Sistema solar

Yago Castromil.

Tras más de dos meses a la sombra, volvemos a exponernos a los rayos UVB, elevando los niveles de vitamina D. Siempre, en su justa medida y evitando quemaduras. Una selección de productos para preparar, proteger y reparar la piel.

Las quemaduras llegaron el primer día de la fase cero. Hordas de ciclistas y runners, unos más improvisados que otros, salieron a las calles después de casi dos meses de días a la sombra, en el caso de las localidades que primero comenzaron la desescalada. “Muchos iban con mono de sol”, recuerda el dermatólogo Agustín Buendía Eisman. “Se expusieron a pelo”, añade aún más gráfica Marián García, doctora en Farmacia y más conocida en Twitter como...

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Las quemaduras llegaron el primer día de la fase cero. Hordas de ciclistas y runners, unos más improvisados que otros, salieron a las calles después de casi dos meses de días a la sombra, en el caso de las localidades que primero comenzaron la desescalada. “Muchos iban con mono de sol”, recuerda el dermatólogo Agustín Buendía Eisman. “Se expusieron a pelo”, añade aún más gráfica Marián García, doctora en Farmacia y más conocida en Twitter como Boticariagarcia, una de las divulgadoras más influyentes de las redes sociales. Las consecuencias se airearon al día siguiente en Twitter e Instagram: cientos de espaldas, piernas y rodillas color langostino exhibidas como trofeo. “Solucionado el déficit de vitamina D para todo el verano”, se presumía.

La euforia de la primera salida, el estrés de las normas y los nuevos complementos de la temporada —­mascarillas, guantes, gel desinfectante, un montón de instrucciones de seguridad y las bicis— no dejaron sitio al protector solar, aunque sí a las gafas de sol. Tampoco ayudó la sospecha de que íbamos bajos de moral y, además, de vitamina D, un componente que solo se sintetiza con la exposición a los rayos ultravioleta B. En los días más oscuros del confinamiento algunas organizaciones científicas, como la Sociedad Española de Médicos Generales y de Familia, recomendaron exponerse al sol sin protección, en el balcón, en la ventana o donde se pudiera para paliar una carencia que afecta a casi la mitad de la población española, según el estudio que se consulte. El Libro de Consenso de la Sociedad Española de Endocrinología y Nutrición (SEEN), por ejemplo, dice que más de un 80% de la población mayor de 65 años tiene déficit de vitamina D; y alrededor de un 40% de los menores de esta edad.

Más de un 80% de la población mayor de 65 años tiene déficit de vitamina D, así como alrededor de un 40% de los menores de esa misma edad

“Trabajar al lado de la ventana no sirve para sintetizar vitamina D porque los rayos UVB no traspasan el cristal”, explica sobre la gran paradoja de la radiación ultravioleta B María Vitale, directora médica de Cantabria Lab. “Es francamente dañina porque se relaciona con fotoenvejecimiento y el desarrollo de tumores en la piel, pero también es la única útil para sintetizar la vitamina D, un nutriente esencial en la absorción del calcio”.

1. UV Essentiel Protección global SPF 50, de Chanel. 55 euros. Protege frente a los rayos UVB y UVA, las luces de interior y la polución. 2. Sisleÿa Soin Solaire Global Anti-Âgé G.E. SPF 50. 212 euros. Pensado para evitar la aparición de manchas en las primeras exposiciones al sol y cuando la piel es muy clara o sensible. 3. Daily Protection+SPF 50, de Eve Lom. 80 euros en abanuc.com. A las virtudes de una crema reafirmante le han añadido las de un protector. 4. Fluido ligero Alta Protección, de Nuxe. 21,75 euros. Es resistente al agua, un beneficio a tener en cuenta si se practica deporte al aire libre. 5. Prevage City Smart Broad Spectrum SPF 50, de Elizabeth Arden. 67 euros. Unos difusores ópticos hacen que su color se vuelva compatible con el tono de maquillaje que se esté usando.Yago Castromil

“En un país con las horas de luz de España, tomar el sol sin protección entre 10 y 15 minutos, dos o tres veces por semana, sería suficiente para mantener niveles óptimos de vitamina D”, asegura el doctor Buendía, que dirige las campañas de la Asociación Española de Dermatología y Venereología. “Aunque siempre habría que tener en cuenta el fototipo de la piel y la estación del año”, precisa. Los fototipos bajos corresponden a las pieles más claras; y los altos, a las más oscuras. Buendía es tajante: “A partir del minuto 16 ya se estaría en riesgo de sufrir quemaduras. Hay que buscar el equilibrio entre la síntesis de la vitamina D y la protección contra el melanoma”, indica. “En el minuto 20 de exposición ya hay eritema y células quemadas si no se usa protector solar”, apunta Vitale.

La recomendación de la academia de los dermatólogos españoles es clara: “Hay que ir poco a poco, quizás empezar por tomar el sol 5 minutos sin protección e ir aumentando hasta llegar a 10 o a 15 como máximo, y a partir de ahí usar fotoprotección, sobre todo en niños y adolescentes”.

