Siete jóvenes actores de los que se hablará mucho este otoño
De Jason Fernández, que participa en el corto de Almodóvar ‘Extraña forma de vida’, a Francesco Carril, protagonista de la nueva película de Belén Macías
Han pasado por el teatro, la magia, la universidad o las oposiciones a bombero, pero han terminado en las pantallas. Este otoño verá más que nunca a estos siete jóvenes actores con un futuro prometedor.
Martí Cordero (Barcelona, 20 años) es actor, mago y waterpolista. Desde pequeño, tres horas de entrenamiento diario y dos partidos cada fin de semana. Le gustaba, explica, para liberar presión. Y había mucha que liberar: siendo un niño, tras el divorcio de sus padres, su madre cayó en una depresión. “Pasó dos años horribles, con ingresos continuos y varios intentos de suicidio. Yo me que...
Han pasado por el teatro, la magia, la universidad o las oposiciones a bombero, pero han terminado en las pantallas. Este otoño verá más que nunca a estos siete jóvenes actores con un futuro prometedor.
Martí Cordero | Perdido en su habitación
Martí Cordero (Barcelona, 20 años) es actor, mago y waterpolista. Desde pequeño, tres horas de entrenamiento diario y dos partidos cada fin de semana. Le gustaba, explica, para liberar presión. Y había mucha que liberar: siendo un niño, tras el divorcio de sus padres, su madre cayó en una depresión. “Pasó dos años horribles, con ingresos continuos y varios intentos de suicidio. Yo me quedé muy solo, aunque mi hermana mayor cuidase de mí”, explica ahora.
Encerrado en su habitación se obsesionó por la magia. Su primer espectáculo, siendo un adolescente, lo ofreció frente a Rosalía. Su padre, contrabajista que toca con Sílvia Pérez Cruz, es amigo de Raül Refree y Cordero ofreció un número en el cumpleaños de su hijo. “Un mago es un actor, así que empecé a tomar clases de teatro para ser mejor mago”. Pasó por el programa Got Talent en 2019. No ganó, pero le sirvió para captar la atención de Anna R. Costa, creadora de la miniserie Fácil (inspirada en Lectura fácil, de Cristina Morales), y darle el papel de un joven que no encuentra su sitio. “Esta serie enseña que las personas con diversidad funcional no tienen un problema, lo tiene el resto de la sociedad”, apunta Cordero. En 2023 estrenará otra serie, Las invisibles, y en el teatro está representando ahora Dirrrty Boys. El único truco es, por ahora, su talento.
Jaime Olías | El hombre con el mejor plan b
Olías (Madrid, 32 años) había hecho teatro de pequeño, pero lo que le tiraba era escribir y dirigir. Estudiaba Comunicación Audiovisual cuando se cruzó la oportunidad de ser actor. “Eres muy caradura, pero funcionas en cámara”, le dijo un profesor.
Tras dos pruebas y dos síes, uno para Física o química y otro para Ángel o demonio, serie que Telecinco emitió en 2011 a rebufo del éxito de Crepúsculo, eligió la segunda. “He tenido mucha suerte. En mi clase de interpretación había chavales mucho mejores que yo y no lo consiguieron”. Ángel o demonio aguantó dos años en antena y convirtió a Olías en un rostro conocido, aunque “no era lo de ahora, no había esa exposición brutal”. Después llegaron más papeles en cine y televisión: Toledo, Open Windows, Promoción Fantasma, Acacias 38, Servir y proteger… El trabajo nunca se detuvo, pero Olías tenía muy presente su plan B.
“Estoy harto de esos actores famosísimos que te dicen que tienes que apostar por tu sueño y saltar sin red de seguridad. Oye, no seas cabrón. Alrededor de ese camino por el que a ti te ha ido bien hay 50 cadáveres que ni conoces”. Su plan B funcionó: tras dirigir varios cortos, estrenó este verano en HBO su serie (codirigida y coescrita junto a Pablo Sanhermelando) Cómo mandarlo todo a la mierda, que explora el verano de un grupo de adolescentes confundidos que se lanzan a la aventura sin rumbo fijo. No parece autobiográfica. Olías siempre lo tuvo claro.
Jason Fernández | Opositor a estrella
Jason Phillipe Fernández Birchwood (Madrid, 27 años) tiene madre londinense (que regentó allí una escuela de teatro) y padre madrileño. El Phillipe estuvo a punto de quedarse como nombre artístico, pero desapareció. “Ya me lo pondré de nuevo”, medita. A Jason Fernández (mientras no se cambie el nombre) le cuesta todavía llamarse a sí mismo actor, aunque haya aparecido en Alba o en Bienvenidos a Edén y sea uno de los elegidos por Almodóvar para su cortometraje Extraña forma de vida.
Tras volver de estudiar teatro en Londres opositó para ser bombero, pero lo dejó al no poder compaginarlo con la serie Libertad, de Enrique Urbizu. Si alguien ha visto a Jason sin camiseta sabrá que esas oposiciones no fueron en vano.
