parece que no tiene fin. Es algo que trabajamos en la fundación. No sabes las historias de niñas que ya no quieren vivir.
Tu álbum se titula Mañana será bonito. ¿Qué le dirías a una fan que escucha tu música y que sabe que, para ella, mañana no será bonito?
Que en nuestra cultura crecimos con el chip de que no somos lo suficientemente capaces o fuertes para lograr las cosas y nos alejamos de las situaciones de dolor, cuando son las más evolutivas en el proceso de crecimiento de una persona. Le puedo decir que los dos últimos años de mi vida, después del dolor que he sentido, han sido los más claros, los más felices.
Dirá: “Ya, pero yo no soy Karol G. Ella estuvo jodida y salió, pero yo no soy Karol G”.
No, en realidad, la que estaba jodida era Carolina. Karol G estaba muy bien, porque su carrera como tal estaba muy bien. Pero Carolina estaba jodida y Carolina aprendió las cosas más grandes de la oscuridad, ¿sí me entiendes?; cuando llegamos a ese punto, o aprendemos y salimos o nos quedamos.