1. Body SPF 50 de Muti. 42 euros en nadiaperfumeria.com. Reduce su lista de ingredientes hasta los que considera imprescindibles: pantalla, vitamina E y alantoína. 2. C+C Oil-Free Macroantioxidant Sun Protection SPF 30, de Natura Bissé. 49 euros. Contiene unos potentes antioxidantes que se extraen directamente de la piel de la fruta. 3. Silky Bronze Cream for Body SPF 30, de Sensai. 102 euros. Resistente al agua y a la fricción. 4. Idéal Soleil SPF 30 Agua de Protección Solar, de Vichy. 17,50 euros. Enriquecida con ácido hialurónico de origen natural. 5. Gel-crema correctora Anthelios Anti-imperfecciones 50+, de La Roche-Posay. 20,75 euros. Trata de prevenir las marcas del acné causadas por la exposición al sol y el temido efecto rebote. 6. Huile Sirène, de Kérastase. 27,60 euros. Spray bifásico para hidratar y texturizar el pelo. 7. Waterlover Melting Sun Milk, de Biotherm. 24,50 euros. 8. Stick Solaire Invisible 50, de Clarins. 26 euros. Barra de gel solidificado que se funde al contacto con la piel. 9. Expert Sun Protector Face Cream 30, de Shiseido. 44 euros. Incorpora una tecnología patentada que aumenta la eficacia de la protección al contacto con el agua, la transpiración o el calor.Yago Castromil

Al doctor Ricardo Ruiz, director de la Clínica Dermatológica Internacional, también lo han “bombardeado” estos días con preguntas sobre la vitamina D y suscribe que 10 minutos de exposición solar sin protección dos o tres veces por semana sería más que suficiente para mantener en su sitio los niveles de ese nutriente. “Lo recomendable es exponer grandes superficies como brazos y piernas”, explica. Este experto insiste en las diferencias entre niños y adultos. “La vitamina D es liposoluble. Es decir, se almacena en la grasa y en el hígado. Cuando sus niveles en sangre bajan, entonces utilizamos nuestras reservas, por lo que dos meses de confinamiento no suponen un problema de salud a corto plazo en los adultos. En los niños la situación es diferente, tienen menos reservas de vitamina D y su déficit puede producir raquitismo. Por ello, los pediatras suelen recomendar suplementos vitamínicos en los primeros años de vida, porque los menores de dos años no deben exponerse directamente a la luz solar”.

El problema de aplicar la regla del 10 cuando salimos de casa —exponerse 10 minutos al sol sin protección y luego ponerse la crema— es que falta método y disciplina. Así lo cree Marián García, que también es profesora de la Universidad Isabel I. “En la calle el niño quiere jugar y cuesta creer que todo el mundo esté contando los 10 minutos de reloj para aplicarles el protector solar. Yo creo que es mejor hacerlo dentro de casa media hora antes de salir. Siempre hay que partir de la base de que se pone menos cantidad de la necesaria y eso significa que el producto protegerá menos de lo que promete y estaremos más expuestos”.

1. Expert Solar, de Forté Pharma. 27,50 euros. Cóctel de minerales y vitaminas para acondicionar la piel y prolongar el bronceado. 2. Mascarilla Shake and Shot calmante, de Dr. Jart+. 8,95 euros en sephora.com. Hay que prepararla en el momento de aplicarla, combinando los dos sobres que vienen dentro para crear una pasta que irá adquiriendo textura gomosa. 3. After Sun Instant Relief Mist Spray, de Piz Buin. 25 euros. Vaporiza una bruma de ácido hialurónico y glicerina. 4 y 5. Self Tan Purity Kit, de St. Tropez. 21,60 en isolee.com. Autobronceadores de cara y cuerpo, en formato mini y con manopla, por si se quiere lucir buen color desde las primeras salidas. 6. Cápsulas SunISDIN, de Isdin. 26,55 euros. Los dermatólogos y nutricionistas que las han formulado —sin gluten ni lactosa— recomiendan tomar una cápsula diaria durante los 15 días previos a empezar a tomar el sol para preparar la piel.Yago Castromil

Según los cálculos de Boticariagarcia, para que el protector ofrezca el SPF que garantiza el fabricante y un total bloqueo de la radiación habría que ponerse 2 miligramos de crema por centímetro cuadrado de piel. Esto, en un individuo de talla y peso medio serían 30 gramos por cada aplicación. “Si lo hiciéramos bien, un envase de 200 gramos nos alcanzaría para seis o siete aplicaciones y gastaríamos un bote por semana. Te aseguro que no vendemos tantos solares en la farmacia”, dice. En pocas palabras, si en septiembre le ha sobrado protector solar del que compró en junio, hágaselo mirar.

Todos los expertos consultados para este reportaje coinciden además en que los bajos niveles de vitamina D en la población española también tienen que ver, y mucho, con la dieta. “Es fundamental comer más pescado azul, lácteos y yema de huevo”, añade Buendía. 

Si aplicásemos la cantidad de protección solar correcta, “un envase de 200 gramos alcanzaría para seis o siete aplicaciones. Gastaríamos un bote por semana”

Después del confinamiento tampoco venimos con la piel tan limpia como nos gustaría pensar. “Entre el teletrabajo y las horas de televisión, teléfono, otras pantallas y las bombillas led, pasamos más de 11 horas expuestos a las radiaciones de la luz azul”, recuerda María Vitale. Esta luz constituye el nuevo caballo de batalla de los dermatólogos. “Activa la melanogénesis, un proceso relacionado con la hiperpigmentación y el fotoenvejecimiento que, además, altera los ritmos circadianos y no nos deja dormir”. En opinión de la doctora, dentro de casa también habría que usar un fotoprotector. “Después de esta experiencia deberíamos hacer un detox digital para la piel”. Para conseguirlo tendrían que ponernos una orden de alejamiento de todas las pantallas durante varias horas al día. Teléfono móvil incluido. 

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