Él es consciente de su atractivo, pero solo a medias. “No me considero guapo, pero muchas veces cierto tipo de físico puede jugar en tu contra”. Fernández, al que más de 20 millones de personas han visto en el videoclip de Música ligera, de Ana Mena, no sabía cuando hizo un casting en un apartamento de Madrid hace unos meses que estaba opositando, esta vez, a ser chico Almodóvar. “Un día me llama mi repre y me dice: ‘Estás en lo nuevo de Almodóvar’. Salí de nuestro primer ensayo llorando de emoción. ¡Yo proponía cosas y él las aceptaba! Si mi carrera acaba aquí, ya estoy contentísimo”. No parece que eso vaya a ocurrir. Esto tiene visos, más bien, de comienzo.
Gorka Otxoa + Pablo Molinero | Un asunto privado, pero de dos
Cuando Gorka Otxoa (San Sebastián, 43 años) era niño vio Un pez llamado Wanda en el cine y a Moncho Borrajo en el teatro y se dijo: “Yo quiero hacer eso”. Una prueba televisiva en la ETB hizo que terminase en Goenkale, gran culebrón vasco que duró más de 20 años en antena, y después en Vaya semanita, programa de humor que se atrevió a reírse de lo que nadie se reía. Después llegaría la fama nacional gracias a Pagafantas (2009), por la que lo nominaron al Goya, Doctor Mateo, Allí abajo o Fe de etarras.
Pablo Molinero (Castellón, 45 años) estudió Filosofía inglesa, pero las clases de teatro se apoderaron de él. Tras años de performance y giras por teatros universitarios, recaló en La peste, dirigida por Alberto Rodríguez, y tuvo su primer papel importante en el cine en El verano que vivimos (2020). Ahora ambos coinciden en la gran apuesta española de Prime Video, Un asunto privado, serie de acción, comedia e intriga ambientada en la Galicia de la primera mitad del siglo XX, junto a Ángela Molina y Jean Reno.
A Otxoa le gustaría que se le conociese más allá de la comedia. “Cuando me subo a un taxi el conductor me dice: ‘¡Tú eres este que hace humor vasco!”. Pablo apela a lo ecléctico y espectacular de la serie: “Es algo que no estamos acostumbrados a ver aquí”. “Es brutal, espectacular”, añade Otxoa. Grandes de la pantalla y, además, genios del cebo.
Francesco Carril | Ese no sé qué medio italiano
Francesco Carril (Madrid, 36 años) se llama así en honor a su abuelo materno, italiano, médico y pescador. Medio de Madrid, medio de Pisa, Carril cree haber heredado de su familia transalpina el amor por la cocina y algunas maneras de ser y de moverse que considera “un poco italianas”. Por lo paterno le viene el amor al escenario: su padre lo llevó al teatro desde joven.
El talento y la casualidad hicieron el resto. “Pillé una época en la que el teatro off en Madrid estaba fuerte. Mi única opción al salir de la escuela era juntarme con gente y montar nuestros propios proyectos”. Así terminó enlazando trabajos en el Centro Dramático Nacional o la Compañía Nacional de Teatro Clásico. Sin embargo, lo que más le apetece ahora es rodar. Carril empezó de la mano de Jonás Trueba con presupuestos bajos y equipos pequeños.
Han hecho cinco películas juntos (la última es Tenéis que venir a verla). Su primer papel conocido para el gran público llegó en Amar en tiempos revueltos. “El teatro te da notoriedad, pero no fama. Te da prestigio, que es más importante”. Este verano ha estado en un hito de Netflix que le llena de orgullo, Intimidad. Y lo próximo es Verano en rojo, de Belén Macías, y la gira de Los farsantes, de Pablo Remón, desde octubre hasta enero. Mientras, sueña con que le llamen Paolo Sorrentino, Isabel Coixet o Clara Roquet. Que así sea.
Francisco Ortiz | La promesa trascendental
Cuando Francisco Ortiz (Madrid, 36 años) tenía 10 años y era un estudiante más bien regular, su profesora de Literatura lo puso a hacer de cura en una obra. Entonces se dio cuenta de que, por fin, encajaba en algo. De ahí hasta la Resad y, después, a la Joven Compañía de Teatro Clásico. “Parecía que mi carrera se encauzaba hacia el teatro, pero hice una prueba para El secreto de Puente Viejo”. El paso del teatro clásico a una serie diaria fue brusco. “Es un oficio diferente, aunque se trabaje con las mismas herramientas”. Entrar en miles de casas a diario le llevó a algunos momentos extraños de fama. “La gente, al verte por la calle, te trata con una confianza alucinante”.
Una vez, en el aeropuerto de La Habana, la confianza fue demasiado lejos: dos mujeres le hicieron fotos “de malas formas” y Ortiz les pidió con educación que parasen. “Les debió de sentar mal, porque sus respectivos maridos se enfrentaron a mí de una forma muy desagradable. Ahora me río, pero lo pasé muy mal”.
En ¡García!, gran apuesta de ficción española de HBO para este otoño, interpreta a un agente secreto franquista criogenizado que despierta en la España actual. “Es una especie de superhéroe, un tipo con un sentido muy épico de la vida, así que tuve que interpretar a alguien que se mueve y habla para la posteridad”. Con su voz y presencia, no le habrá resultado difícil.